Satisface a Juan Pablo Villaseñor la reacción del público; "era lo que buscaba", expresó
Espérame en otro mundo emocionó en el festival de cine de Guadalajara
Informó que en su nueva cinta maneja el mundo de los sentimientos para que el espectador se identifique
Guadalajara, 27 de marzo. Los aplausos son un parámetro de aceptación y la película Espérame en otro mundo, de Juan Pablo Villaseñor (México, 1956), recibió muchos al final de su primera presentación en el 22 Festival Internacional de Cine en Guadalajara. La expectativa del público era grande, debido a que el director se graduó en el Centro de Capacitación Cinematográfica con el cortometraje ganador del Ariel Y yo que la quiero tanto; el primero que realizó, Por si no te vuelvo a ver obtuvo 30 premios, entre ellos el Ariel de Oro a la mejor película mexicana de 1997, y en 2004 presentó Los niños de Morelia, postulado al Ariel en la categoría de largometraje documental.
"Las personas que se acercaron a nosotros -expresó en entrevista-, al final de la función, estaban contentas. Gustó en el sentido que yo buscaba: que emocionara, debido al mundo que manejo, que es el de los afectos, de la emoción, del sentimiento, de la ilusión; eso lo trabajo en las historias, en el ensayo y en el diseño de cada uno de los personajes, las atmósferas. Todo esto va encaminado hacia la emoción, que intento exponer en la pantalla al espectador, para que se identifique con los personajes, que se conmueva con ellos, que se vea como un reflejo. Espectador viene de espectar, y esta palabra viene de espejo. Se trata de verte, no importa que alguien venga de una cultura diferente o de una clase social distinta.
"Los elementos que uso son universales, como el sentimiento del amor, del deseo, de la venganza, de la ira... que son comunes a un hindú, a un mexicano, a un nórdico; es el inconsciente colectivo; está ahí como valor universal y, aparte, el biográfico, el freudiano. En cada uno de los personajes, en cada una de sus historias. Lo universal y lo personal; lo local inmerso en una cultura, en una clase social que conozco y que es la clase media".
Hay asuntos más importantes que las competencias, afirma
Espérame en otro mundo está en competencia en la categoría de largometraje de ficción mexicano. "Pues... no me preocupa tanto. Eso de poner las películas a competir... como si fueran caballos es un poco raro. Es mucho mejor que todas las películas sean buenas, porque eso habla del festival y de la calidad del cine mexicano.
"Nos faltan cosas aún más importantes: volver a conquistar al público, atraerlo, y lograr leyes más favorables para la recuperación económica, para la distribución, etcétera", añadió.
Para Villaseñor la aprobación del artículo 226 de incentivos fiscales a la producción cinematográfica es positiva. "Eso va a reactivar la industria y es bueno para todos. Si hay muchas películas, al menos si 30 por ciento son buenas, decentes, creo que estaremos muy bien."
-¿Cómo es hacer cine para usted?
-Para empezar, hacer cine es caro, porque una película muy barata cuesta un millón de dólares. ¡Es un dineral! Y recuperar lo invertido es todavía más difícil, porque de la distribución del peso en taquilla el que más arriesga, que es el productor, es el que menos recupera del porcentaje. Los que no arriesgan tanto son el distribuidor y el exhibidor y se llevan más de 50 por ciento.
"Ahora bien, la economía en nuestro país está un poco frágil, si se considera que la competencia del cine de Estados Unidos es tan fuerte y los distribuidores y exhibidores no se ponen de nuestra parte y eso complica. Lo difícil no es hacer las películas, sino que lleguen a su destino: las salas. De repente les estorbamos a los exhibidores, quienes ya tienen la promesa con Godzila para no sé cuántas salas.
"No es el mismo compromiso con las películas mexicanas. Hace falta legislar en ese sentido, como los japoneses.
"Si se estuviera con las mismas reglas sería otra cosa, pero el cine de Estados Unidos pareciera que es el doméstico, el nacional, y las películas mexicanas parece que fueran coreanas. La gente en la calle sabe mucho más de cine estadunidense que de nuestras películas. En la década de los años 70 sí teníamos un público mexicano. La gente iba a ver nuestras cintas porque el boleto estaba más bajo, el cine estaba en la canasta básica.
"Hay que ponerse a pensar en algo tan ingrato como esto: ¿cuánto cuesta el boleto para el cine? Cincuenta pesos. ¿Cuánto es el salario mínimo? ¿Cómo va a ir la gente a gastarse casi un día de su salario, sin contar a su esposa e hijos, más el transporte y las palomitas. ¡Sale carísimo! ¿Qué tipo de cine se está haciendo? Ya no se hace el cine social, que es el de los años 70."
En Espérame... actúan Natalia Esperón, Margarita Sanz, Fernando Becerril, Hernán Mendoza, Jorge Galván y Luis Rábago.