El Presidente se compromete ante diputados del tricolor a no intervenir en elecciones
Ofrece el PRI a Felipe Calderón ser una "oposición responsable"
Ampliar la imagen El presidente Felipe Calderón Hinojosa durante la comida que ofreció ayer en Los Pinos a integrantes del grupo parlamentario del PRI, encuentro al que también acudió la dirigente nacional del tricolor, Beatriz Paredes RangelFOTO Notimex
Apenas estrenada su dirigencia, los priístas ofrecieron al presidente Felipe Calderón ser una "oposición responsable", aunque establecieron una serie de condiciones y exigencias para brindarle su apoyo. "No toleraremos que desde Los Pinos se dirijan estrategias de guerra sucia contra candidatos ni el uso de recursos públicos", advirtió Emilio Gamboa Patrón, mientras la lideresa del tricolor, Beatriz Paredes, advirtió que tampoco permitirán la aniquilación del partido.
Después de escucharlos, Calderón apeló a la lealtad del PRI y a su compromiso nacional de construir acuerdos. Cercado por las insistentes demandas de sus interlocutores, se comprometió a no intervenir en los procesos electorales de carácter local, y lo mismo dijo de los integrantes de su gabinete y del resto de los funcionarios.
A tres días de su unción, Paredes Rangel fue a Los Pinos junto con cien de los 106 integrantes de la bancada priísta. Por el tono de los discursos de la tlaxcalteca y de Gamboa Patrón, el priísmo prácticamente le leyó la cartilla al michoacano y fijó la agenda de reformas legislativas para este sexenio.
A las dos y media de la tarde, sonrientes y bien formados, los diputados del tricolor bajaron de un autobús con letrero de la FSTSE para entrar al salón Adolfo López Mateos, de la residencia oficial de Los Pinos. Gamboa Patrón, líder de la bancada priísta en la Cámara de Diputados, ingresó hasta la residencia presidencial a bordo de una camioneta y media hora después se sumó Paredes Rangel, quien canceló un viaje sólo para estar presente en el encuentro con el mandatario.
Sin importar que el PRI sea la tercera fuerza política, después del PAN y del PRD, la tlaxcalteca -cuya alocución se programó de última hora y, por tanto, fue breve- presumió que son el "partido más importante" de México, y por ello demandó pleno respeto a los "pesos específicos" de cada instituto político.
A punto de cumplirse los primeros cien días de gobierno de Calderón, Paredes todavía le recordó al Presidente que los priístas hicieron el quórum en la sesión del primero de diciembre, en la cual "usted rindió protesta", y por eso le pidió no seguir el ejemplo de otros gobiernos que parecían "no querer derrotarnos, sino aniquilarnos".
Gamboa Patrón habló largo (su discurso se recogió en 13 cuartillas) y utilizó expresiones como "demandamos", "exigimos", lo que llevó a Calderón a rematar su discurso planteando la esperanza de trabajar con todo ese grupo parlamentario "o por comisiones, o por estado, o en las condiciones que el coordinador parlamentario me indique, poder dialogar más a fondo con ustedes".
Gamboa fue insistente en señalar que no serán una "oposición dócil ni obsequiosa". Dijo que tampoco serán parte de "albazos, de arreglos en la oscuridad ni de mayorías forzadas que le hagan el trabajo sucio al gobierno de la República".
Molesto porque el gobierno federal ha colocado cuadros panistas en las delegaciones gubernamentales, Gamboa pidió que sus colaboradores, "señor Presidente, no burlen ni engañen a estados y municipios", y eviten en todo momento aplicar criterios partidistas en su desempeño.
Cuando presentó su listado de reformas, todavía machacó que es "criminal" que el gasto social se utilice con propósitos electorales. Por eso anunció que estará sujeto a un "ejercicio crítico" de revisión.
En cuanto a la reforma hacendaria, llamó al Poder Ejecutivo a presentar la iniciativa correspondiente y de plano le pidió: "seamos sensatos y realistas; es preferible una reforma fiscal posible que perseguir la reforma fiscal perfecta".
Si bien expresó la disposición del PRI a discutir los cambios a la Ley del ISSSTE, también dijo que el gobierno deberá articular alianzas sindicales para ese fin. Luego abogó por una serie de reformas en materia laboral, del Estado e ir más allá de los operativos de seguridad haciendo una "cirugía mayor" al aparato de seguridad pública.
Por si hubiera faltado algún tema, agregó que en la visita del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, deberá condenar la construcción del muro fronterizo y dejar en claro que Pemex no se privatiza, aunque señaló que los priístas "sí vamos a la modernización".
Una vez que los priístas plantearon sus prioridades, a Calderón no le quedó otra alternativa que responder a todos y cada uno sus planteamientos. Por lo pronto, hizo suya una propuesta de Gamboa para integrar un grupo de trabajo y dar seguimiento al ejercicio del presupuesto.
Luego de afirmar que el PRI es un partido serio, el Presidente de la República dijo que tomaba nota de las denuncias sobre el uso partidista de las delegaciones estatales y aseguró que si bien sus colaboradores deberán tener un "mínimo de lealtad política" en términos de principios y de ideales, no deberán usar su función con propósito partidistas.
Les agradeció que hayan incrementado el presupuesto para seguridad e insistió en que deberán buscarse las "coincidencias" en la agenda legislativa del PRI y del gobierno.
Ante la insistencia de Gamboa sobre el tema del ISSSTE, respondió que buscará encontrar una solución definitiva al tema de las pensiones y, en el caso de la reforma fiscal, coincidió en que deberá buscarse "no la mejor, sino la reforma posible", y que en ello, convendrá ampliar la base de contribuyentes.
Como en la conversación informal había escuchado quejas de los diputados sobre la decisión de reprivatizar las carreteras que fueron rescatadas en tiempos de Ernesto Zedillo, prometió que el proceso se hará con absoluta transparencia y rendición de cuentas.