Koch cumple 50 años; persiste duda de dopaje
Rostock, 17 de febrero. El nombre de Marita Koch estará siempre inevitablemente unido a un récord, el de 400 metros planos, y a una sospecha, la de dopaje. En la víspera de su onomástico 50, la alemana mantiene como respuesta que jamás tomó nada prohibido, sólo "vitaminas'', tras la caída de la RDA que sacó al descubierto los sistemas de dopaje que disponía para sus atletas. El 6 de octubre de 1985 Koch dio lo que para algunos es la vuelta perfecta al estadio en Canberra al cronometrar 47.60 segundos y logró dos mejores marcas de la historia: 48.16 y 48.22. Dos científicos germanos expertos en la materia sospechan que la velocista utilizó el esteroide anabólico Oral-Turinabol en grandes dosis entre 1981 y 1984. La recordista lo niega y atribuye su hazaña a los métodos de entrenamiento de su esposo Wolfgang, quien la hacía arrastrar un neumático en cada ejercicio durante seis semanas. Koch considera que la única deportista que podría superar su marca es la estadunidense Sanya Richards, quien posee el decimosexto registro de todos los tiempos, con 48.70 que hizo en 2006.