Serán para 150 personas; embajadores acreditados en México, entre ellas

Instalarán gradas para invitados especiales a la Pasión en Iztapalapa

Estiman en más 2 millones los asistentes a las centenarias representaciones de Semana Santa

ARTURO CRUZ BARCENAS

La crucifixión de Jesús en primera fila (y no es cine) o área VIP. Por primera vez en la historia, que se remonta a 164 años, la Pasión de Cristo en Iztapalapa la verán cómodamente desde unas gradas unas 150 personas, entre ellas varios embajadores acreditados en México, y algunos interesados en este turismo religioso y cultural, que desde el pasado primero de abril, Domingo de Ramos, hasta el 8 de este mes, reunirá a más de 2 millones de personas. Tan sólo el Viernes Santo (mañana) llegarán 700 mil, entre creyentes y curiosos.

La idea es fomentar el turismo y a Iztapalapa, para que no sea considerada sólo una delegación con conflictos, con tiraderos de autos y tianguis al por mayor.

Ayer miércoles, carpinteros y soldadores daban los últimos toques a los dos escenarios levantados en el Jardín Cuitláhuac, en el centro de Iztapalapa, el primero de color amarillo, donde hoy jueves Jesús y sus discípulos escenificarán la Ultima Cena. El programa es amplio y tan sólo para dar seguridad a los asistentes participarán coordinadamente más de 750 efectivos de seguridad.

Emmanuel Guillén Roldán, Jesús 2007, no dio entrevistas ayer, "ni a la tele", pues está en retiro espiritual. Es originario del Barrio de San Ignacio, estudia contaduría y tiene 22 años.

La delegación Iztapalapa destinará 10 millones 366 mil pesos en apoyos de logística, sonorización, materiales, impresos, sanitarios, elencos artísticos hidratantes, entre otros. Habrá "ley seca" y a quien se sorprenda con una cerveza en la mano se le aplicará.

Tradición surgida del agradecimiento

Uno de los tres cronistas (el decano, desde 1970) de Iztapalapa, Jorge de León Rivera, quien a su vez es director del Museo Fuego Nuevo en el Cerro de la Estrella -lo nombró cronista Salvador Novo-, expuso que esta tradición surgió como agradecimiento porque en la iglesia de la Cuevita se colocó un Cristo de madera que lugareños de Etla, Oaxaca, llevaron a restaurar. Llovió y lo pusieron en una cueva, de las varias que hay en el santuario. Se asegura que ya no quiso salir y desde entonces esta ahí, yacente.

Como agradecimiento surgió la representación, que lleva ya 164 años. "El templo ya existía. En 1833 comenzó una gran epidemia de cólera en Iztapalapa que mató a miles. Le pidieron al Señor de la Cuevita un exvoto, que es una manda, un encuentro con la divinidad.

"Al principio era muy diferente. Era un Te Deum, actos públicos; en 1943 participaban sobre todo niños. Como a Cristo lo crucificaron en un cerro y aquí hay, se adecuó la historia. En la Narvarte, por ejemplo, sería imposible. Muchos de los personajes de la Pasión de Iztapalapa no existen en los evangelios, pero eso no importa. Aquí, la diferencia es que no hay actores profesionales. Tienen que ser de los barrios de la zona.

"El papel protagónico, el de Jesús, es muy difícil: primero, debe tener fortaleza física, aunque se le entrena; memoria para aprenderse los parlamentos, pues no hay apuntador electrónico; debe tener buena dicción; no debe caminar agachado, y lo más difícil: algo que se siente dentro, y que yo llamaría estrés. Ellos, los Cristos, dicen que no lo saben definir. ¿Es pánico escénico? Se enfrentan a un público de 800 mil personas.

"La pasión de Cristo es un rito. Hay una conseja, porque a las tres de la tarde, cuando Jesús muere en la cruz, llueve. La gente dice que es por la fuerza de toda la comunidad. Si esta procesión sale bien es por la experiencia de más de un siglo. La mayor manifestación popular, de religiosidad popular, en el mundo, por el número de participantes, es la de Iztapalapa. Es probable que venga el cardenal Norberto Rivera Carrera, el viernes".

Silvia Zugarazo Sánchez, también cronista de Iztapalapa, dijo que aunque a la demarcación han llegado fieles de otras religiones, sigue predominando la católica, según datos del INEGI. "En 164 años de tradición han cambiado los escenarios, el número de actores, los ambientes, pero sigue siendo un factor de unidad entre los iztapalapenses.

"Este año, la delegación ofreció visitas guiadas a las diferentes áreas de turismo en el Distrito Federal. Ahora vendrán diversos embajadores a ver la Pasión de Cristo en Iztapalapa, a los cuales atenderemos; los llevaremos llevándolos a los diferentes escenarios, como en el Jardín Cuitláhuac, donde verán el momento en el que es sentenciado, la escena de los azotes, etcétera; las caídas se proyectarán en unas pantallas grandes.

"Después los trasladaremos al Cerro de la Estrella para que vean la parte culminante de la representación, mediante de rutas alternas, por la parte de atrás del Cerro de la Estrella. Nos aposentaremos (sic) en las gradas. Es para la gente con la que se está promoviendo el turismo", añadió.

José Alberto Ortega, diácono del grupo pastoral que atiende a los fieles en el Santuario del Señor del Santo Sepulcro, o del Señor de la Cuevita, una de las iglesias más tradicionales del pueblo de Iztapalapa, expresó: "Estamos al pendiente de que estos actos de fe sean acordes con las celebraciones propias de la Iglesia. Sin embargo, en Iztapalapa la Pasión de Cristo es la gente la que por sí misma se organiza. Nosotros los encauzamos.

"El mismo pueblo ha redescubierto el valor de esta tradición y la transmite a sus hijos. La Semana Santa abarca los días más importantes de la fe católica".

En mayo próximo se colocará la primera piedra del que será el Museo de la Pasión, en Calzada Ermita Iztapalapa número 100, Barrio San Pablo.