Buscará conservar su título panamericano
Apuesta Adriana Fernández por hacer historia en Brasil
La fondista Adriana Fernández señaló que le gustaría hacer historia en sus cuartos Juegos Panamericanos, ahora en Río de Janeiro, porque se está preparando para retener el campeonato en 5 mil metros por cuarta ocasión de manera consecutiva.
Luego de tomarse un año sabático tras el triunfo obtenido en el maratón de Las Vegas, la capitalina dijo estar "muy entusiasmada y emocionada" por estar nuevamente en la pelea, ante el compromiso que se avecina en la cita continental brasileña, donde será la rival a vencer de estadunidenses, canadienses, colombianas y anfitrionas.
"Lo más importante es que vengo con muchas ganas y sin lesiones, porque ahora debo tomar mi carrera deportiva con toda calma", expresó, mientras su entrenador, Rodolfo Gómez, comentó que ese descanso "forzoso" le permitió a su compañera sentimental "desintoxicarse de las presiones" que demandan los entrenamientos y las competencias, sin olvidar la responsabilidad del hogar y del hijo de ambos, Daniel, de cinco años de edad.
Adriana Fernández entrenó ayer en la pista del Centro Deportivo Olímpico Mexicano, ya que el próximo mes correrá el maratón de la Comarca Lagunera, selectivo al Mundial de Atletismo en Osaka, Japón, a realizarse en agosto.
La maratonista tiene como objetivo quedar entre las cinco primeras para ganar el boleto que ya tiene asegurado la tlaxcalteca Madaí Pérez, quien encabeza el ranking nacional en la prueba de largo aliento con el mejor tiempo, de 2:22.59 horas.
La deportista, de profesión abogada, que hace un par de años estuvo colocada entre las mejores del mundo, aún recuerda el triunfo logrado en el maratón de Nueva York 1999, al ser la primera mexicana en ganarlo con un tiempo de 2:24.06, que en ese momento fue récord del país.
Posteriormente, en Berlín 2002, mantuvo la primacía con 2:24.11 y hasta la fecha no ha podido bajar esos cronos, por lo cual ahora está de vuelta con más ánimos y con el deseo de que a sus 36 años recupere el terreno perdido para conseguir la meta de ir a otros Juegos Olímpicos.