Trabajadores contribuyeron con el equivalente a 2.1% del PIB
Empresarios aportan cada vez menos al fisco por las ganancias obtenidas
Característica de un modelo que fortalece la concentración del ingreso, la estructura tributaria que prevalece en México ha provocado que los empresarios paguen cada vez menos impuestos por sus crecientes ganancias, mientras que los trabajadores, afectados por un proceso de precarización de sus condiciones laborales, mantienen constante su aportación al fisco.
Datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público muestran que en 1992 el impuesto sobre la renta (ISR) a las ganancias empresariales representó un monto equivalente a 3.1 por ciento del producto interno bruto (PIB). En ese mismo año, los asalariados del país contribuyeron al fisco federal con un ISR que representaba 2.1 por ciento del PIB.
A la vuelta de una década y media, mientras las ganancias empresariales han encontrado cada vez mayor espacio en la economía, el Fisco no recibe tales dividendos. Los datos de Hacienda revelan que en 2006 la recaudación del ISR aplicado a las empresas y personas físicas con actividad empresarial representó 2.8 por ciento del producto interno bruto, 3 décimas de punto menos que en 1992. Pero los trabajadores pagaron un ISR sobre sus salarios por un monto equivalente a 2.1 por ciento del PIB.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en un documento fechado en enero pasado, planteó que el complicado sistema tributario mexicano, con múltiples regímenes especiales, exenciones y sistemas de consolidación abre espacios a la elusión y evasión fiscales a conglomerados que pueden pagar complejas ingenierías financieras para no cumplir con sus tributos. Es obvio, aunque no lo hace explícito el documento, quiénes pueden pagar esas complejas ingenierías financieras.
Según esa dependencia, las ventas que reportan las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores no corresponde con los impuestos que esas compañías pagan al fisco, el cual es claramente menor al que debiera ser de acuerdo con su facturación.
En México, la recaudación de impuestos equivale a 15 por ciento del PIB, descontados los ingresos petroleros. Es la proporción más baja entre los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En ese grupo de naciones el promedio es de 36 por ciento del PIB.
Según Hacienda, "la relativa baja recaudación tributaria es resultado, principalmente, de la complejidad y el elevado número de tratos diferenciados que favorecen la evasión y elusión fiscales y complican el cumplimiento de obligaciones y las labores de fiscalización. Se estima que para 2007 el costo de exenciones y estímulos fiscales, serán por el equivalente a 5.4 por ciento del PIB", unos 493 mil millones de pesos.
La menor recaudación de ISR a las ganancias empresariales contrasta con algunos datos: en los últimos cuatro años, la rentabilidad promedio en la Bolsa Mexicana de Valores ha sido de 20 por ciento sobre el capital invertido; los bancos que operan en México acumularon entre 2001 y 2006 ganancias por 162 mil millones de pesos, de las que 70 por ciento estuvieron concentradas en BBVA Bancomer, Banamex, Santander y HSBC. México se convirtió en una de las plazas más rentables para los grupos financieros. Y, como otra muestra, la semana pasada The Wall Street Journal publicó que la trasnacional del comercio al menudeo Wal-Mart había decidido concentrar sus esfuerzos de crecimiento en China, India y México, por el potencial de crecimiento de sus negocios en esos países, ante la lentitud de su crecimiento en Estados Unidos. Sólo que China tiene mil 500 millones de habitantes, India mil millones y México 105 millones.