Usted está aquí: domingo 25 de marzo de 2007 Cultura Más que la erupción, Vicente Rojo aspira a expresar la calma y la belleza

El artista exhibe por primera vez todos sus volcanes en el museo Anahuacalli

Más que la erupción, Vicente Rojo aspira a expresar la calma y la belleza

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen El maestro Vicente Rojo en su estudio de Coyoacán, el pasado viernes, durante la entrevista con La Jornada Foto: José Antonio López

Los volcanes de Vicente Rojo vuelven a su escenario primigenio mediante una exposición del artista que reúne 25 esculturas en bronce, de pequeño y mediano formatos.

Se trata de Volcanes construidos que se inauguradó el sábado 24 en la amplia explanada de piedra volcánica traída del Xitle al Museo Anahuacalli (calle Museo 150, San Pablo Tepetlapa, Coyoacán).

Realizadas en dos etapas, ni siquiera su creador ha visto juntas esas obras. Hay volcanes suyos de gran formato en la avenida Miguel Angel de Quevedo, en Ciudad Nezahualcóyotl y la capital de Colima.

Los volcanes es un minitema de su serie Escenarios que llegó a su fin, como se ha anunciado en estas páginas. Desde hace tiempo, Rojo trabaja en una nueva serie, Escrituras, de la que se podrá ver una muestra muy pronto, pues en abril el artista inaugurará Carta geométrica, mural hecho de metal, una especie de altorrelieve, en el Instituto de Ingeniería de la UNAM. La serie incluye, entre sus temas, ''cartas temáticas", a la vez que ''correspondencia".

-¿Cómo sabe que está por acabarse una serie?

-Ya he tenido varias experiencias de ese tipo. Siento que la serie se está acabando cuando empiezan a surgir elementos que forman parte de otra cosa, es decir, no están en los orígenes de esa serie, ni en el desarrollo. Aparecen elementos que abren otros caminos. Esta es la ilusión que me hago. Han sido muchos años de trabajar también sobre el tema de los volcanes. Me quedan algunas colitas, por ejemplo, la última exposición que en realidad voy a hacer con material nuevo será dentro de un año, en Barcelona.

''Tiene que ver con obras que hice el año pasado en la propia Barcelona, que voy a completar y presentar allí como final real de la serie. Mientras tanto ya están los elementos que considero pueden ser el origen de esta nueva serie que vengo pensando desde hace mucho tiempo: Escrituras."

-¿Cuáles son esos elementos casi intrusos?

-Son elementos que perturban la serie que hacía e indican que hay otras salidas, posibilidades, imágenes, que me crean la sensación de tener que empezar un tema nuevo. No podría saber muy bien qué son, ni cómo son. No es nada concreto, es algo que como idea tengo desde hace muchísimo tiempo, pero como imagen precisa, no, pero que empiezo a desarrollar ahora.

-¿Qué le dejó como artista la serie sobre los volcanes?

-Para mí es el trabajo que vengo desarrollando desde hace muchos años, que va adquiriendo tonos diferentes. No son, ni pueden ser, cambios profundos, pero sí caminos, sendas o veredas que va recogiendo mi trabajo. Eso siempre lo digo como una ilusión mía. No sé si llega a los términos que me imagino, pero como ilusión me ha funcionado y siempre parte de imágenes que tengo confusas, que con mi trabajo trato de definir.

-¿No retomaría Volcanes por ningún motivo?

-No, como he hecho con las otras series, nunca he vuelto a hacer una ''negación", ni un ''recuerdo" ni un ''México bajo la lluvia" ni más ''escenarios". Eso me diferencia con otros pintores que trabajan de manera seriada. Quizá pueden repetir tiempos después, pero no he podido repetir ningún elemento de las series anteriores.

Respeto por la escritura real

-¿Vicente Rojo también tiene su lado volcánico, explosivo, de su personalidad?

-Quizá lo tenga, pero no quiero que se note. Si se nota que sea en mi trabajo, pero no en mi actuación. Aspiro a ser bastante tranquilo. En lugar de los gritos, prefiero los susurros. Esos volcanes en realidad lo que representan no es la erupción, sino la calma y la belleza, posiblemente.

Al igual que Escenarios estaba formada por miniseries, Escrituras también tendrá sus minitemas: ''Habrá escritura, propiamente, correspondencia, algo que se llama diario público y autobiografía".

-¿Usted escribe?

-He escrito en ocasiones, pero no. Tengo enorme respeto para la escritura real. Las mías van a ser escrituras falsas, obviamente.

-¿Van a haber palabras o frases?

-No, hay elementos que recuerdan la escritura. Como siempre trabajo a partir de elementos geométricos, me gustaría que se vieran como una lectura visual.

-¿Acostumbra llevar un diario?

-No. Componer una frase sencilla es un problema, porque veo claramente que se puede poner de muchas maneras. Y nunca sé cuál es la buena. Entonces, me abstengo.

-Si alguien le pide un texto, un prólogo, ¿qué diría?

-Me disculpo cortésmente. En alguna época hace años, cuando alguien me pedía unas cosas, habré hecho tres o cuatro o cinco textos, por cariño, simpatía, que ahora puedo ver con cierta vergüenza, pero allí están. El texto más largo que escribí fue cuando ingresé a El Colegio Nacional, ante la necesidad de explicar quién era.

Aparte del mural Carta geométrica, Escrituras también se extenderá al grabado mediante el libro de pequeño formato Novela, que imprime el taller La Siempre Habana. Para Rojo equivale a un ''atrevimiento" llamar novela a algo que es ''absolutamente ilegible, pero que, espero, sea legible visualmente".

 
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