Rebeldes sunitas reciben apoyo iraní, acusa ejército de EU
Ampliar la imagen El diplomático iraní Jalal Sharafi, al llegar ayer a la rueda de prensa en Teherán, en la que denunció haber sido torturado por agentes de la CIA durante su cautiverio en Irak Foto: Reuters
Bagdad, 11 de abril. El vocero de las fuerzas estadunidenses de ocupación en Irak, el general William Caldwell, acusó hoy por primera vez al gobierno iraní de apoyar a organizaciones de la resistencia sunita de Irak y ya no sólo a los chiítas, en momentos en que legisladores estadunidenses expresaron su disposición a viajar a Teherán para abrir un diálogo con el presidente Mahmud Ahmadinejad.
Caldwell aseguró que la disidencia sunita, que hasta ahora sólo había sido acusada de tener nexos con Al Qaeda y resguardo en el territorio vecino de Siria, ha recibido apoyo de "agentes de inteligencia iraní", según revelaciones hechas por rebeldes iraquíes capturados la semana pasada en un lugar no especificado.
De acuerdo con partes militares del mando de ocupación, la mayoría de los tres mil 200 soldados estadunidenses muertos en Irak desde marzo de 2004 fueron presa de bombas colocadas al paso de convoyes.
En este contexto, el presidente del comité de relaciones exteriores de la Cámara de Representantes estadunidense, Tom Lantos, dijo estar listo para viajar a Irán, semana y media después de haber vuelto de otro periplo en Asia -al lado de la líder del Congreso, la demócrata Nancy Pelosi-, que incluyó una reunión con el presidente sirio, Bashar Assad.
Pelosi, en conferencia de prensa junto con Lantos en la ciudad de San Francisco, estuvo de acuerdo en la necesidad de entablar un diálogo con Ahmadinejad.
En Teherán, el diplomático iraní Jalal Sharafi, liberado el 3 de abril pasado después de dos meses de cautiverio en Irak, acusó a miembros de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos de haberle torturado.
En Londres, Arthur Batchelor, mecánico de la naval, y Able Seaman, el marino más joven de los 15 detenidos por Irán el 23 de marzo, se declararon arrepentidos de haber comerciado con sus historias personales, pero aseguraron que no hubieran aceptado el trato, de no haber recibido la autorización de sus superiores en la cadena de mando.