Usted está aquí: martes 6 de marzo de 2007 Opinión Astillero

Astillero

Julio Hernández López

Coraje

(Primera) Centena trágica

Anémica reunión Bush-FC

In hoc signo vinces

¡Oh, cuántas prisas calderónicas! Ya mero se cumplen los míticos primeros cien días de gobierno y al licenciado Felipe y sus jóvenes ayudantes les urge dar por cumplidos los muchos compromisos pendientes. El comandante en jefe sostiene en sus discursos una media sonrisa, entre displicente y retadora, mientras continúa repartiendo por el país discursos ricamente surtidos en propuestas, iniciativas, planes e ideas porque, a lo que se ve, el prometer, y luego dar por satisfechos esos ofrecimientos a golpe de pura lengua, sigue siendo un ejemplo de sana continuidad entre el actual ocupante de la casa presidencial y el anterior inquilino al que Felipín ha perdonado sus excesos oratorios recientes al alegar que Chente ex presidente tiene todo el derecho del mundo a difundir sus secreciones verbales por donde quiera y como quiera.

Los apuros conmemorativos de esta centena trágica son aún mayores porque se tendrá visita de lujo y el anfitrión necesita aparentar que todo está bajo control en la casa patas arriba. Lo que políticamente subsiste de George W. Bush vendrá a una hacienda yucateca remodelada como hotel de lujo, que forma parte de la riqueza inmobiliaria del ex banquero Roberto Hernández, para reunirse en privado y sin tanto alboroto con lo que ha podido crecer políticamente de un presidente formal de México sujeto al pecado original de su circunstancia electoral y diariamente maltratado por el equipo transexenal de la parejita que tanta sombra chantajista le hace. La escena es tan previsiblemente insustancial que hasta Santiago Creel, usualmente nada avispado (salvo para otorgar permisos de juego a televisoras) dice que es muy poco lo que puede esperarse de un encuentro así.

En ese cuadro de anemia estructural ha aparecido el siempre rotundo Jeffrey Davidow, que fue embajador de Estados Unidos en México y ahora hace manita de cochino discursiva para que se realicen las muy mentadas "reformas estratégicas" que abran la puerta a los capitales extranjeros en varios rubros sensibles de la economía mexicana. Davidow dice que los políticos deben tener "coraje" para emprender esas reformas necesarias, y la voz de ese ex diplomático, en el contexto de la próxima visita de Bush, embona con la presión que capitalistas nativos, pero representantes de los dineros globalizados, están haciendo al gobierno calderónico para que se "decida" a dar los pasos reformistas tan anhelados, sobre todo en cuanto a una -apenas disfrazada- privatización de Pemex.

Esos grandes empresarios temen que a Calderón se le pase el tiempo propicio para empujar cambios constitucionales, como sucedió con Vicente Fox. La nueva conformación de la directiva oficial del PRI, con Salinas como gran estratega, trae a escena las audacias del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que el sistema político pudo sostener a pesar de las resistencias inmediatas. Con grandes "vendedores" del país en escena, como Salinas y Fox, un gobierno débil y urgido de congraciarse con los grandes negociantes que lo impusieron mediante el fraude electoral, y dirigencias partidistas a modo (los Chuchos, en el PRD; Manuel Espino, en el PAN, y Betty Walls en el PRI), todo sería cuestión de "coraje" para dar paso a los grandes depredadores internacionales.

Astillas:

Varios lectores advirtieron que es errónea la frase tomada del reportaje de Pedro C. Baca, en la revista Contenido, sobre Manuel Espino y sus frases religiosas rectoras. No es hicno signis vincis, sino in hoc signo vinces. Es particularmente ilustrativa la explicación enviada por Juan M. Negrete, profesor de historia de la filosofía en el Centro de Estudios Sociales y Humanísticos de la Universidad de Guadalajara: "la traducción literal sería 'con este signo vencerás', pero si se considera que se refiere a la supuesta leyenda de que una cruz se le apareció en el cielo a Constantino, aquel emperador romano que convirtió al catolicismo en religión oficial, o sea, religión de Estado", entonces la traducción de "con la cruz de Cristo venceremos" resultaría correcta. El profesor Negrete advierte que "el lemita ése que maravilló tanto a mesié Espinito cuando era chiquito (y no es calambur)" parece actualizarse con "los panuchos católicos en nuestro país, encabezados por el cavernal Sandoval, que están haciendo su luchita" tratando de instalar al catolicismo como doctrina dominante (si después de leer lo anterior, alguien cree necesario reconfortarse con lecturas piadosas, allí está www.ihsv.com, una página católica cuya denominación proviene justamente de las iniciales de la frase in hoc signo vinces)... Lidia Gómez García, de San Cristóbal Tepontla, municipio de San Pedro Cholula, en Puebla, se queja de que aquí se haya escrito que lo peor que le podría pasar a la próxima convención nacional lopezobradorista sería "repetir los esquemas de la simulación asambleística". La lectora dice que ese movimiento lucha "contra todas las adversidades, el desaliento, el tortuguismo, el coraje y la frustración, los desencuentros y claros antagonismos internos, y resulta que nos ninguneas (...) Con tristeza veo que los obstáculos de los movimientos ciudadanos no sólo son esas estructuras de poder que se ven amenazadas con nuestro activismo, sino los mismos analistas que se dicen de izquierda y cuya miopía les impide comprender la dimensión de estos esfuerzos"... Las comisiones legislativas especializadas en investigar asuntos de corrupción suelen convertirse en espadas tramposas con las que las bancadas legislativas de cada partido amenazan y presionan para finalmente conseguir ganancias para esos grupos políticos específicos. Claro que, en el proceso de regateo y cierre de operaciones de compraventa, se airean asuntos y se aportan datos sobre corrupción y otras bellezas de la política nacional. Ahora toca el caso a Pemex, a Isosa y otros fideicomisos largamente ordeñados por Francisco Gil Díaz y, desde luego, a los hermanos Bribiesca, que siguen obligando a gastar millonadas en auditar sus cuentas sabidamente enriquecidas gracias al poder de la madre y el padrastro. Ya veremos en qué acaba este nuevo episodio de Los milagritos de San Lázaro... ¡Hasta mañana!

Fax: 56 05 20 99 * [email protected]

 
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