Astillero
¡Milagro, milagro!
Domingo, no; martes, sí
Abogados arcángeles
Enmudecimiento cuaresmal
Sólo un factor sobrenatural de origen divino podría explicar la prodigiosa volatilidad de criterio y rapidez procesal que le permitió al cardenal Norberto Rivera organizar de última hora una operación jurídica internacional para defenderse formalmente de acusaciones de protección a pederastas que hasta hace un par de días pretendía ignorar mediante invocaciones de fuero religioso, tretas de leguleyo (en cuanto a una presunta "falta de notificación") e incluso advocaciones patrióticas frente a jurisdicciones extranjeras.
El domingo recién pasado, luego de dar misa en la Catedral Metropolitana, Rivera aseguraba: "Nadie me ha notificado ningún juicio. No tengo adónde comparecer. Nadie me ha llamado, ni en México ni en Los Angeles, aunque aquí ustedes quisieran que ya estuviera en el juicio, ¿verdad?". Pero ¡oh, los designios del Señor son (judicialmente) inescrutables!, he ahí que en 48 horas se presentaron fenómenos ajenos a la razón humana, pues asombrosamente se materializaron en un tribunal de Los Angeles dos arcángeles del derecho para representar a Rivera en el juicio que se le sigue en California por ocho cargos, de manera destacada el de protección a pederastas. Los caballeros de la abogacía son el estadunidense Michael L. Cypers (miembro de Mayer Brown, Rowe & Maw LLP) y el litigante mexicano Bernardo Fernández del Castillo, pero no el padre, del mismo nombre, pues éste ha dejado de ser el principal defensor jurídico del arzobispado de la ciudad de México, porque pasó a ocupar la dirección jurídica de la Secretaría de Salud, así es que los asuntos del cardenal Rivera los lleva ahora Bernardo hijo.
El portentoso fenómeno de la conversión de los Panes en abogados, no, perdón, del no dominical en el sí del martes, fue complementado con la increíble aparición (casi de la nada, dirán las crónicas pías, cuando estos hechos avalen la beatitud y posterior santidad de Norberto) de documentos muy bien planchados y peinados con los que se pretende demostrar que el arzobispo primado de la ciudad de México no tiene culpa en la protección de Nicolás Aguilar, el sacerdote pederasta cuyas andanzas habrían podido ser frenadas a tiempo, pero que si algo hubiera entonces sería responsabilidad más bien del nuevo obispo de Tehuacán, Rodrigo Aguilar (entre Aguilares te veas, pues llevan el mismo apellido el ciudadano acusador, el cura acusado y, ahora, el obispo recién llegado a escena); obispo Aguilar que envió una cartita donde dice que lo que suceda con el presunto pederasta Aguilar cae en el ámbito jurisdiccional tehuacanense y no en el chilango, y que si ultimadamente hubiera algo qué reclamar o castigar, en todo caso deberá ser en el cantón controlado mejor conocido como México y no en el reino perverso de Extranjia pues, se establece en alguna parte de las 15 páginas de alegato, los hechos habrían sucedido en México, entre mexicanos, y nada tendría que ver Estados Unidos (traducción libre de los documentos presentados por los abogados cardenalicios: cortesía de Astillero Babel). Las maravillas del martes no estarían completas sin la aparición deslumbrante de una cartita del cardenal Rivera en la que de manera sucinta, y bajo el nombre de "acta juramentada", el beato duranguense describe los hechos en que se ha visto involucrado a partir de las denuncias del ciudadano Joaquín Aguilar contra el sacerdote Nicolás Aguilar por pederastia, estableciendo Norberto que él no tiene nada que ver con lo imputado (participio del verbo imputar).
El milagro norbertino tiene también una dosis de martirio, pues sucede que, a pesar de la apresurada elaboración de una estrategia jurídica de defensa del cardenal mexicano, la contraparte no se presentó ante el tribunal californiano porque pidió una prórroga y trasladó el próximo encuentro formal para una fecha ¡agghhh! poco propicia: el 21 de marzo. Mientras tanto, se producirá otro suceso extraordinario con la oportuna mudez pública del mencionado cardenal Rivera, quien durante la Cuaresma no hablará con medios de comunicación, según eso para dedicarse a tareas internas de la arquidiócesis que no den nota informativa mundana.
De cualquier forma, Rivera Carrera deberá estar muy atento a lo que suceda hoy, después de la una de la tarde, afuera de la californiana catedral de Nuestra Señora de Los Angeles, pues quienes se denominan sobrevivientes o víctimas de abuso sexual por sacerdotes han convocado a una rueda de prensa "urgente" para dar a conocer "nuevos documentos e información" que, según lo anunciado, añaden visos de culpabilidad tanto al arzobispo primado de la ciudad de México como al purpurado angelino Roger Mahony.
Por su parte, la diócesis de San Diego informó en un boletín, que se repartió en las misas de sábado y domingo, que analiza la posibilidad de declararse en bancarrota para evitar los juicios correspondientes a cuando menos 140 demandas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes. Bajo la firma del obispo Robert Brom, se confía en que los arreglos legales relacionados con esos juicios "no paralicen la capacidad de la Iglesia para cumplir con su misión y sus ministerios". Antes que San Diego, se han declarado en quiebra, por esas razones, las diócesis de Tucson, Arizona; Spokane, Washington; Portland, Oregon, y Davenport, Iowa.
Astillas
Los directivos del IFE se preparan a hacer ajustes de presupuesto pero no en los viáticos, bonos y privilegios de la elite sino entre los trabajadores en vías de despido... El calderonismo no pudo ni siquiera impedirle a Fox que mandara a su boy scout particular de embajador a Canadá... El Chucho mayor ya habla abiertamente de las alianzas con el PRI paredista-salinista... El diputado casadero, Jorge Zermeño, trata de convertir el asunto de Pasta de Conchos en pleito doméstico, es decir, de política coahuilense... El procurador federal de justicia anuncia que los arreglos del mercado del narcotráfico llevarán cuando menos dos años... Y, mientras crece el conflicto en Tepito, ¡hasta mañana, en esta columna bendita!
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