Usted está aquí: viernes 2 de marzo de 2007 Política Marca a la asamblea del PRI temor a parecer de izquierda

Naufraga la primera sesión de los trabajos del tricolor

Marca a la asamblea del PRI temor a parecer de izquierda

CIRO PEREZ SILVA, FABIOLA MARTINEZ

Ampliar la imagen Mariano Palacios, Rosario Green y Emilio Gamboa, en la sede partidista Foto: José Carlo González

El temor de asumirse como un partido de "izquierda", como ofreció en campaña Beatriz Paredes, hizo naufragar la primera sesión de la asamblea extraordinaria del PRI, el cual prefirió mantenerse en la indefinición ideológica antes que incluir ese concepto en su declaración de principios.

Prácticamente sin quórum, y después de más de dos horas de discusiones en las que los priístas dieron muestra de confusión y franca ignorancia sobre el sentido de la propuesta, Humberto Roque, presidente de este debate, convocó a los delegados a conformar una comisión que deliberará durante seis meses sobre la ubicación que debe ocupar el tricolor en el escenario político, y someter el resultado a la asamblea ordinaria de noviembre próximo.

El punto tres de la declaración de principios, denominado "ideología política", proponía un PRI ''cuyo ideario y vocación política lo ubican en la izquierda democrática", planteamiento que suscitó las intervenciones más alucinantes. Inclusive, llevó a los delegados a cuestionar la propia existencia del centro geográfico del planeta.

Democracia social, socialdemocracia, nacionalismo revolucionario, justicia social, democracia republicana o centro democrático social, fueron algunas de las múltiples sugerencias que se repitieron a lo largo del acalorado debate, protagonizado principalmente por los delegados del estado de México y Veracruz, que se opusieron con todo al viraje ideológico que pretende la presidenta electa de su partido.

''La gran crítica que nos hace la sociedad es nuestra indefinición que nos coloca como un partido gelatina, porque nos amoldamos al poder en turno. Debemos definirnos como una izquierda moderna, de avanzada", urgió la diputada federal Beatriz Pagés, a quien entre chiflidos le gritaron desde el sillerío "¡fuera, fuera, serás hija del Peje!"

Desde la tribuna, la delegada Jesús Clementina Alemán reviró: "Quien diga que el centro no existe, se equivoca, porque si el Polo Norte y el Polo Sur existen, y por lo tanto también existe el centro de la Tierra, ahí está el Ecuador, pues ahí es donde debe estar el PRI".

A su vez, los de Veracruz advirtieron de manera airada que "centro significa punto muerto" y que "por lo tanto nada puede estar ahí", mientras que los obreros recordaron que los priístas "somos revolucionarios, no de derecha ni de izquierda, sino revolucionarios". Asustado, otro delegado aseguró que si el PRI se ubica en la izquierda, perderían los votos del norte y del occidente, mientras que uno más respondió que a los priístas no les corresponde definirse como partido de izquierda o de derecha, "porque el concepto de izquierda es abstracto y socialmente incomprensible. Si vamos a la izquierda ¿quién atendería a la clase media y alta?" No faltó quien advirtiera que ubicarse de ese lado en la geografía política los haría parecerse al PRD.

Enrique Soto, delegado por Tlaxcala, acudió a una frase de Adolfo López Mateos, "el presidente nacionalizador'', quien dijo: "somos extrema izquierda dentro de la Constitución", pero ni esta reflexión logró que la mayoría, en ese momento de no más de 500 delegados de un total de 4 mil 200 inscritos, optaran por identificarse como militantes de un partido de izquierda.

"La verdad es que llegamos con documentos que no son homogéneos, sin una propuesta nacional, además de que la elección para renovar la presidencia del partido empañó la asamblea", reconoció el presidente del PRI en el estado de México, Ricardo Aguilar, ante tal cantidad de argumentos, algunos sin sentido, que se escucharon en la enorme carpa semivacía, instalada en el estacionamiento de la pauperizada sede nacional del PRI.

A las 19:30, las pretendidas "modificaciones de fondo" al documento de Declaración de Principios quedaron en meros cambios superficiales que dejaron a la militancia tricolor exactamente igual que en las elecciones del pasado 2 de julio: divididos y desorientados, sólo a la espera de la "línea" que les dicten sus dirigentes.

Horas antes, durante la inauguración de esta asamblea extraordinaria, el todavía presidente nacional del PRI, Mariano Palacios, admitió que dejaría este cargo "en un momento difícil para el partido", en el que la unidad debe ser el objetivo. Acompañado por sólo cinco de los 17 gobernadores priístas, inició su intervención invocando a personajes del pasado. De una parte condenó al "gobierno del cambio" y al ex presidente Vicente Fox, quien en los últimos días, sostuvo, "haciendo gala de su proverbial ignorancia se ha convertido en el bufón preferido de los analistas políticos". Mientras que de Felipe Calderón, dijo que se trata de un Presidente "que asumió el poder a hurtadillas", y sin necesidad aparente, se refirió, sin nombrarla, a Elba Esther Gordillo, expulsada del PRI y a quien se adjudica la hechura del partido Nueva Alianza.

Aseguró que en su gestión jamás fue colaboracionista de los gobiernos de signo partidario distinto. "Sólo fui intolerante ante los traidores, los que hoy se regodean de sus victorias pírricas". Fue también el único en esta asamblea que habló de Roberto Madrazo. "Agradezco su confianza a quien fuera nuestro candidato a la Presidencia. Yo sí menciono a Roberto Madrazo, cuando otros callan su nombre", dijo Palacios ante los delegados, aunque esta frase fue borrada de la versión estenográfica que se elaboró en las oficinas del todavía vocero del tricolor, Carlos Flores Rico.

"El PRI, dividido, es un partido derrotado electoralmente. El PRI ambiguo en el discurso, es débil ideológicamente. El PRI pragmático es un organismo sin valores de ética colectiva", dijo. Y como lamento tardío admitió que la elección presidencial del pasado 2 de julio fue inequitativa, ''porque el aparato público y su fuerza publicitaria pusieron en riesgo la viabilidad de la elección, aun sin que el tribunal electoral pudiera precisar su determinancia sobre los resultados", señaló el todavía presidente nacional del PRI, partido que, a pesar de ello, avaló la asunción de Felipe Calderón al poder.

 
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