Usted está aquí: sábado 10 de marzo de 2007 Estados Desplazadas por la pobreza, otomíes luchan por sobrevivir en Tepotzotlán

Al menos 30 mujeres viven en predios irregulares desde 2002

Desplazadas por la pobreza, otomíes luchan por sobrevivir en Tepotzotlán

SILVIA CHAVEZ GONZALEZ CORRESPONSAL

Tepotzotlán, Méx., 9 de marzo. Desplazadas por la pobreza y el desempleo, al menos 30 mujeres otomíes acampan junto con sus hijos desde hace cinco años en predios laterales a la caseta de cobro de Tepotzotlán, donde ofrecen sus artesanías.

Bajo endebles refugios hechos de hule y cartón, de no más de metro y medio de largo, las indígenas esperan que "amaine" el sol para comenzar a vender sus productos: servilletas bordadas a mano y jardineras de barro, principalmente.

Ataviada con sus ropas de colores, enaguas y blusa bordada, Juana Morales García, de 60 años, comenta que espera obtener este día por lo menos 40 pesos por sus artículos "y eso ya es mucho".

Señala que en el poblado de San Ildefonso del municipio de Amealco, Querétaro, de donde son originarias, "tejemos y tardamos dos días para hacer una servilleta".

En el improvisado campamento no hay baños. Ir a los terrenos baldíos o trasladarse al mercado del centro de Tepotzotlán son las opciones para satisfacer las necesidades fisiológicas. Para el aseo personal habrá que esperar regresar a casa, dice Juana Morales.

Aquí la organización es lo que cuenta, pues mientras algunas se quedan a vender y cuidar hijos, otras regresan a San Ildefonso por mercancía o apresurar el tejido de servilletas, por las que esperan recibir entre 20 o 25 pesos o "lo que dé el cliente", indican.

El frío, la lluvia y el calor no amilanan las ganas de las otomíes para salir adelante. La piel requemada, arrugada y llena de manchas caracteriza tanto a niños como a mujeres.

"¿Local para vender?", cuestiona una de ellas que apenas habla español. Suelta una sonrisa y responde: "¿Quién ayuda?, es mucho dinero (de renta)".

Con sus viviendas a un costado de la caseta de la autopista México-Querétaro, las artesanas queretanas no saben que ayer se festejó el Día Internacional de la Mujer.

Para ellas lo importante es llegar a sus pequeños refugios que también les sirven de almacén, y vender sus artesanías para poder llevar algo de dinero a sus casas.

Apenas sale el sol, alistan su mercancía envuelta en rebozos tejidos a mano. Se dirigen a la carretera. Otras más ambiciosas suben a la zona turística de Tepotzotlán o se van a Cuautitlán.

 
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