Usted está aquí: martes 10 de abril de 2007 Mundo Paro magisterial en Argentina; exigen la renuncia del gobernador de Neuquén

Prefiero ser "permisivo" antes que recurrir a la violencia, reitera Néstor Kirchner

Paro magisterial en Argentina; exigen la renuncia del gobernador de Neuquén

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Decenas de miles de personas protestaron ayer en Neuquén (arriba) por el asesinato de un profesor en esa ciudad. Una movilización similar se realizó también en Buenos Aires Foto: Ap y Reuters

Ampliar la imagen Decenas de miles de personas protestaron ayer en Neuquén (arriba) por el asesinato de un profesor en esa ciudad. Una movilización similar se realizó también en Buenos Aires Foto: Ap y Reuters

Buenos Aires, 9 de abril. Decenas de miles de manifestantes en toda Argentina rindieron homenaje hoy al maestro Carlos Fuentealba, asesinado el pasado 5 de abril por la policía en la sureña provincia de Neuquén, en una jornada que registró un paro total de actividades de los docentes en todo el país, convocado por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), y respaldado por las dos principales centrales argentinas, cuyos dirigentes pidieron la renuncia del gobernador neuquino, Jorge Sobisch.

En Neuquén, los maestros mantenían campamentos alrededor de la Casa de Gobierno y advirtieron, durante una protesta que reunió a más de 30 mil personas, que mantendrán sus movilizaciones por tiempo indeterminado hasta lograr una reivindicación salarial justa, la renuncia del gobernador Sobisch y de los ministros de Justicia y Educación.

Escuelas, colegios secundarios y universidades -incluyendo privadas- pararon hoy y, además, entre las 12 y 13 horas locales se cumplió estrictamente el paro dispuesto por la Confederación General del Trabajo (CGT) lo que alcanzó al transporte colectivo, trenes y aviones. Los dirigentes gremiales del Metro dispusieron un cronograma de pase libre en la mañana para que todos pudieran asistir a la marcha y espaciaron sus horarios. Además de parar durante dos horas, se dispusieron guardias mínimas en los hospitales y los bancos prácticamente no funcionaron esta mañana.

Unos 180 actos se realizaron en todo el país con la consigna "basta de represión a la demanda social y no a la impunidad" que planteraon la CTERA y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).

Las protestas se extendieron también a Rosario (centro-oeste), Córdoba (centro), Mendoza (oeste), Salta (norte), Jujujuy (norte) y Mar del Plata (sur).

El presidente Néstor Kirchner repudió "fuertemente" la violencia, advirtió que los que tienen el monopolio de la seguridad tienen la responsabilidad de garantizar convivencia y sostuvo que el maestro Fuentealba fue "fusilado", como denunció la esposa de éste, Sandra Rodríguez.

El mandatario fue más lejos al hablar de sectores políticos que apoyan una Doctrina de Seguridad "bis", en referencia a la que se impuso durante la pasada dictadura militar (1976-1963), y fue crítico con algunos medios y sectores que piden mano dura, al señalar que prefiere que lo señalen como "permisivo" antes de recurrir a la violencia.

"Lo grave es los que fueron construyendo esta Doctrina de la Seguridad Nacional dos", dijo y mencionó al conservador periódico La Nación, al leer un editorial del 27 de junio de 2002, publicado un día después de la brutal represión policial en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, donde fueron asesinados los jóvenes Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, en el que ese medio defendía a las fuerzas policiales.

"Editorial fundacional de la Doctrina de Seguridad dos, donde se justifica la terrible represión", sostuvo el mandatario en un fuerte reclamo después que en declaraciones a La Nación el propio gobernador Sobisch admitió ser el responsable político por la muerte de Fuentealba y acusó al presidente Kirchner de actuar con "cobardía".

"Prefiero que me critiquen y que la gente se pueda expresar y siempre voy a apelar a la convivencia", ratificó Kirchner ante los que reclaman su falta de dureza para reprimir las protestas.

En la provincia de Salta, al extremo noroeste, donde los maestros están en huelga desde hace cinco semanas, hubo incidentes cuando una columna pequeña se desprendió de la marcha central de la que participaron más de ocho mil docentes e intentó ingresar por la fuerza en la Legislatura, siendo repelidos con gases lacrimógenos. Al cierre de esta edición, la Casa de Gobierno de Salta permanecía bloqueada por los manifestantes.

"Fue fusilado y con él fusilaron a toda su familia", dijo con la voz quebrada la esposa de Fuentealba hoy en Neuquén, el epicentro del grave conflicto, hablando ante unos 40 mil manifestantes, en un día de movilización y luto. La Casa de Gobierno neuquina fue pintada de negro en varias puertas y paredes de su fachada y tanto allí como en esta capital se pidió la renuncia del gobernador Sobisch -militante del Movimiento Popular Neuquino, un partido local-, quien además era candidato por una alianza de derecha, hasta ahora.

En la capital federal miles de personas, entre ellas madres de Plaza de Mayo, personalidades de organismos humanitarios y sociales, encabezados por la CTERA, la CTA y dirigentes de gremios que apoyaron la protesta marcharon desde el tradicional Obelisco a la Casa de Neuquén, en repudio al asesinato del profesor Fuentealba.

Delante de la casa de Neuquén y rodeado de un sentimiento de indignación y dolor, el dirigente de CTERA, Hugo Yasky pidió la renuncia de Sobisch, al que se considera autor intelectual y "el verdadero asesino" algo que gritaban a coro, entre el llanto y la emoción miles de neuquinos en el sur.

El dirigente de CTERA pidió "terminar con los autoritarismos" que gobiernan en "provincias como Neuquén, Salta y Santa Cruz", donde recientemente actuó la gendarmería contra los docentes. Pero también hubo reclamos por la falta de reacción de los dirigentes políticos. Hablando con la prensa Yasky recordó que tanto la provincia de Neuquén como Santa Cruz tienen fondos suficientes de la renta petrolera para afrontar los aumentos.

Los grupos más radicales de izquierda se desprendieron de la marcha central ya que querían centrar su demanda sobre Kirchner, a pesar de que está fuertemente enfrentado con Sobisch, y esto resultó en la división de la marcha.

En Neuquén, en tanto, se descubrió que el policía acusado por la muerte del maestro Fuentealba fue condenado por violencia y había sido inhibido para continuar en su cargo, sin embargo, participó en ese operativo de las fuerzas especiales.

En la provincia de Buenos Aires hubo una jornada de duelo y las banderas se mantuvieron a media asta en memoria de Fuentealba.

En un documento de las Madres Fundadoras de Plaza de Mayo, el gobernador Sobisch fue comparado con los con los jefes de la pasada dictadura militar. "El gobierno de Neuquén admite que ordenó la represión, pero no asume la responsabilidad de las consecuencias", dijo Nora Cortiñas, y añadio "como en la dictadura, el gobernador hace pasar decisiones políticas como excesos de policías. (...) El autor material merece la cárcel. Hay que profundizar la lucha para condenar al asesino intelectual" finalizó.

 
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