Usted está aquí: miércoles 7 de marzo de 2007 Política "¡Mentiroso!", reclaman a Carlos Tello

Protesta de seguidores de AMLO obliga a suspender presentación del libro 2 de julio

"¡Mentiroso!", reclaman a Carlos Tello

GEORGINA SALDIERNA

Ampliar la imagen Miembros de la agrupación Resistencia Civil Pacífica se manifestaron ayer durante la presentación del libro 2 de julio, cuyo autor, Carlos Tello, aparece en la imagen con saco a cuadros; a la derecha, José Woldenberg, ex presidente del Instituto Federal Electoral, y Jorge Castañeda, quien fue canciller en la primera etapa del gobierno de Vicente Fox Foto: Isaac Esquivel /Cuartoscuro

Como se preveía, la presentación del controvertido libro 2 de julio, "la crónica minuto a minuto del día más importante de nuestra historia contemporánea", se suspendió anoche, luego de que simpatizantes del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador lanzaron consignas contra Carlos Tello, autor del texto, por las "mentiras y contradicciones" de su trabajo.

Citada para las 19:30 horas en un lujoso hotel de la zona de Polanco, la presentación se inició sin contratiempos. Los comentaristas y el escritor pudieron hacer su primera intervención sin ningún problema. Tello volvió a caer en contradicciones: esta vez fue por la referencia a una cena en la que estuvieron el rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, el empresario Carlos Slim y el escritor Carlos Fuentes, entre otras personas.

El autor de 2 de julio dijo que en el libro mencionó que hubo una cena en casa del rector, pero anoche lo desmintió, al destacar que en realidad el encuentro había sido en un salón adjunto a la sala Nezahualcóyotl; que éste se había efectuado la noche del primero de julio -24 horas antes de los comicios- y que ahí hubo "simpatía" con la idea de anular las elecciones e impulsar un gobierno interino.

Ante decenas de personas, aseguró no estar arrepentido de haber incluido en su texto el señalamiento de que López Obrador reconoció la misma noche del 2 de julio que perdió las elecciones, porque "sabiendo cuál era la fuente original, el episodio era compatible con la parte del rompecabezas que armé", explicó.

El ex canciller Jorge G. Castañeda planteó, por su lado, que el gobierno estadunidense "se fue con la finta" de las encuestas y dio a López Obrador un mejor trato al que recibió Fox en 2000.

Refirió que en febrero de 2000, cuando acompañó a Vicente Fox en su visita a Washington, lo más que pudieron hacer fue entrevistarse con el general Barry McCaffrey y con funcionarios de tercer nivel.

A su vez, José Woldenberg, ex presidente del IFE, criticó el hecho de que Tello no haya revelado las fuentes que le aseguraron que el ex candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos habría reconocido su derrota la noche del domingo 2 de julio. Ello generó descalificaciones y un fuerte golpe a la credibilidad del escritor, enfatizó.

Cuando ya habían terminado las primeras intervenciones, alrededor de 40 personas se levantaron de sus asientos, se dirigieron hacia el presídium y, una vez ahí, desplegaron cartelones en contra del escritor. Todo ello en medio de gritos y consignas.

"¡Mentiroso!, ¡mentiroso!, ¡mentiroso!", se escuchaba, mientras Leo Zuckerman, en su papel de moderador, trataba de continuar con la presentación. Nervioso, pidió a los manifestantes actuar con respeto y civilidad, pero nadie le hacía caso.

Los simpatizantes de López Obrador desplegaron una gran fotografía del ex candidato y varios cartelones en los que se podía leer: "Tello leguleyo, hablador. Al fin sangre de dictador"; o bien: "Tello inmoral, mentiroso, lengua viperina", al tiempo que referían en improvisadas entrevistas las "contradicciones y mentiras" del libro.

Junto a las consignas de protesta se mezclaron otras de apoyo al perredista. "Es un honor estar con López Obrador", gritaron. Zuckerman no aguantó la presión y tuvo que suspender el acto. Los integrantes de la mesa salieron del salón en medio de empujones y resguardados por personal de seguridad del hotel, para refugiarse en otra sala del inmueble.

Ahí esperaron por varios minutos hasta que los manifestantes se retiraron. Mientras, aprovecharon para dar entrevistas, expresar su enojo y asegurar que les aventaron botellas y las flores que estaban en el presídium. Zuckerman, de plano, calificó a quienes protestaron de fascistas. El hecho de que no dejen hablar demuestra su intolerancia, subrayó.

Castañeda enfatizó la negativa de estos a dejar que el público se expresara. ¿Qué habría pasado si ganan las elecciones?, interrogó, en tanto Carlos Tello calificó de error la actitud de estas personas, pues lo correcto habría sido dialogar y debatir, subrayó.

 
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