Usted está aquí: domingo 8 de abril de 2007 Cultura Habla Pedro Vargas

Elena Poniatowska/ IV

Habla Pedro Vargas

Ampliar la imagen Pedro Vargas, cantante nacido en San Miguel Allende, Guanajuato Foto: Archivo

La entrevista con el tenor continental, Pedro Vargas, prosigue alrededor de su amistad con Agustín Lara y Mario Moreno Cantinflas, así como el nerviosismo que experimentaba cuando el cantante, nacido en San Miguel Allende, interpretaba canciones.

Agustín Lara siempre le compuso a una mujer porque era muy enamorado

-Creo que lo feo no tiene nada que ver con el alma interna. Lo que uno puede producir internamente es más que la belleza corporal. Y eso nos pasa a los hombres y a las mujeres también.

-No, no, a las mujeres feas les va mucho menos bien que a las bonitas.

-Pero hay mujeres muy inteligentes, que son bonitas por lo inteligentes. Mi compadre fue muy íntimo amigo; yo viví todos sus romances con él, le vi componer muchas canciones, muchas las hizo delante de mí, de repente le venía la idea y me decía: "Vente, vamos" y se sentaba frente al piano y la tocaba.

"Al final de su vida él quería poner una obra teatral musical y se estaba preparando para ello, pero no la llegó a terminar."

-En Tlacotalpan, a orillas del río, en unos carteles en la calle, los tlacotalpeños se ufanan de que Agustín Lara es de allí. La Casa de Cultura se llama Agustín Lara. Pero siempre hay una duda acerca de dónde nació, inclusive mucha gente dice que no es ni siquiera mexicano, que es español, de allí su afán por componer canciones a Granada, Madrid, Valencia, Murcia y no sé que otras ciudades.

Lo importante de Agustín Lara es que él quiso ser jarocho

-Creo que las nacionalidades nada tienen que ver con la persona, ¿verdad? Sí, hubo una encuesta y los que anduvieron preguntando averiguaron que Agustín Lara nació aquí en la ciudad de México, en un barrio, pero la realidad es que sus padres vivieron en Tlacotalpan. (Se interrumpe) Lo principal de todo, ¿sabe usted qué es lo principal? Que Agustín Lara quiso ser tlacotalpeño, quiso ser veracruzano y así murió: veracruzano. Así lo quiso él, así lo sentía.

-Pero en realidad no era jarocho, sino del Distrito Federal.

-Eso dicen, dicen porque a mí no me consta. Nunca le pregunté y nunca, nunca hablábamos de eso.

-Pero, ¿por qué el misterio?

-No lo sé. Lo que sí, yo le voy a decir a usted una cosa, que Tlacotalpan quería tanto a mi compadre Agustín que en el año de 1933, cuando se descompuso el trío con Ana María Fernández, y nos quedamos en Veracruz, hicimos una gira por todo ese estado, él y yo solos, y el día en que fue mi compadre a Tlacotalpan, cerraron las escuelas, cerró el comercio, fue el presidente municipal a recibirlo al muelle, oiga usted, ¡una sensación!

"Lo llevaron en hombros, él arengó al pueblo ante el Palacio Municipal, entonces, ¿qué quiere decir en cristiano? Sí, así lo recibieron en 1933, quiere decir que allí vivió años de gran participación, grandes años de su infancia, para él muy importantes. Su padre era el doctor Lara; allá ejerció él, porque parece que abandonó a su mamá.

"En Tlacotalpan hay muchos apellidos Lara, y también en Puebla. Allí también estuvo el padre de Agustín, ejerciendo la medicina."

-Y usted, ¿era igual de enamorado que su compadre Agustín?

-No, yo no. Yo sí he sido serio, yo he sido, sabe usted, yo he sido penoso, porque a mí me da pena, no, yo no.

-¿Penoso?

Soy penoso, nadie puede imaginarse mis nervios

-Más nervios que cuando canto, nadie se lo imagina. Nervioso, al grado de que... Cualquier temporada es lo mismo, cualquiera. El año pasado en Madrid, fueron tantos los nervios que se me olvidaron las letras, no daba, no, hasta que fui tomando la tranquilidad, consiguiendo dominar los nervios, después de la segunda, tercera canción. A las mujeres yo no sabría ni qué decirles. ¿Sabe usted cómo conquisté a mi mujer? Cantándole; le cantaba yo y Tata Nacho me acompañaba en el piano, y yo acompañándome de las canciones de Tata Nacho, diciéndole cosas bonitas, con la voz fue como conquisté a mi mujer. Esto fue aquí en México, pero ella, María Teresa, es de Querétaro.

"¡Yo quería mucho a Tata Nacho, ¡uf! Mire usted, el grupo de Lerdo de Tejada, Esparza Oteo, Mario Talavera y Tata Nacho era un grupo inseparable y yo los quise mucho a todos, conviví con ellos, hicimos giras; cuando ellos viajaban al único intérprete que llevaban era a Pedro Vargas y yo no sé ni en qué año, porque eso fue antes de 1928, quizá en el 26, en 27; empezamos por Torreón y fue tanto el éxito que terminamos en Guadalajara.

"Al principio, después de cada función iban al hotel, se repartían todo el dinero y me daban a mí cada uno 10 pesos redondos. Eran muy buenas entradas entonces. Mire usted, para el artista es muy difícil, muy difícil ahorrar dinero, porque un día lo tiene y al día siguiente lo gasta. De repente se pierde sin pensar cómo.

"Yo he perdido mucho porque una vez fui aval de un cabaret del que no me quiero ni acordar del nombre. Para mí en paz descanse, porque perdí lo que no puede perder un millonario, todo lo que yo había ahorrado en 30 años de trabajo. Y ahora aquí estoy trabajando mucho con mi voz, mucho para poder mantener lo poquito que tenemos, porque tengo una casa en San Miguel de Allende, aquí la casa en que está usted y que es de usted, y un departamento en Acapulco y para mantener estas tres casas tengo que cantar mucho."

El dinero se va y sigo trabajando para mantener lo poco que tengo: tres casitas

-¿El dinero se va sin que se sienta?

-Sí, así es, el dinero se va, el dinero se va. Que a un hijo le hace falta cualquier cosa, a los hijos los ayuda uno, ¿verdad? El presidente Getulio Vargas fue un gran amigo mío y a la primera nieta que tuve, hija de Pedro, mi hijo mayor, yo le puse Alcira porque así se llamaba la hija mayor de Getulio Vargas. El me decía que los Vargas éramos una sola familia. Me decía: "Yo tengo un hermano que se llama Pedro también y es igual a usted, nada más que unos se fueron al norte y otros al sur; yo soy del sur y usted es del norte, pero somos de la misma familia". Fui condecorado por él con la Cruz del Sur.

Después de las de Lara, jamás cantaré una canción que musicalmente no valga

Detrás de Pedro Vargas, enmarcados en plata, nos miran los retratos de todos los presidentes de México (la fotografía más grande es la de Cárdenas, la segunda más grande es la de Miguel Alemán) dedicadas a Pedro Vargas desde Calles hasta Echeverría, con simpatía, con admiración y mucha estimación al tenor continental, al máximo exponente de la cultura mexicana, al gran artista, al amigo. Además de Frank Sinatra, Joan Crawford, Vicky Carr, Elvis Presley, Maurice Chevalier, Jorge Negrete, muchísimas fotografías de Agustín Lara, Carlos Arruza, Mario Moreno "Cantinflas"; una hilera de dictadores latinoamericanos de riguroso uniforme y hombreras, galones dorados y kepís demasiado altos dedican su efigie a Pedro Vargas: Marcos Pérez Jiménez, de Venezuela; Fulgencio Batista, de Cuba; Magloire, de Haití; Velasco Alvarado, de Perú (bueno, ese es el menos dictador).

-¡Qué horror don Pedro!, ¡qué mala onda! ¡Está usted rodeado de puro cochino dictador y le han de enviar muy malas vibraciones!

-Oiga usted, yo de política, nada, pero nada. Estos grandes personajes fueron muy finos conmigo, siempre me demostraron afecto, admiración, me recibieron en el palacio presidencial, ofrecieron cenas y banquetes para mí, tuvieron siempre toda clase de atenciones. Así es de que yo no tengo por qué juzgarlos políticamente. Tengo además muchas condecoraciones de los países hermanos del sur, pero muchas, la de Núñez Balboa, de Panamá; la de Carlos Manuel de Céspedes, de Cuba, y la Cruz Azul, de Brasil.

-Siquiera debiera usted de quitar la efigie de Batista.

Se me han muerto todos, el único que me que queda es Cantinflas

-Oiga usted, no Elenita. Fíjese que se me han muerto muchos amigos y amigos íntimos de familia, el que me queda nada más es Mario Moreno "Cantinflas". Pero mis grandes, grandes amigos fueron Jorge Negrete y Alfonso Ortiz Tirado. En el toreo tuve un amigo muy grande que me hizo padrino de casi todos sus hijos, Carlos Arruza. Los hijos están triunfando; Manolo es mi ahijado, está logrando ser un buen torero; a todos los veo muy seguido, les doy consejos, porque los consejos sí se pueden dar, eso sí, cómo no. Arruza fue mi compadre, pero el primer compadre que tuve en la vida fue Alfonso Esparza Oteo, le bauticé a una hija, ahora casada, porque cuando mueren los padres, como padrino queda uno en lugar de ellos. Por eso a mis ahijados los veo con gran frecuencia.

"Oiga, Elenita, ¿no quiere usted oír esta nueva canción mía, muy bonita, Con la arena de otras playas? Estoy seguro que le va gustar. Voy a cantarla este año en España, porque cada año hago una temporada en ese país, en el Florida Park, donde canto todas las noches. Es un cabaret."

-¿Y le pagan bien?

-Uno no debe pensar en el dinero; si le pagan bien, qué bueno, pero si pagan regular también, porque lo importante es cantar y que el público lo aplauda a uno. El pago más importante es el aplauso espontáneo del público.

Al cantar voy buscando la reacción del público y así escojo las canciones

-¿Y el aplauso sin dinero, para usted vale?

-Sí, se vale, se vale porque uno puede vivir de ilusiones también. Ultimamente yo he vivido enormes ovaciones grandes, pero grandes. Hace pocos meses alterné con Julio Iglesias y con Roberto Carlos en el Madison Square Garden, en Nueva York y ¡oiga usted!, no me olvido de esa ovación que me hace vibrar y me hace vivir más. En todas partes están aplaudiéndome bonito.

"A un artista lo único que puede entristecerlo es que haya poca gente, pero eso a mí nunca me ha pasado, y de joven, cuando en alguna ocasión me sucedió, canté entonces con más vehemencia para darle gusto a mi público.

"Yo siempre busco la reacción del público; y según voy escogiendo ésta u otra canción, según como los veo busco la comunicación, porque he nacido con una sensibilidad muy especial, percibo el ánimo de la gente y me pregunto: '¿Qué canción le cantaré para que le guste?' y como mis acompañantes siempre son muy profesionales, puedo armar mi repertorio allí mismo, al gusto de ellos, según van reaccionando.

"Casi nunca tengo un programa hecho; yo tanteo y la orquesta me sigue. Esa es la ilusión que yo llevo ante el público y, por lo general, al final se levantan muchas señoras que me abrazan y me besan, por cariño a la canción, claro, no a mí. Siempre recibo cartas, siempre cartas tan divertidas que no sé si lo que allí me dicen es verdad o no. Algunas mujeres me aseguran que están enamoradas de mí."

-¿Y usted les contesta?

-A esas cartas no contesto, no puedo, porque, ¿qué les puedo decir? Sólo muy agradecido, y muy agradecido, como cuando me pidió Agustín Lara que fuera su intérprete personal, sólo acerté a manifestar cuatro veces muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido y muy agradecido. A ellas también puedo decirles: "Muchas gracias, pero soy casado". También cuando hice mucho cine recibía cartas de admiradoras. Hice el corto Mujer, de la canción, en el que aparecieron las mujeres más bonitas de esa época, y en el corto destacó Ester Fernández.

"Después hice con los Calderón, México canta. Yo era el galán y el segundo era Pedro Armendáriz, imagínese usted, ¿eh? A esa le siguieron muchas películas cantando, siempre cantando. Recuerdo especialmente Los tres alegres compadres, con Agustín Lara y Luis Aguilar, con enorme éxito de taquilla."

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.