Irrumpen en la carbonera y enfrentan a guardias privados
Lo único que queremos es que nos entreguen los cuerpos: deudos
San Juan de Sabinas, Coah., 19 de febrero. A un año de que una explosión y una serie de derrumbes acabaron con la vida de 65 trabajadores de la mina de carbón Pasta de Conchos, unos 100 familiares de las víctimas irrumpieron en las instalaciones de la carbonera propiedad de Industrial Minera México (IMMSA), irritados porque las operaciones de rescate han transcurrido con lentitud y sólo han conseguido recuperar dos cadáveres.
''Lo único que queremos es que nos entreguen los cuerpos. Queremos tener a quien sepultar con dignidad y a quien irle a llorar al panteón'', dijo Maribel Rico Montelongo, hermana de uno de los trabajadores que perdieron la vida la madrugada del 19 de febrero de 2006.
Al filo de las 14:30 horas, los deudos emprendieron una caminata sobre la carretera que comunica a San Juan de Sabinas con la planta de carbón. Luego de recorrer dos kilómetros, ante el portón del lugar (primer filtro de seguridad de la empresa), custodiado por decenas de guardias privados contratados por IMMSA, los inconformes se detuvieron y empezaron a ingresar uno a uno, pero fueron repelidos por los vigilantes. En respuesta, la multitud empujó hasta vencer a los policías privados, que se replegaron y se limitaron a observar el ingreso de los dolientes.
Los manifestantes continuaron hasta el altar a sus muertos que hace un año se montó al pie del ingreso principal del yacimiento, en memoria de los carboneros atrapados bajo la tierra, a 160 metros de profundidad. Ahí, las familias depositaron rosas rojas frente a las fotografías de sus muertos, oraron y cantaron durante casi hora y media. La ceremonia concluyó con la puesta del sol.
Por la mañana, decenas de familias acudieron a las instalaciones de la empresa, donde el obispo de Piedras Negras, Alonso Garza Treviño, ofreció una misa, durante la cual pidió a los deudos no resignarse, pero sí conducirse con tranquilidad ante la falta de resultados concretos en la búsqueda de los 63 cadáveres que aún permanecen en el filón.
A su juicio, los intentos para recuperar los cadáveres no se deben detener si hay garantías de seguridad para los brigadistas. ''Tenemos que ser muy puntuales en eso, porque de lo contrario la tragedia, que ya de por sí es sumamente grave, puede ser mayor'', refirió.
Durante la madrugada de este 19 de febrero, el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, se reunió con familiares afuera de la mina, en medio de un frío de cero grados, lo que no impidió el desarrollo de una jornada de vigilia. En su mensaje, Vera López aclaró a la empresa filial de Grupo México y al gobierno federal, que los deudos de Pasta de Conchos no pretenden ''levantar una revolución'', sino ''solamente exigir justicia'', al demandar el rescate de los cadáveres y castigo penal para los culpables.
A lo largo del día, representantes de la sección 271 del sindicato minero acompañaron a los deudos en las distintas actividades que se desarrollaron para recordar la tragedia de hace un año. Si bien al principio aseguraron que su presencia era en solidaridad por los mineros caídos, después trataron de aprovechar el foro para defender el liderazgo sindical de Napoleón Gómez Urrutia, aunque de inmediato fueron interpelados por los mismos dolientes.