A mitad del foro
Alambrismo estabilizador
De cien en cien
Petróleo y Oaxaca
Ampliar la imagen George W. Bush y Felipe Calderón durante su encuentro del pasado martes en las ruinas arqueológicas de Uxmal Foto: José Antonio López
Felipe de Jesús Calderón y George W. Bush fueron trova yucateca en la que cada cual cantaba su tonada. En rueda de prensa coincidieron en que no hablaron de petróleo porque ese es asunto exclusivo de los mexicanos. Discreto acuerdo para evitar un público desacuerdo. De la frontera común, el del norte insistiría que es asunto del Congreso, pero él se esforzaría en la búsqueda del acuerdo migratorio, mientras el anfitrión repetía que es mejor un kilómetro de carretera en Michoacán o Zacatecas que cien millas de muro en Nuevo México o Arizona.
En Quintana Roo, al poner en marcha un programa nacional de protección contra incendios, en compañía del gobernador Félix González Canto, el presidente Calderón se dirigió a las autoridades municipales "de Lázaro Cárdenas". Discreto apuntador aclaró que era Benito Juárez. El del PAN sonrió, evitó entramparse entre la Reforma y la Revolución, aclaró y obvió el lapsus freudiano. No hablaron en público de petróleo. Pero la magia de la memoria, los idus de marzo y los negocios del señor Julio César, hicieron aflorar la nacionalización y el nombre del gran expropiador: Lázaro Cárdenas, general de América, diría el poeta. El Presidente sabe lo que es el Estado mexicano y de dónde viene. Se ubicó al centro, pero sabe que la línea recta no es el camino más corto a la derechización.
Hoy, 18 de marzo de 2007, a 69 años de la expropiación petrolera, Fidel Herrera, gobernador de Veracruz, es el anfitrión. El presidente Felipe Calderón, Jesús Reyes Heroles y Carlos Romero Deschamps lo acompañarán en los festejos y se expondrá en público lo que tanto George W. Bush y Condoleezza Rice como Felipe Calderón dijeron que era asunto exclusivo de los mexicanos. Seguirá siéndolo. Las rentas y las reservas quieren los de la ambición sin riesgos. Pero ambas seguirán siendo de la nación y a cargo del Estado. La inmensa mayoría de las empresas petroleras del mundo son estatales. Y Bush inició su recorrido por la América nuestra en Brasil, donde él y Lula hablaron abiertamente de energía, de etanol, petróleo y gas: Petrobrás es empresa estatal. Lula es líder obrero, de esa izquierda que dicen ya no existe y ahí está, aunque ahora sea terquedad neoconservadora la que sostiene: ''si la realidad no está de acuerdo, peor para la realidad".
Ahí vamos. De cien en cien el recuento de los trabajos y los días. Impronta napoleónica que no llegó con las tropas de Napoleón el pequeño; vino del norte, de la actividad intensa de Franklin D. Roosevelt y la convicción keynesiana de que "a largo plazo todos estaremos muertos." Joaquín López Dóriga entrevistó al presidente Calderón en Mérida. Ah, si París tuviera un Paseo Montejo... repite la pretenciosa y chauvinista casta divina. El de Michoacán, discreto y prematuramente satisfecho. La guerra contra el crimen organizado, contra el narcotráfico y las cabezas cortadas y arrojadas al rostro del imperio de la ley. Cien días de militarización estabilizadora. Pero el titular del Ejecutivo diría que se superó la inquietante incertidumbre de los primeros días del mandato.
Agarrado a la cabeza de la silla, siente las riendas firmes. Espino juega a Catilina. Pero el PAN ya es partido en el gobierno. Y hoy tendremos los primeros signos de lo previsto para invertir en Pemex y no dejar a Hacienda en la indigencia. Aunque por ahí apuntan algunos empresarios que no son compatibles una baja recaudación fiscal de 11 por ciento del PIB y un gasto público cercano al 25 por ciento del mismo. Será porque rechazan toda posibilidad de reforma con impuesto sobre la renta progresivo en el que paguen más quienes más ganan. En todo caso, sin los ingresos de Pemex, Hacienda no llega a ranchería. En estos amargos días de concentración creciente de la riqueza y multiplicación cósmica de la pobreza, murió Antonio Ortiz Mena, director del IMSS y secretario de Hacienda en el sexenio de Adolfo López Mateos y casi todo el de Gustavo Díaz Ordaz. Instauró el llamado "desarrollo estabilizador". Después, el diluvio.
El vuelco finisecular, cinco lustros de crisis con disciplina fiscal, cero déficit y crecimiento nulo. El alambrismo estabilizador resultó parálisis de la nueva ortodoxia y en política de chaqueteros. Pero en plena crisis de la clase dirigente, en el desánimo del desempleo, la oligarquía pide regulación después de años de maldecir la rectoría económica: y sin embargo se mueve. Ante la prepotencia de dueños de minas, la disputa por la televisión abierta entre el gran capital y la Iglesia católica, los electricistas del SME recuerdan la tradición combativa, los asambleístas del Distrito Federal reivindican la laicidad y en San Lázaro reviven los acuerdos parlamentarios.
Van a reformar a fondo el ISSSTE. Y las pensiones fugitivas del desdén actuarial y de la imposición de lo urgente sobre lo indispensable. Resurrección fantasmal de liderazgos que alguna vez fueron por delante, aunque les señalaran los objetivos desde las alturas. Los opuestos supieron recurrir al acuerdo parlamentario, a la negociación que siempre implica conceder para obtener. Joel Ayala, líder de la FSTSE, fracturada por el éxodo magisterial, por la expulsión de Elba Ester Gordillo, quien se llevó a su gente, pero conservó la plaza del ISSSTE, respondió a la sorprendida fracción del PRD que Agustín Rodríguez, dirigente del STUNAM y perredista, estuvo en la mesa donde se discutió la reforma y se fijaron los principios para crear la institución del Estado que manejará los fondos de retiro.
Miguel Angel Yunes hace gala de oficio político. La inversión del gobierno será enorme. Pero la inercia provocaría el desastre institucional y detonaría el desaliento de la clase trabajadora. ¿Quién sabe dónde vaya a saltar la próxima manga de langosta? Pero los que hacen como que hacen política se vieron ante el abismo y decidieron detener su andar sonámbulo. El SME emplazó a huelga. En la secretaría del Trabajo se dieron cuenta que la norma impone tutelar los intereses de los trabajadores; en Luz y Fuerza, en la CFE y en la Secretaría de Energía vieron que podría salirse de cauce el movimiento obrero y negociaron, negociaron, negociaron, hasta llegar al acuerdo de un aumento de 4.5 por ciento directo al salario, de 1.66 por ciento en prestaciones, así como la firma de un convenio para mejorar productividad, operación comercial y la modernización de la empresa.
Cuando ambas partes festejan lo obtenido algo habrán hecho bien. O al revés volteado: el informe de la CNDH sobre Oaxaca concluyó que no se pudo documentar ningún caso de desparecidos; el doctor Soberanes hace dura recomendación para investigar actos violatorios de derechos humanos, tanto del gobierno estatal como del federal. Ulises Ruiz respondió de inmediato que su gobierno dará puntual seguimiento al informe y acreditarán las medidas adoptadas para que sean sancionados quienes "han cometido actos fuera del marco jurídico".
En Oaxaca hubo muertos. Y simulaciones vergonzosas. Imposible olvidar al líder magisterial que tiró el arpa cuando se restauró el orden después de meses de barricadas, incendios y caos anarquizante: a la conductora de televisión que le preguntó por qué no aparecían los muertos en el primer desalojo, respondió cachazudamente: Si no hay cadáveres, no hubo muertos.
Felipe Calderón festejó 100 días. Quedan 2 mil 100 más.