Le practican segunda autopsia a petición de la CNDH; "inconsistencias en la primera", dice
Exhuman restos de anciana que murió tras violación en Zongolica
En no más de 60 días la PGJ deberá emitir dictamen con copia al organismo para sustentar posible exhorto
Ampliar la imagen Peritos de la PGJ de Veracruz exhumaron el cuerpo de la indígena Ernestina Ascencio Rosario, ayer en el municipio de Soledad Atzompa, en la zona centro de Veracruz Foto: Horacio Zamora
Soledad Atzompa, Ver., 9 de marzo. A petición de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Procuraduría General de Justicia (PGJ) del estado exhumó los restos de la anciana indígena Ernestina Ascencio Rosario, fallecida hace 11 días a consecuencia de las lesiones que sufrió por un abuso sexual tumultuario, del que se responsabiliza a efectivos del Ejército Mexicano apostados en la comunidad de Tetlatzinga.
En el proceso pericial, que duró poco más de cuatro horas y se practicó en el cementerio del poblado, los médicos forenses recogieron muestras de tejidos y sangre de la víctima para someterlos a análisis químicos cuyos resultados, se dijo, estarán listos en dos meses.
A las 6 de la mañana de este viernes, personal de la Dirección de Servicios Periciales de la PGJ, en compañía de cinco visitadores de la CNDH y el subprocurador regional de Justicia, Miguel Mina, acudieron al pequeño panteón, ubicado en el cerro central de Tetlatzinga, para exhumar los restos de la víctima.
La noche del jueves, Lourdes Montes Hernández, titular de la Agencia del Ministerio Público Especializada en Delitos contra la Libertad y la Seguridad Sexual y la Familia, con sede en Orizaba, emitió la orden para desenterrar el cadáver de la indígena con base en la solicitud presentada por la CNDH tanto a la PGJ como a la Procuraduría de Justicia Militar (PJM).
La orden se giró a partir del expediente de investigación 140/07/AE y tras obtenerse la autorización escrita de Julio, Francisco, Juana, Marta y Carmen Inés Ascensión, hijos de la finada.
Los peritos de la PGJ, en compañía de un representante de la PJM y de los visitadores de la CNDH, arribaron al poblado, situado a 25 kilómetros de la ciudad de Orizaba, en medio de un tumulto.
Los lugareños, algunos asombrados y otros espantados, se congregaron en la cercanía del cementerio para presenciar un hecho inusual en la historia de la comunidad: "el desentierro de un cuerpo sepultado cristianamente hace días.
"Hasta celebramos el novenario y tiene todos los ritos que manda nuestra santa Iglesia pues era una muy buena cristiana", justificaba Rosendo Antonio Dolores, subagente de la localidad, en referencia a los funerales celebrados el 28 de febrero.
Sólo en el día en que se festeja a Todos los Santos se reúne tanta gente en el panteón, agregó, mientras señalaba a mujeres, hombres y niños sentados en la tierra amarillenta del lugar.
A diferencia de lo que esperaba la muchedumbre, el cadáver de Ascencio Rosario no fue llevado a otro lugar y ahí mismo se practicó una segunda autopsia solicitada por el ombudsman nacional, José Luis Soberanes.
Peritos de la PGJ, quienes pidieron el anonimato, explicaron que realizaron auscultaciones en cráneo, esternón y abdomen de la anciana para tomar muestras de tejidos y fluidos que serán analizadas en laboratorios.
"Por el estado de descomposición del cadáver ya no es posible validar las muestras externas o visibles, ahora se practicarán pruebas químicas", precisó Fernando Cervantes Duarte, coordinador de Servicios Periciales de la segunda visitaduría de la CNDH, quien estuvo a cargo de la observación del proceso.
Indicó que en un plazo de 40 a 60 días, la Dirección de Servicios Periciales de la PGJ deberá emitir un dictamen a las agencias del Ministerio Público -estatal y militar- y dirigir una copia a la CNDH que servirá para sustentar una posible recomendación sobre el caso.
Cervantes Duarte reconoció que la exhumación del cadáver y la segunda autopsia se realizaron debido a las "inconsistencias" en la documentación que acredita el primer proceso realizado por el servicio pericial.
"El objetivo es despejar muchas dudas que teníamos sobre la necropsia. Es una revisión científica que realizaron químicos y médicos criminalistas con el objetivo de llegar a la verdad de los hechos", añadió. El proceso de exhumación, necropsia y nueva inhumación de los restos concluyó a las 11.30 horas.
Doble discurso de la Sedena, acusan indígenas
Autoridades indígenas de Soledad Atzompa y deudos de la víctima revelaron que la tarde del 26 de febrero, día en que Ernestina murió en el hospital regional de Río Blanco, el comandante de la 26 Zona Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Sergio Arturo Aragón, acudió a sus domicilios y les presentó a cuatro efectivos militares "que iban vestidos de civil y en calidad de detenidos.
"Nos dijo que esos eran los posibles responsables de la agresión sexual a nuestra hermana mayor", aseguró el alcalde de la localidad, Javier Pérez Pascuala.
El edil, quien la mañana del jueves acudió a una reunión con el titular de la Sedena, Guillermo Galván Galván, dijo que el funcionario desmintió la existencia de soldados arraigados o en prisión por el caso. "Ahora dicen que no hay culpables. Entonces ¿a qué juega ese señor?, ¿o pretende engañarnos?", cuestionó.