Realiza estudio en Oaxaca el Alto Comisionado para los Derechos Humanos
En México, recurrente uso de violencia contra presos, señala Naciones Unidas
Documenta numerosos casos de tortura y serias deficiencias en el sistema judicial
El diagnóstico sobre "el acceso a la justicia para los indígenas en México, estudio de caso en Oaxaca", destaca que de acuerdo con los resultados de las entrevistas realizadas a mil 30 internos en las cárceles de esa entidad, 700 de ellos, que representan 68 por ciento, respondieron que no sufrieron maltrato; sin embargo, 15 por ciento manifestó haber sido torturado or autoridades policiacas o judiciales.
En el estudio de la oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidad para los Derechos Humanos se destaca que "existe una práctica recurrente del empleo de la violencia contra personas privadas de su libertad. Es importante reflexionar sobre estas tendencias, ya que los datos indican una incidencia de posible tortura lo suficientemente documentada como para concluir, además, que se sigue constituyendo como un patrón de actuación en el sistema de justicia penal".
En dicho estudio se detalla que a la pregunta: "¿me puede contar brevemente cómo lo detuvieron y qué pasó hasta que empezó su proceso en el juzgado?", los entrevistados respondieron: "me llevaron a un lugar apartado, donde me golpearon. Me dieron golpes en ambos oídos y me encueraron. Me sentaron en una silla de metal, me echaron agua y me dieron toques eléctricos. Me quemaron con cigarros, me golpearon y echaron gas. Amenazaron con matarme si no firmaba un papel en blanco".
En el estudio de Naciones Unidas se destaca que es importante descatar que las descripciones relatadas por los detenidos incluyen referencias a comportamientos que se encuentran descritos en el mismo Protocolo de Estambul como prácticas utilizadas reiteradamente para la tortura.
Añade que una característica de los casos de posible tortura es que la persona sea llevada a un lugar aislado para practicar actos que causan dolor físico o mental, que sea esposada, desnudada o que le venden los ojos o aten las manos para incrementar su condición de vulnerabilidad.
Es decir, abunda el estudio, además de estar detenida, se le incapacita físicamente o la alejan de un lugar donde podría haber alguna supervisión, y ahí se arremete física o moralmente contra ella.
En otros casos se trata de actos extremos que de su descripción queda claro que causarían dolor o sufrimiento físico o mental sustancial.
En el informe que dio a conocer la oficina en México del alto comisionado se subraya que la autoridad reportada por los entrevistados como responsables de haberlos torturado en 71 por ciento de los casos fue la Policía Ministerial o Judicial; en 16 por ciento, el agente del Ministerio Público, y en 13 por ciento la Policía Preventiva o Municipal.
Se da cuenta, además, de que la población de posibles torturados reporta abusos de tipo moral y físico en mucho mayor proporción respecto de los policías ministeriales.
Esto sugiere, de acuerdo con la invstigación, la confirmación de lo documentado por organismos internacionales y nacionales de derechos humanos de que el momento de mayor vulnerabilidad para un individuo es durante su detención administrativa.