Para melómanos de barrio
Como las casualidades no existen, uno de los números recientes de la estupenda colección discográfica que La Jornada pone semana a semana en los puestos de periódicos y en la librería ubicada en la planta baja del lugar donde se escriben estas líneas, es decir, en la casa donde redactamos este periódico, está dedicado a Sibelius.
El tomo 37 de esta que es una verdadera enciclopedia del saber musical contiene las obras más celebradas de este autor, grabación cuyo destino idóneo serán aquellos oídos aún vírgenes en estos placeres dionisiacos: la Segunda Sinfonía, el poema sinfónico Finlandia, el Andante molto sostenuto (no es albur) mejor conocido como El cisne de Tuonela (tampoco calambur) y como algunos utilizan la frasecita ''te veo triste" para contestar albures, este álbum le tuerce el cuello al cisne (¡y dale!) para terminar con el Vals triste. Es más, ahí les va una adivinanza melómana y su respuesta inmediata, bajo el formato clásico de, ¿quién es el autor de esta frase célebre?: ''El mar se me hace chico para echarme un buche de agua": Gluck.