Le aclaman que cante La Llorona; esa es la que haremos este sexenio, responde
Después de 39 años, Oscar Chávez canta a cielo abierto en la UNAM
En Medicina, rastas y universitarios añejos desearon larga vida a Fidel Castro
Ampliar la imagen Más de seis mil universitarios acudieron a escuchar al caifán Foto: Carlos Ramos Mamahua
Después de 39 años de no presentarse en un espacio abierto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el caifán Oscar Chávez se presentó ayer en la explanada de la Facultad de Medicina, ante más de 6 mil integrantes de la comunidad puma, quienes, emocionados, le corearon varias veces "¡goya!" y para el final de la presentación, cerca de 300 jóvenes hicieron una larga fila para que les autografiara sus viejos acetato o nuevos compactos.
A la una de la tarde en punto, Chávez subió al escenario acompañado de su infaltable tercia de amigos, El Trío Los Morales. Universitarios con varias décadas de trabajo en CU se pararon frente al escenario; la mayoría eran jóvenes: ellas, con pantalones a la cadera; ellos, al estilo cholo. Aunque había todo tipo de vestimenta, eran una unidad de lo diverso.
Caña de azúcar fue el primer tema, aunque como maldición, hubo fallas en el sonido. Siguió con la romántica Flores negras, que hizo que varios y varias se abrazaran fuerte. De Rafael Elizondo, cantó Juan Cortina, que muchos recordaron. "Hacía casi 40 años que no dábamos un concierto de esta naturaleza. Casi nuestra edad", comentó a su público el caifán.
En esa tónica, siguió con Flor de capomo, norteña, casi un himno de ambiente cantinero y doloroso, que Chávez interpreta muy a lo Piporro, quien fue su amigo. Y luego, para que amarrara: Prisionero de tus brazos. Muchos le piden ¡La llorona! ¡La llorona! "La llorona es la que vamos a hacer todo este sexenio", les responde. Y vuelve a fallar el sonido: "Debe ser Bush".
De ahí, "a Veracruz, con Julio, en la jarana; Héctor, requinto, y Carlos, en el harpa". El pijul, La bruja, Pájaro Cu. Hay alumnos que se saben todas. Son jovencitos, pero le reclaman a Chávez cuando omite alguna frase. Lo disculpan cuando canta Perdón, clásico sentimental que el estudiantado cantaba hace décadas en El Jardín de los Cervezos y en El Peñón de la Mierda, cuando, escondidos en la oscuridad de las noches de viernes, evadían a las patrullas de Auxilio UNAM.
"El próximo 25 de agosto cumpliré diez años de dar conciertos consecutivos en el Auditorio Nacional y 20 de actuar desde antes de su remodelación. También festejamos los 80 años de vida de García Márquez", les dijo Chávez. El espíritu estudiantil chacoteó. "Son los... ya no sé cuántos años de la Constitución."
Pacheco y Paz, en la letra
"Siempre me alcanza la danza, para Chiapas y el engaño, el incumplimiento de los acuerdos de San Andrés." Cuando todo estaba más solemne, un cuate no dejaba de gritar: "¡Marihuana!". "¡Ya acábala de consumir!", le dijo Chávez, quien seguiría escuchando el grito-solicitud.
La UNAM, templo del saber, comenzó a reaccionar. A los miles, otros cientos de asistentes. El sol estaba a plomo. No amo mi patria, letra de José Emilio Pacheco. Aquí, de plano, la moda es no estar a la moda. Por allá un rasta, por acá quién sabe qué. Se ve gente oyendo el concierto en los pasillos de Odontología y en los puentes que comunican los edificios de Medicina; niños acostados con sus papás en el jardín; otros, en cuclillas. Así contiuaron las letras de Octavio Paz y parodias que causaron risa y gran participación. Guarura de levita, en lugar de Soldado de levita. "Que ruede la bola en la Gran Tenochtitlán". "Esto se está grabando". "Los están fichando".
El clásico Granadero, parodia, casi una parábola: "Papá, papá, ayer cuando jugaba, le pregunté a un hombre que miraba: ¿quién es usted? Y dijo: un granadero. ¿Papá, qué cosa es un granadero?". "Estas son del tiempo del 68".
Por fin, complació con la Marihuana, ampliamente conocida. Sentida hasta las lágrimas por algunos, se escucha Hasta siempre. Las concurrencia levanta el puño izquierdo en todo lo alto. Chávez desea larga vida al comandante Fidel Castro. Por ti hace guardar silencio. "Para Gabo: Macondo". Las parejas bailan. Se levantan Oscar y Los Morales. Lo hacen regresar para rematar con La llorona. Son casi las tres de la tarde. Los "¡goya!" no cesan.
"Trabajé muchos años aquí, en Radio UNAM, como locutor, actor y productor de programas. Empecé cantando en las facultades con Pepe González Márquez, antes de grabar nada. Lo que se vio hoy es que las canciones siguen vigentes, como las de orden social".
Oscar Chávez cumplirá 72 años el próximo 20 de marzo.