Entrevista a OLLANTA HUMALA, EX CANDIDATO PRESIDENCIAL NACIONALISTA DE PERU
En Lima, Bogotá y, tal vez México, está el epicentro del neoliberalismo
Replantear una nueva sociedad, el fin que persigue mi política
América Latina respira aires nuevos con agendas políticas renovadas, con fuerzas de izquierda que han logrado fortalecer el concepto de solidaridad "frente a las leyes amorales o inmorales del mercado"
Ampliar la imagen Ollanta Humala, militar retirado y ex candidato nacionalista a la presidencia de Perú, durante la entrevista con La Jornada Foto: Cristina Rodríguez
"Así como en la época del virreinato, las metrópolis estaban en Lima y en México, ahora vemos cómo el epicentro del neoliberalismo está en Lima, en Bogotá y probablemente en México", dice Ollanta Humala Tasso, el ex candidato presidencial nacionalista de Perú que el año pasado sorprendió como ganador de la primera vuelta -pero fue frenado en la segunda ante el abrumador apoyo empresarial al ahora gobernante Alan García- al proponer la refundación del Estado peruano para recuperar los recursos naturales y crear una democracia participativa.
Humala, un polémico teniente coronel retirado que enfrenta acusaciones de violaciones a los derechos humanos cometidas durante la guerra lanzada por el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) contra el grupo armado Sendero Luminoso, protagonizó un alzamiento militar en octubre de 2000.
El presidente interino Valentín Paniagua le ofreció una amnistía, y pudo continuar su carrera militar hasta diciembre de 2004, cuando fue pasado a retiro, decisión que lo llevó a la política, dice en entrevista con La Jornada, "para traer a la mesa de debate una agenda postergada por más de 500 años".
De visita en México para participar en el seminario Los Partidos y una Nueva Sociedad, Humala, de 43 años, afirma que América Latina respira aires nuevos con agendas políticas renovadas, con fuerzas de izquierda que han logrado fortalecer el concepto de solidaridad "frente a las leyes amorales o inmorales del mercado".
Hubo una "lucha feroz en mi contra"
Considera que las denuncias que hizo contra "la dictadura de los poderes económicos, aunados a una clase política creada ex profeso para defender los intereses de minorías, que han secuestrado al Estado peruano", propiciaron que se desatara "una lucha feroz en mi contra empleando los medios de comunicación".
Señala que en el proceso electoral que culminó con la segunda vuelta el pasado 4 de junio, "se me dijo de todo: asesino, narcotraficante, que iba a fusilar a homosexuales, que era la bota de Hugo Chávez en Perú, que formaría parte del eje del mal, Cuba, Venezuela, Bolivia y ahora Perú, y mañana, probablemente, México".
-¿Qué papel desempeñaron las encuestadoras?
"Se les dio demasiado poder. Podían tumbar candidaturas como podían levantar candidaturas. Me explico: a la candidata (derechista) Lourdes Flores la inflaron. Cuatro meses antes de la primera vuelta, la candidata estaba sobre 40 por ciento. Teóricamente era la ganadora indiscutible. Y yo no aparecía en las encuestas".
"La idea de bajarnos, de robarnos diez puntos en la primera vuelta, y poner a un candidato (Alan García) de un centro oscilante entre la derecha y la izquierda, que dejó de ser revolucionario, como es el APRA, que ahora es un partido estrictamente de derecha, coludido con los poderes económicos, era quitar el espacio nacionalista de los sectores populares y obligar a que la derecha votara con la nariz tapada, para no respirar el hedor del APRA, y votar, entre comillas, por un mal menor".
-No es el APRA de su fundador Haya de la Torre...
"Ahora es un partido tradicional, que no tiene ningún problema moral ni ético para coludirse con los sectores que representan el imperialismo en Perú, con los sectores más conservadores. Y es más, la cartera de Economía, pieza clave en un gobierno, se la han dado a la banca internacional, a un ex empleado del Banco Bilbao Vizcaya".
La actividad que más amo: mi carrera militar
Al asumir su papel en la política, Humala reflexiona: "En realidad la actividad que más amo es la carrera militar. Yo me he hecho soldado desde pequeño, llevo 25 años de mi vida dedicados al ejército. He estado en los conflictos armados de la coordillera del Cóndor, en lucha contra Sendero Luminoso, pero cuando juré como oficial yo tenía una idea de país, y conforme me voy adentrando en la carrera militar y con ello a vivir en cuarteles en zonas recónditas, donde a veces ni siquiera está el Estado presente, me doy cuenta que la imagen, que el sueño que yo tenía de Perú, no estaba de acuerdo con la realidad, y me doy cuenta de que era parte de un Estado perverso, con una clase política frívola y en muchos casos traidora a los intereses nacionales.
"Entonces hay un conflicto en mí, que me hace replantear mi vida y en esas circunstancias para el año 2000 decido hacer un levantamiento militar contra el régimen de Fujimori y (su controvertido asesor Vladimiro) Montesinos. Después de eso trato de retomar mi vida militar, pero ya era imposible. Entendí que la única manera que me permitiría defender al país que yo soñé y que no era el que encontré, era a través de la política".
-¿Y a partir de esa experiencia cuál es el fin de la política para Ollanta Humala?
"Es replantear una nueva sociedad, que no discrimine por el color de la piel, del sexo, o las ideas, que incluya a las grandes mayorías en Perú. Replantear una nueva repartición del poder, plantear una nueva Constitución mediante la cual se pueda construir un modelo económico alternativo al actual, podamos construir instituciones que puedan sostener un modelo democrático y participativo.
"Yo asumo lo que me están haciendo. Tengo cuatro juicios penales. Para venir aquí tuve que pedir permiso a un juez. Pero soporto todo esto porque quiero que la siguiente generación no pase por lo que yo he pasado", dice en alusión a las causas por derechos humanos en su contra.
Humala, quien en reiteradas ocasiones ha rechazado acusaciones de acciones contra la población civil durante la lucha contra Sendero Luminoso, sentencia que habrá impunidad en cuanto a los abusos cometidos durante el fujimorismo. Asevera que el gobierno de Alan García es muy débil y sabotea la extradición de Fujimori, quien se encuentra desde hace más de un año en arresto en Chile.
Para Humala, el Estado peruano está privatizado, "solamente responde a los intereses de la banca internacional, de las empresas mineras trasnacionales, de las empresas que controlan los fondos de pensiones, que tienen más de 10 mil millones de dólares del ahorro nacional".
-¿Cuál sería la solución para cimentar la base de un nuevo estado en Perú?
-Debe haber un replanteamiento con las empresas mineras y del Estado con el capital trasnacional. Se debe entender que son actividades estratégicas en las cuales el Estado no se debe tirar para atrás. El Estado debe participar y por eso soy antineoliberal, porque de acuerdo con los neoliberales el Estado debe dejar que todos estos problemas de distribución los arregle el mercado y yo no confío en el mercado.
-¿Cómo se ubica en el conjunto de fuerzas políticas que se han abierto paso en América Latina?
-América Latina vive un colapso de los sistemas políticos. Hay un cambio generacional y eso implica una nueva visión del país, implica romper dogmas. El problema es si somos o no un Estado nacional y los nacionalistas planteamos que no somos un Estado nacional, sino una neocolonia. Y por eso lo primero que hay que romper son las ataduras con el pasado, con el coloniaje.
-¿Cuál es su visión del presidente venezolano Hugo Chávez?
"Es un líder continental. Creo que enarbola esta corriente progresista en Latinoamérica, y creo que la historia lo ha puesto en una situación importante. Así como en la época del virreinato, las metrópolis estaban en Lima y en México, ahora vemos cómo el epicentro del neoliberalismo está en Lima, en Bogotá y probablemente en México... No lo sé, como un visitante respetuoso de la política interna, no quiero opinar sobre eso.
"Creo que así como hubo corrientes libertadoras que partieron del norte y del sur de Sudamérica para expulsar la opresión del yugo español, ahora necesitamos también la solidaridad de los países que van encontrando su propio camino, hacia los países de pueblos hermanos que aún tenemos que alcanzar el poder y construir un modelo progresista".