Envió a corte de Los Angeles pruebas que ha negado en México: Sanjuana Martínez
Rivera Carrera mandó abogados a EU para defenderlo por caso de pederastia
Presentó su libro Manto púrpura; el cura Nicolás Aguilar está escondido en Puebla
Ampliar la imagen El cardenal Norberto Rivera Carrera, en la Catedral Metropolitana Foto: María Luisa Severiano
Puebla, Pue., 20 de marzo. Aunque ante la opinión pública nacional el cardenal Norberto Rivera Carrera ha pretendido soslayar el proceso a que está sujeto en Estados Unidos por encubrir al cura pederasta Nicolás Aguilar Rivera, ayer envió en su representación ante la Corte Superior de California, en el Distrito Central del condado de Los Angeles, a un poderoso bufete de abogados estadunidense para que lo defienda en el juicio, aseguró la periodista Sanjuana Martínez durante la presentación de su libro Manto púrpura, en la ciudad de Puebla.
Pasadas las 7 de la noche, la escritora informó que aproximadamente una hora antes había tenido comunicación directa con sus informantes en Estados Unidos, quienes le dijeron que los representantes legales del arzobispo primado de México, cuyos honorarios oscilan entre los 500 dólares por hora, llevaron al tribunal de marras las pruebas que su cliente se ha negado a presentar ante la justicia y los medios mexicanos que se las han exigido, desde que fueron descubiertos los casi 90 abusos sexuales contra niños perpetrados por Nicolás Rivera.
En esa lógica, consideró necesario saber de dónde proviene el dinero que Rivera Carrera está utilizando para sostener su defensa.
También afirmó que Aguilar Rivera se encuentra "escondido y protegido" en la región de Huehuetlán el Chico, de donde es oriundo, concretamente en la zona de Jonacatepec y el Quebrantadero. Sus hermanos Javier y Ricardo le brindan alojamiento, aseguró.
Por eso, abundó Sanjuana Martínez, es inconcebible que la procuradora general de Justicia de Puebla, Blanca Laura Villeda Martínez, pretexte que ignora el paradero del presbítero violador, sólo porque apenas tiene dos años en el cargo, y pase por alto que desde hace nueve existe una orden de aprehensión contra el clérigo, la cual no ha sido ejecutada.
A pregunta expresa de uno de los asistentes al acto, realizado en la casa de lectura Profética, la periodista reveló que ha recibido amenazas anónimas por los casos que ha documentado en Manto púrpura, pero que a partir de que su caso fue tomado por el Comité de Periodistas de Nueva York, los amagos han disminuido.
Aclaró que profesa la religión católica y que, "de ninguna manera", su libro es anticlerical. Dijo también que muchas personas le han preguntado si ella fue víctima de una violación cuando niña, o alguien de su círculo cercano -parientes y amigos-, a lo que ha respondido que no, que la motivación para escribir Manto púrpura se originó en la enorme indignación que le provocó, cuando cubría la información generada en El Vaticano, enterarse de los abusos cometidos por el fundador de la orden Los Legionarios de Cristo Rey, Marcial Maciel.