El pianista gaditano Sebastián Chano Domínguez se presenta hoy en Bellas Artes
''Cuando empecé a mezclar jazz y flamenco creí que me iban a crucificar''
Ampliar la imagen El swing, el duende, es algo que no se aprende en el Conservatorio, manifiesta Chano Domínguez a La Jornada Foto: Cortesía del festival
Nacido en Cádiz, el flamenco corre por antonomasia por las venas del pianista Sebastián Chano Domínguez (1960). Abierto a los ritmos del mundo, la música venida ''de fuera" que más le ha interesado es la estadunidense, por su faceta de improvisación. Es decir, el lenguaje abierto y divertido que tiene el jazz, al cual se acercó de forma autodidacta hace 20 años.
Conocido por fusionar el jazz con el flamenco, a Domínguez corresponde el honor de inaugurar la versión 23 del Festival de México en el Centro Histórico, esta noche a las 20 horas, con el espectáculo Radical mestizo, en el Teatro del Palacio de Bellas Artes. Allí se volverá a presentar mañana, también acompañado de su grupo New Flamenco Sound.
Será la primera vez que el músico se presente de manera formal en la ciudad de México. El pasado diciembre actuó en el contexto del Festival de Campeche, y de regreso aquí participó en una ''memorable" jam session en el bar Zinco.
Innovador discurso musical
A los 18 años de edad, el joven pianista gaditano Chano Domínguez formó su primer grupo, Cai, que se distinguió por mezclar rock sinfónico escuchado en su juventud (Jethro Tull, Yes y Génesis), con música española.
En la década de los 80 saltó al ámbito jazzístico internacional con el grupo Hiscadix, ganador de la primera Muestra Nacional para Jóvenes Intérpretes, efectuada en Palma de Mallorca, en 1986.
En 1992, al grabar el primer disco de su propio grupo Trío, creyó que ''tanto los del jazz como los del flamenco me iban a crucificar".
Al contrario, recibió muchas llamadas telefónicas de personas de ambos mundos que ''me alentaban a seguir en este discurso musical que ofrecía".
Luego de grabar su disco Oye cómo viene, postulado a los premios Grammy en la categoría de jazz latino, Chano Domínguez se sumergió en el proyecto New Flamenco Jazz, tras aumentar su grupo con músicos del jazz español actual y componer música especial para esta formación.
Desde los tiempos de Cai no había vuelto a incluir el sonido electrónico en ningún disco suyo. Eso fue posible al ir a vivir a Barcelona hace seis años, donde encontró ''una serie de músicos que me parecían muy adecuados para hacer una nueva fusión de lo mío".
Al incluir sonoridades que no sólo sean las de los instrumentos acústicos, proyecta un ''montón de colores" al emplear teclado, vibráfono, salterio, trompeta, saxo alto y guitarra eléctrica. Su estilo muy particular obedece a su situación geográfica y su necesidad de aprender un lenguaje musical.
''Cuando empecé a mezclar jazz y flamenco creí que me iban a crucificar'', dice a La Jornada.
Andaluz transfronterizo
Sebastián Chano Domínguez se define como ''un músico andaluz que ha traspasado fronteras''.
Hace tres años fue invitado por Wynton Marsalis a tocar con la Orquesta de Jazz del Lincoln Center, con la cual se volverá a reunir este abril para otras tres fechas y la grabación de un disco. Al escucharlo tocar resulta difícil distinguir ''dónde empieza el flamenco y dónde termina el jazz, o viceversa". Describe el lenguaje empleado como ''dos barajas que son mezcladas por la persona que las conoce".
No todos los músicos tienen el don de la improvisación. De acuerdo con Domínguez, éste consiste en expresar el sentir de cierto momento: ''En el jazz, cómo se ha pasado el día, cómo se siente, le hace tocar el mismo tema de una manera muy diferente. El jazz permite tener la nomenclatura y el lenguaje para poderlo combinar y crear en el momento.
''Son cosas que se pueden aprender, pero después hay que sentirlas. Hay algo que no te enseñan en el Conservatorio, llámalo como quieras: el swing, el duende. Al fin y al cabo, es esa manera especial que tienes de tocar las corcheas o las negras que te hace diferente a otros."