Venecia dedicó el carnaval de este 2007 a uno de sus hijos predilectos
Se cumplen 300 años del natalicio de Carlo Goldoni, reformador del teatro italiano
Roma, 23 de febrero. Su nombre es sinónimo de revolución en el teatro italiano: Carlo Goldoni contrapuso a los bufones y fantasías de la popular Commedia dell'arte, obras nuevas con personajes que hablaban de la vida real.
''La comedia fue creada para mejorar errores y ridiculizar las malas costumbres'', manifestó una vez. Venecia dedicó este año el carnaval a uno de sus hijos más famosos. Después de todo, este domingo se cumplen 300 años de su nacimiento.
Ya sea con El servidor de dos amos (1745), El mentiroso (1750) o La trilogía del veraneo (1745), Goldoni es famoso hoy día mucho más allá de las fronteras de su país natal y es celebrado como uno de los escritores de comedia más prestigiosos de Italia.
Y eso que en vida apenas pudo vivir de sus escritos, por lo que trabajó además como abogado.
El éxito le dio la razón
Carlo Goldoni estudio derecho y filosofía y se graduó en 1731, en Padua. Para escapar a una boda no deseada, tras una relación amorosa, abandonó Venecia en 1733 y se unió en un principio a la Commedia dell'arte.
Probó suerte como actor, dramaturgo y libretista. Trabajó sobre todo con el compositor Bladassare Galuppi. Juntos escribieron algunas de las ''óperas bufas'' más exitosas de Italia. Goldoni firmaba en general con el seudónimo ''Polisseno Fegejo''.
El dramaturgo encaró la nueva comedia de personajes al estilo de Moliére a partir de 1748, cuando comenzó a trabajar con un prestigioso grupo de teatro.
El éxito le dio la razón y con su nuevo estilo coincidió con el gusto del público, aun cuando otros autores, como por ejemplo Carlo Gozzi, lo criticaban duramente.
Cuando su fama comenzó a extenderse más allá de las fronteras de Italia, se fue a París en 1761. Hasta su muerte permaneció en Francia, escribió piezas italianas y francesas y en 1764 fue nombrado profesor de italiano en la corte del rey Luis XV.
Financieramente podría haber vivido así, de no haberse cruzado en su camino la Revolución Francesa, que le quitó su fuente de ingresos.
Totalmente empobrecido, Carlo Godoni murió en París en 1793. Lo que queda de él es una visión positiva de la vida, que se desprende de sus obras y que él mismo formuló en alguna ocasión de la siguiente manera: ''El mundo es un libro maravilloso, pero de poca utilidad para aquél que no sabe leer''.