Altos funcionarios iraquíes restan importancia al hecho: "No fue falla en la seguridad"
Explota artefacto en Bagdad a metros del secretario general de la ONU
Ban Ki Moon estaba destacando que la violencia sectaria ha decrecido en la nación ocupada
Ampliar la imagen Secuencia fotográfica que muestra al secretario de la ONU en momentos en que estalla un artefacto cerca del lugar donde daba una conferencia de prensa junto con el premier iraquí Foto: Reuters
Sulaimaniyah, 22 de marzo. Un cohete o bomba lanzado con mortero explotó a 45 metros del lugar en que el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki Moon, acababa de decir a periodistas en Bagdad que estaba considerando reforzar la presencia del organismo en Irak porque la seguridad ha mejorado.
Un sobresaltado Ban se ocultó detrás de las flores artificiales que decoraban el podio, como para cubrirse, al tiempo que el rugido de la explosión retumbó en el recinto en que daba una conferencia de prensa al lado del primer ministro iraquí, Nuri Maliki.
Esta es la primera gira de Ban a Irak, y al igual que todas las otras de dignatarios internacionales de alto rango a la capital iraquí, fue una visita "sorpresa", pues es una forma de entrar y salir del país antes de que los insurgentes puedan reaccionar.
En el caso de Ban, la respuesta insurgente fue inmediata y muy precisa: el estallido ocurrió tan cerca del lugar donde se celebraba la conferencia de prensa que trozos de mampostería cayeron del techo y dos de los guardias que estaban a la entrada resultaron con heridas leves.
Altos funcionarios iraquíes restaron importancia al hecho. "No fue una falla en la seguridad", sostuvo el ministro del Interior, Jawad Bolani. "Ocurre en Bagdad una o dos veces por semana".
En realidad, ocurren con horas de diferencia afuera de la Zona Verde, de la cual los funcionarios salen muy de vez en cuando. En sí, la zona es regularmente bombardeada con morteros y cohetes Katiusha que a veces dan en el blanco, y el lugar favorito para lanzarlos es el área de Dohra.
Este incidente es la más vergonzosa conclusión de una visita oficial desde que Paul Wolfowitz, cuando fungía como secretario de Defensa adjunto, salió corriendo en pijama de su suite en el hotel Al Rashid y escapó por una escalera llena de humo en noviembre de 2003, cuando cerca de ahí cayó una batería de cohetes que mató a un coronel estadunidense.
Wolfowitz había estado de gira por Irak, haciendo declaraciones optimistas sobre el éxito de la ocupación estadunidense.
De igual forma, Ban se había afanado en elogiar el "sólido liderazgo" de Maliki, y agregó: "A medida que apreciamos la mejor situación en el terreno, estoy considerando incrementar la presencia de Naciones Unidas en Irak".
Fue en agosto de 2003 cuando un camión bomba explotó cerca de las instalaciones de la ONU y mató al enviado especial, Sergio Vieira de Mello, y a 21 personas.
Todo indica que ya es una táctica de los insurgentes garantizar que cualquier potencial aliado extranjero de Estados Unidos que llegue aquí será motivo de un ataque inmediato.
Es de suponer que Ban ya no piensa mandar a más personal de la ONU a Bagdad. Sí, ha habido disminución de violencia sectaria en la capital desde que comenzó a implementarse el llamado "plan" de seguridad estadunidense, en febrero último.
Pero en gran medida esto se debe a que el Ejército de Mehdi, la principal milicia chiíta, ha recibido órdenes de su líder, Moqtada Sadr, de no causar problemas a las tropas estadunidenses.
"Los chiítas han dejado de matar a los sunitas, pero los sunitas no han dejado de matar a los chiítas", admitió un funcionario anónimo del gobierno iraquí.
Los chiítas normalmente aprovechan puestos de control y utilizan escuadrones de la muerte para matar a sunitas, mientras que éstos últimos suelen usar ataques suicidas y coches bomba en mercados concurridos para conseguir mayores saldos mortales entre los creyentes chiítas.
El funcionario dijo que "no se espera que la paciencia de los chiítas sea eterna, y si hay resurgimiento de la violencia sectaria, ésta será peor que la anterior".
Además de la guerra entre los insurgentes sunitas y el ejército de Estados Unidos, y del conflicto entre chiítas y sunitas, existe una lucha intestina chiíta entre las diferentes milicias.
La misma estalló hoy en Basora, que tradicionalmente es feudo del pequeño pero muy poderoso partido Fadhila, cuando milicianos fieles a Sadr atacaron los cuarteles de Fadhila en el centro de la ciudad. De inmediato, el gobierno impuso el toque de queda.
Estados Unidos parece no saber si debe confrontar a Sadr o conciliar con él. Un día después de excarcelar al lugarteniente del líder chiíta, Ahmed Shiban, quien estuvo bajo custodia más de dos años, el ejército estadunidense anunció la captura de otro colaborador de Sadr, Qais Khazaali, y otros acusados de planear el asesinato de cinco soldados estadunidenses en Kerbala, en enero.
Cuatro uniformados fueron capturados dentro de un complejo del gobierno iraquí en la ciudad de Kerbala por guerrilleros vestidos como soldados estadunidenses, y después asesinados.
En total fueron cinco los soldados del ejército invasor que murieron en ese ataque, que en su momento Estados Unidos atribuyó a combatientes iraníes.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca