En foro Globalmeeting, escritor israelí critica indiferencia de Occidente ante la región
Es factible ahora alcanzar la paz en Medio Oriente, dice ministro palestino
Integrante de ONG analiza la desindustrialización de Estados Unidos, país al que define como el espacio de la crisis del derecho, tanto local como internacional
Ampliar la imagen Una manifestante palestina alega con soldados de Tel Aviv durante la protesta del viernes pasado contra el llamado muro de seguridad israelí y para conmemorar el Día de la Tierra -asesinato de seis árabes israelíes en 1976 por oponerse a expropiaciones judías-, en Bilin, cerca de la localidad cisjordana de Ramallah. La represión dejó decenas de palestinos lesionados Foto: Ap
Venecia, Italia, 31 de marzo. A diez días de formado el nuevo gobierno de coalición palestino, Musthapha Barghouti, su ministro de Información y Comunicación, aseguró que hoy es factible alcanzar la paz en Medio Oriente.
Durante una conferencia impartida ante unos 900 delegados en el Globalmeeting provenientes de casi todos los países de la Unión Europea, el también parlamentario de la Línea Democrática Progresista expuso un amplio balance tanto de la ocupación israelí como de los retos y posibilidades del nuevo pacto gubernamental alcanzado por fuerzas políticas que, afirmó, representan 96 por ciento del electorado palestino.
Antes de Musthapha Barghouti habló en el encuentro el escritor israelí Yitzhak Laor. Hijo de inmigrantes alemanes que salieron de su país durante el nazismo, advirtió sobre la necesidad de conceptualizar la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel, la más larga de la historia moderna. "Palestina -expresó- está en peligro de extinción."
Laor externó muy francamente su malestar con la indiferencia del mundo occidental ante el desastre humano en la región, diferente a lo que existía en Europa hace 20 años. Este cambio, dijo, proviene de dos factores centrales. Primero, el odio al Islam que se vive en el continente, relacionado tanto con el creciente miedo contra los inmigrantes, como a la incapacidad europea para anexar al mundo islámico. Y, segundo, la nueva cultura del holocausto surgida en la década de los 70, después de la caída del muro de Berlín.
El corresponsal del diario italiano Il Manifesto Michele Giorgio, coordinador de la mesa, aseguró que, a diferencia de lo que sucede en otras regiones del planeta, en ésta la política de Estados Unidos ha sido exitosa. El control sobre los territorios por Israel es cada día más fuerte. Hablar aquí -dijo polémicamente- de la derrota del unilateralismo estadunidense es, por lo menos, exagerado.
El nuevo gobierno palestino y la paz
La formación del nuevo gobierno palestino, de acuerdo con el ministro Barghouti, es relevante por tres razones. En primer término, porque previene una guerra civil, preserva la democracia y acerca la posibilidad de la paz. En segundo lugar, porque facilita el despliegue de una iniciativa árabe. Y, finalmente, porque convence a la comunidad internacional de que en el área no hay espacio para soluciones parciales.
De acuerdo con el ministro, el nuevo gobierno obligó al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) a asumir importantes concesiones. La nueva plataforma social es progresista, reconoce los derechos de la mujer, y se compromete, explícitamente, a honrar y respetar tanto el derecho internacional como la ley humanitaria.
Estados Unidos e Israel, explicó, exigen al nuevo gobierno el cumplimiento de tres requisitos: el fin de la violencia, el respeto a los acuerdos existentes y el reconocimiento de Israel. Barghouti recordó que los palestinos tienen el derecho de resistir a la ocupación de sus territorios de cualquier forma reconocida por la ley humanitaria e internacional. "No vamos a atacar civiles -dijo-; hemos ofrecido al gobierno de Ehud Olmert el completo cese al fuego, sobre la base de una absoluta reciprocidad."
De la misma manera, continuó, "respetamos todos los acuerdos existentes. Pero no olvidamos que cuando Ariel Sharon llegó al poder dijo que no aceptaba los Acuerdos de Oslo, pero que los respetaría si los palestinos los cumplían.
"Sobre el reconocimiento de Israel -señaló el ministro Barghouti- estamos de acuerdo con el plan árabe." Según esta iniciativa, los 22 miembros de la Liga Arabe se comprometen a reconocer el Estado de Israel a cambio de la retirada total de este país de los territorios ocupados en la Guerra de los Seis Días de 1967. Asimismo, exige la creación de un Estado palestino independiente con capital en Jerusalén Este y el derecho de retorno de los refugiados palestinos, reconocido en la resolución 194 de la Organización de Naciones Unidas.
Sin embargo, según el parlamentario, Israel se niega a negociar y ni siquiera acepta un alto al fuego. Lo que quiere -asegura- es ganar tiempo para anexarse más territorio. Busca mantener un sistema de apartheid peor que el de Sudáfrica. Pretende limitar al territorio palestino al 11 por ciento del que tuvo originalmente, y controlar las mejores tierras y las fuentes de agua dulce "Nosotros -concluyó- estamos dispuestos a aceptar una solución que reconozca dos estados en la región."
En el corazón del imperio
Los trabajos del Globalmeeting del día de hoy abordaron también la vasta complejidad estadunidense. Guiseppe Caccia, integrante de la agrupación Uninomade, habló de las múltiples crisis por las que atraviesa Estados Unidos. Explicó el proceso de desindustrialización que sacude a esa nación. Puso la tragedia del huracán Katrina en Nueva Orleans y su devastador efecto en los sectores más vulnerables de la población, como símbolo de los límites del desarrollo capitalista que ha dejado de lado cualquier preocupación ecológica de fondo.
Guiseppe Caccia, antiguo concejal de la alcaldía de Venecia, desmenuzó la crisis de la representación política que se vive en Washington, expresada, entre otras formas, en la convergencia sobre el centro de los dos principales partidos, el impacto de los medios electrónicos de comunicación en el mercado político institucional y en la industria del "escándalo". Las polémicas elecciones presidenciales de 2000 -aseguró- hablan de ellos. Se refirió, finalmente, a Estados Unidos como el espacio de la crisis del derecho, tanto interno como internacional, con su Guantánamo, su Ley Patriótica, la práctica de la tortura, la desaparición de la garantía constitucional del habeas corpus, la indefinición de los papeles de la policía y el ejército. Se trata de una crisis que pone en entredicho las bases mismas del derecho en las democracias liberales.
En su turno, los profesores y activistas Heather Gautney y Stanley Aronowitz expusieron un detallado recuento de las luchas de resistencia dentro del imperio, desde Seattle, en 1999, hasta los cambios y la radicalización vividos en el movimiento sindical, pasando por las protestas contra la guerra y de los efectos del 11 de septiembre de 2001 en el movimiento contra la globalización neoliberal.
El mapa de la resistencia dibujado por ambos académicos muestra que, en contra de lo que podía esperarse, en el corazón mismo del imperio actúan fuerzas que le resisten con imaginación y audacia.