El instituto sostiene, en un comunicado, que la decisión se apega a la normatividad
Confirma el INBA el desplazamiento de dos obras del museo Carrillo Gil
Una sí llegó a Los Pinos; la otra requiere restauración, explica
La información publicada ayer por La Jornada reabre el debate sobre el uso ornamental del patrimonio nacional
El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) confirmó la información publicada en primera plana de La Jornada de ayer miércoles, relativa al traslado de dos cuadros que fueron desplazados del Museo Carrillo Gil para formar la colección que adornará este sexenio la residencia oficial de Los Pinos.
Mediante un comunicado emitido ayer por la noche, el INBA informa que ''fueron técnicos especializados del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), quienes dictaminaron, embalaron y trasladaron los cuadros Cabeza de caballo, de David Alfaro Siqueiros y El retrato de un poeta, de Diego Rivera, previa autorización de las autoridades antes citadas".
Dichas autoridades, indica el boletín, son la Coordinación Nacional de Artes Plásticas y el mencionado Cencropam.
Una de las obras, en restauración
Además de confirmar que el destino final será Los Pinos, el INBA proporciona mayor información: ''el cuadro Cabeza de caballo, de David Alfaro Siqueiros, en ningún momento fue trasladado a la residencia oficial de Los Pinos, ya que los expertos dictaminaron que la pieza requería consolidación, resane y reintegración cromática en grietas y zonas localizadas, así como retoque de marco. Por eso fue llevada al Taller de Caballete del Cencropam, donde actualmente se encuentra para su restauración".
En cuanto a la otra obra, El retrato de un poeta, de Diego Rivera, el INBA informó anoche que ''se consideró que se encuentra en buen estado, por lo que fue trasladada a Los Pinos. Su salida fue absolutamente apegada a las multicitadas normas, en calidad de préstamo temporal para su exhibición en ese recinto oficial; el convenio de comodato fue elaborado y corre el trámite correspondiente".
En ese documento, explica la institución, ''se establece que la vigencia del préstamo será de máximo un año con revisión a los seis meses, se estipulan los requerimientos de seguridad y contempla que si el INBA requiere la pieza para alguna muestra u otro proyecto relacionado con sus labores sustantivas, está en posibilidad de retirarla de inmediato".
Costumbre sexenal
El boletín inicia así: ''Con apego a las facultades que le competen y en estricto cumplimiento a la normatividad técnico-académica vigente, el INBA es responsable de todo movimiento de su acervo artístico".
Enseguida da respuesta a la pregunta que formuló La Jornada y no había tenido contestación: ''las solicitudes de préstamo de obra a dependencias oficiales, conllevan los siguientes pasos: La Coordinación Nacional de Artes Plásticas es la instancia responsable de evaluar la solicitud y, en su caso, tramitar la autorización ante la Subdirección General de Bellas Artes. Es el Cencropam el organismo responsable de otorgar el aval técnico de acuerdo a las normas de operación y al Manual de Procedimientos para el Control de Obra Artística".
Sin mencionar el nombre de La Jornada, que publicó la información referida, apunta: ''Respecto de las notas publicadas el día de hoy (miércoles) en un medio de circulación nacional relativas a dos obras del Museo Carrillo Gil, se informa que los movimientos fueron realizados de acuerdo con la normatividad señalada".
La costumbre sexenal de adornar los despachos de funcionarios con obras pertenecientes al patrimonio cultural de los ciudadanos ha sido tema de interés público.
El debate se centra en que esas obras dejan de estar en los museos, al alcance del público, para trasladarse a ámbitos reducidos.