IMSS: ¿cuánto cobra el director general?
Con la "experiencia" que le confirieron el Instituto Federal Electoral, la Fundación Rafael Preciado, una subsecretaría en Gobernación, la campaña electoral del "odio" 2006 y la "coordinación" del fantástico proyecto "nacional" 2030 para "diseñar" el país de los próximos 24 años (4 reuniones: Monterrey, Mérida, Guadalajara y Toluca con "millares" de participantes, todos invitados, en salones cerrados, vigilados por policías y sin prensa), el politólogo Juan Molinar "diagnosticó" que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) enfrenta problemas de abasto de medicamentos para surtir las recetas y se comprometió a "buscar" soluciones.
Aunque apenas en agosto de 2006, Transparencia Mexicana, de Federico Reyes Heroles, comunicó que había concluido la "primera medición externa" del surtimiento de medicamentos en las farmacias IMSS, encontrando que el "indicador general fue de ¡92.1 por ciento!", aparentando seguridad y algunos conocimientos, Molinar casi declamó que está "consciente" de que el abasto "no está funcionando" y que la "naturaleza cíclica" del "problema" lo hace más "grave al principio y al final del año".
Pero sucede que desde 2003, la Comisión Nacional de Derechos Humanos testimonió que el desabasto era permanente y que el entonces director Santiago Levy nada hacía y nada hizo hasta el final de su funesta gestión (recomendación número 4-2003. Caso sobre el desabasto de medicamentos y deficiente o nulo surtimiento de recetas en los almacenes y farmacias del IMSS).
Con todo, Molinar se comprometió a surtir el "100 por ciento de las recetas", porque en su conocedora opinión "el problema es más de distribución que de adquisición", con lo cual se evita, de paso, enfrentar las presuntas anomalías que campean en las compras de la institución que ahora está bajo su "responsabilidad".
Afortunadamente, la Comisión Federal de Competencia tiene otro parecer. Apenas en octubre pasado su presidente, Eduardo Pérez Motta, inició una "investigación de oficio" contra empresas que venden medicamentos al IMSS porque "existen indicios de que establecen acuerdos sobre el precio de las medicinas". Lo que se busca, dijo, es "defender la posibilidad de que el IMSS consiga medicinas más baratas". Pero para Molinar el "problema" no es de "adquisición". Así que el "diagnóstico" no brilla por su actualización.
Pero no sólo en este asunto. Obviando las "perspectivas" sobre opciones financieras para los diferentes seguros que cubre el IMSS (Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso 2005-2006, p. XVII) que establece "nuevas formas de financiamiento", y aunque antes Molinar había ubicado el "origen" de las dificultades económicas institucionales en la expansión de la cobertura de servicios a las familias de los trabajadores "sin incrementar las cuotas", de un politológico plumazo canceló la posibilidad de incrementar las cuotas obrero-patronales.
Claro que para cumplirle a Calderón -despreciando el estatuto de organismo fiscal autónomo que el IMSS ganó con las reformas de 2001 y sin acabar de consultar al Consejo Técnico-, lo embarcó en el Programa de Primer Empleo.
Después de lo cual trató de ponerse "duro" en materia de recaudación: "lo que se busca", dijo, es "fortalecer los trámites de pago de cuotas, identificar posibles evasores y combatir el subregistro de trabajadores y salarios", todas ellas tareas concentradas en la estratégica Dirección de Incorporación y Recaudación (21 mil empleados que supervisan a 774 mil empresas) que, bajo Levy, fue reiteradamente señalada por la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados de una posición institucional "muy laxa y hasta cómplice" -en materia de elusión y evasión- con las empresas que le adeudan cuotas obrero-patronales.
A diciembre de 2005, sólo los ingenios adeudaban al IMSS casi 2 mil 300 millones de pesos -entre cuotas, actualización, recargos y multas- y el saldo de la cartera en mora sumaba ¡17 mil 813 millones de pesos! Y ello sin siquiera entrar a considerar las responsabilidades de esa dirección en la fracasada reforma Levy a los labriegos (abril de 2005) y el diseño del oscuro Sistema Institucional de Afiliación, Recaudación y Fiscalización (Siarefi).
Con la misma política económica a rastras, ¿quién garantiza que Molinar vaya a cumplir, ahora, con lo que Levy no cumplió?, además de que con este recurso Molinar elude el tema de fondo: las nuevas formas de financiamiento. Y es que de operar su "compromiso" con la recaudación, el IMSS apenas y dispondría efectivamente de la suma de recursos que -por ley- ya le corresponden. Así que su "diagnóstico" se conforma con intentar amarrar lo que hay y no arriesga nada por más.
Pero de cualquier manera, apoyado en su "experiencia" y el anterior "diagnóstico", Molinar estimó del todo conveniente y oportuno que el IMSS firmara un convenio "entre las instituciones del Sistema Nacional de Salud para iniciar el programa de Seguro Médico Universal para Recién Nacidos", que, agregó "no afectará a sus finanzas". ¿No?
Frente a una "ola de jubilación" donde, dijo, "casi una tercera parte de los trabajadores del IMSS cumplirán en este sexenio con los requisitos para su retiro" ¿cómo encontrará "una negociación donde lo que gane uno no lo pierda el otro", tal y como leyó el día en que tomó posesión?
¿Y cuánto cobra por éste "diagnóstico"? Calderón declaró que en diciembre de 2006 había cobrado un salario de 139 mil pesos. Y aunque Molinar sostiene que ya redujo en 10 por ciento el insultante salario que Levy se autoasignó: 213 mil pesos mensuales, el instituto a su cargo aún no difunde la cifra exacta. ¿Cuándo la difundirá?
*Universidad Autónoma Metropolitana - Xochimilco