Usted está aquí: martes 20 de febrero de 2007 Política Complicidad abierta entre Salazar y Grupo México, dice Gómez Urrutia

Tenían inclusive nexos de tipo económico, sostiene el depuesto dirigente minero

Complicidad abierta entre Salazar y Grupo México, dice Gómez Urrutia

El ex secretario del Trabajo es proveedor del consorcio y lo protegió para que no enfrentara su responsabilidad en Pasta de Conchos

El hijo del ex funcionario también está involucrado, señala

PATRICIA MUÑOZ RIOS

Ampliar la imagen Napoleón Gómez Urrutia. Imagen de archivo Foto: Jesús Villaseca

Hubo ''complicidad abierta'' y nexos hasta de tipo económico entre el ex secretario del Trabajo Francisco Javier Salazar Sáenz y el Grupo México, para proteger al consorcio y que no enfrentara su responsabilidad en el accidente de la mina Pasta de Conchos, donde fallecieron 65 trabajadores en febrero de 2006.

Salazar Sáenz es proveedor de Grupo México por conducto de dos empresas, por lo que cobijó a este consorcio en la tragedia en lugar de atender a los deudos, señaló en entrevista vía telefónica desde el extranjero el depuesto líder minero, Napoleón Gómez Urrutia, quien sobre su situación jurídica comentó: ''Es mentira que se haya solicitado mi extradición a Canadá. Pero que lo hagan, lo único que va a pasar es que el gobierno se va a exhibir una vez más, porque no va a poder sostener sus acusaciones''.

Un año de impunidad

El líder, quien se encuentra en Canadá desde hace casi un año, cuando fue desconocido como dirigente del sindicato minero y acusado de fraude, planteó que es una vergüenza que todavía a un año de la tragedia de Pasta de Conchos continúe la impunidad y no se haya castigado a los responsables, cuando toda la evidencia claramente señala que hubo negligencia de parte de la empresa Industrial Minera México.

Las investigaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, de expertos internacionales, del gobierno de Coahuila y de la Procuraduría General de Justicia de ese estado, se encaminan a señalar que el accidente ocurrió por responsabilidad empresarial, lo cual no vio o no quiso ver Salazar Sáenz, señaló.

La del ex secretario del Trabajo, dijo Gómez Urrutia, fue una complicidad abierta con el consorcio por sus nexos comerciales, e inclusive "el hijo de éste, como presidente de la Comisión Nacional Reguladora de Energía, aprobó una nueva concesión a Grupo México para la explotación de gas metano asociado al carbón; así, por primera vez a un particular se le da un negocio del rango de más de 500 millones de dólares, y por supuesto el beneficiario es el grupo''. Añadió que hay la versión de que el delegado del Trabajo en Coahuila es pariente lejano de Salazar Sáenz y por eso lo protegió.

En esta red de complicidades hubo varios intereses; por supuesto pasan por alto las visitas de inspección a la mina e inclusive pasó un año y medio entre que se levantó el acta de inspección y se volvió a revisar para ver si se habían cumplido las observaciones; mientras, los trabajadores estuvieron reportando continuamente que no había condiciones para laborar, y quienes se quejaban eran despedidos, sobre todo los llamados ''contratistas'', los cuales por 90 pesos diarios arriesgaban su vida. Eso, mientras había una política gubernamental totalmente al servicio de la empresa, acotó el dirigente.

En su opinión, una compañía que tuvo ingresos en 2006 del orden de 6 mil millones de dólares y no puede invertir 2 millones en seguridad, es decir, 0.4 por ciento de sus ingresos en mejorar -por ejemplo- los sistemas de productividad, habla de que tiene una estructura de poder que le permite cometer arbitrariedades, pero lo más mezquino es que ni siquiera pudo dar indemnizaciones decentes a los familiares de las víctimas, ya que el sindicato estaba demandando al menos el doble de la ''ayuda humanitaria'' que se dio.

Gómez Urrutia considera que ahora mismo la red de complicidades no dejará que se castigue a los verdaderos responsables y que seguramente se sancionará a empleados de menor nivel de la empresa y la Secretaría del Trabajo, y que además se les aplicarán sanciones pequeñas, cuando lo que se necesita es una mano que vaya contra Grupo México y ''por supuesto, contra el grupo de Salazar''.

De su situación jurídica explicó que es evidente que cada vez que se cuestiona al gobierno por Pasta de Conchos, salen declaraciones en su contra. Las más recientes referentes a que se había solicitado su extradición al gobierno de Canadá, lo cual desmiente. Dijo que si quieren hacer esta solicitud, ''pues que la hagan'', ya que sólo va a quedar en ridículo el gobierno mexicano, pues ni Canadá ni Estados Unidos son países que van a aceptar una acusación llena de documentos falsos, un proceso que no está al nivel de la justicia en esos países, donde se tiene que comprobar que el grado de las acusaciones amerita la extradición.

Las acusaciones han ido cayendo una tras otra como naipes, y así seguirán, porque si pudieran comprobar algo ya lo habrían hecho, sostuvo Gómez Urrutia. Añadió que todo ha sido una estrategia para calumniar al sindicato y sus dirigentes, y así distraer la atención nacional sobre la verdad del accidente en Pasta de Conchos.

De la propuesta del actual secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, para que el sindicato minero realice una nueva convención extraordinaria en la que se decida quién es el dirigente de la organización, Napoleón Gómez Urrutia o Elías Morales, señaló que hay escepticismo y temor entre los trabajadores que de nueva cuenta esta secretaría quiera utilizarlos.

Esto es porque las convenciones de marzo y de mayo del año pasado, donde se ratificó de manera unánime al comité ejecutivo que apoya a Gómez Urrutia, no fueron reconocidas por la dependencia, e inclusive algunos datos fueron trampeados por la secretaría, ya que varios de sus funcionarios llegaron a inventar que había 283 secciones del sindicato, cuando éste tiene 73 y 10 fracciones, o sea, 83 en total, y no han querido corregir esta situación. Por ello, los trabajadores dudan sobre esta nueva propuesta de la dependencia, sobre todo porque Grupo México ha estado tratando de ''comprar'' voluntades y líderes seccionales mediante fuertes sumas de dinero que no dan a los familiares de los mineros fallecidos, pero sí para mantener el control, explicó.

En su opinión, primero se requiere aclarar muchas dudas y situaciones, como tener el padrón oficial y definir claramente el que se tiene para una convención. Interrogado sobre si ve riesgo de que el conflicto por la dirigencia sea motivo de enfrentamientos violentos, dijo que lo que pasa es que Elías Morales está al servicio de Grupo México y se acompaña de gente que ni siquiera forma parte del sindicato. ''Son muy pocos los trabajadores en activo que lo siguen, sólo 10 por ciento del total; además, ha gastado muchos millones de dólares y de pesos en tratar de sostenerse al frente de una organización que no lo quiere, que no lo eligió y a la cual le ha hecho mucho daño. Y si ven en peligro su toma de nota apócrifa... pues van a quererla mantener por la fuerza. Sí, hay riesgo de mayor violencia en caso de que nadie los detenga'', concluyó.

 
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