Usted está aquí: viernes 6 de abril de 2007 Sociedad y Justicia Vía crucis en terminales de autobuses para conseguir boletos y salir de vacaciones

Pese a incremento de corridas, la demanda de boletos superó la oferta a destinos turísticos

Vía crucis en terminales de autobuses para conseguir boletos y salir de vacaciones

De las 6 de la mañana al mediodía de ayer, 118 mil capitalinos habían dejado la ciudad

EMIR OLIVARES, ALEJANDRO CRUZ, GUSTAVO CASTILLO

Ampliar la imagen Salida de vacacionistas en la Central del Norte Foto: Luis Humberto González

Ampliar la imagen Pese a la saturación de playas y de hoteles en Acapulco, miles de capitalinos siguen saliendo hacia ese destino Foto: Javier Verdín

Pese a que ya es lugar común el vía crucis que padecen miles de capitalinos que cada año abarrotan las cuatro terminales de autobuses de la ciudad de México, los viajeros no planearon a tiempo sus salidas hacia los puntos turísticos del país en estas vacaciones de Semana Santa. Aunado a lo anterior, la oferta de las empresas camioneras no satisfizo la demanda, aunque se incrementaron las corridas entre 25 y 100 por ciento, como fue el caso de las centrales Norte y Tapo.

Quienes lograron conseguir un boleto tuvieron que hacer filas de espera de entre tres y siete horas: "dicen que ya no hay nada para (el puerto de) Veracruz hoy, sólo para Orizaba, pero sale hasta las 7 de la noche; llegamos a las 12 y de ahí a ver cómo le hacemos", dijo un joven a su amigo, explicándole la situación.

Escenas como ésta fueron muy comunes ayer en las cuatro terminales de autobuses que desde muy temprano se encontraban repletas de familias y grupos de jóvenes que querían salir de la capital. Con ropa holgada, gorras, sombreros, lentes oscuros, bolsas del mandado -con todo y tortas- y hasta perros, los viajeros deambulaban por los andenes. "Esperamos cinco horas para conseguir un boleto a Pasta de Castrejón, en Guerrero", señaló el jefe de una familia de cinco miembros, en la Central Sur.

En pocas horas se agotaron casi todas las plazas para los principales destinos, como Acapulco, Oaxaca, Veracruz, Cancún, Cuernavaca, Michoacán, Guadalajara y Puebla, por lo que muchos vacacionistas optaron por hacer escala en ciudades intermedias, para de ahí dirigirse a su destino final.

"Es un albur, porque también allá (en Puebla) está todo saturado", dijo una vendedora de boletos, quien aseguró que esta situación ocurre porque los viajeros no compran sus pasajes con antelación.

Pero eso no fue todo, pues en los trayectos a la ciudad de Puebla, el incremento de corridas, las obras por el distribuidor vial de Zaragoza y el cierre de avenidas con motivo de los festejos de Semana Santa en Iztapalapa, provocaron que los autobuses hicieran el trayecto en cuatro horas, cuando en general se lleva la mitad de este tiempo.

Como regularmente sucede, todo se dejó al final. "Vamos a Acapulco, pero no compramos boletos ni tenemos reservación de hotel, porque hace media hora todavía no sabíamos ni a dónde íbamos a ir; además, en nuestros trabajos apenas ayer en la noche nos confirmaron las vacaciones", explicaron Efraín y Diana, una pareja de jóvenes que después de dos horas pudieron conseguir boletos, aunque el más caro, para ese puerto.

Alvaro Peña Torres, jefe de la Central del Sur, indicó que de las 6 de la mañana hasta el mediodía habían salido por esta terminal alrededor de 13 mil personas, aunque la de mayor afluencia hasta esa hora fue la terminal Poniente, con 60 mil viajeros (porque muchos iban a Chalma), seguida de la Tapo, con 20 mil, y la del Norte, con más de 15 mil.

Ante la creciente demanda de boletos, las diferentes líneas de autobuses tuvieron que abrir corridas extraordinarias, y conforme se iban ocupando las plazas emprendían el viaje.

En la terminal Norte, por ejemplo, al mediodía de ayer ya no quedaban boletos para casi ningún destino de Veracruz; sólo unos cuantos, a las 11 de la noche, hacia Poza Rica. Tampoco para otros destinos, como Tuxtla Gutiérrez, e incluso Pachuca. Para Tulancingo y Puebla los únicos horarios disponibles eran después de las 5 de la tarde.

Mientras, en la Central del Sur cada 10 minutos partía un autobús a Cuernavaca, y cada media hora hacia Acapulco, cuando lo común es 30 minutos para el primer destino y una hora para el segundo.

Había filas para todo: para salir del Metro, para comprar boletos, para ir al baño, para pasar a la sala de última espera, para documentar el equipaje e incluso para subir al autobús.

Por otro lado, la red carretera metropolitana también se vio saturada por la salida de capitalinos. Las autopistas México-Puebla, México-Toluca y México-Cuernavaca fueron las de mayor afluencia.

 
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