Muestran trabajos de Romero, Morris, Alejo y Teo
Destacan artistas mexicanos en la sección Proyectos de la feria Arco
Madrid, 17 de febrero. ''Un recorrido por lo mejor del arte emergente internacional", es como se anuncia la sección Proyectos de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (Arco). La idea de este apartado es que luzca más el trabajo del artista individual, como sucede con las obras de varios artistas mexicanos.
Para su proyecto con la Galería Ramis Barquet, de Nueva York, Betsabé Romero ha creado una instalación que trae a cuenta la cultura árabe, al hacer alusión a los arcos de la mezquita de Córdoba, pero con medias llantas de desecho, material por demás contundente, adornadas con hoja de oro, que cuelgan del techo del local.
Explica: ''Ultimamente he estado trabajando la cuestión de lo móvil y lo inmueble. Entonces, a partir principalmente de las llantas como módulos arquitectónicos que pueden transformarse en arcadas, en friscos y cornisas, son elementos que recuerdan más la memoria arquitectónica que el movimiento. Sin embargo, la referencia es a la idea de que el arte también es un vehículo de significados y relaciones".
A pesar de no usar la tecnología de punta, la obra de Romero se ve actual por el tema y el concepto. Señala: ''Todo es una postura. En la actualidad, el artista tiene que tomar posturas frente a muchas cosas y eso se contrapone a otro tipo de producción. El país donde vivo (México) me obliga a tomar conciencia y posturas frente a ciertas cosas. Hacer grandes producciones, que ostentan enormes recursos económicos, crea una gran distancia con la mayoría de las personas que no sólo no tienen acceso a leerlos, tampoco a producirlos ni verlos circular".
La Galería KBK también participa con un ''proyecto" consistente en la instalación Todos tenemos sucios los zapatos, de Morris, artista de 28 años egresado de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. El trabajo ofrece un ''panorama de la violencia en México", dice Ubaldo Kramer, director de KBK.
Se divide en cuatro piezas: una puerta por donde uno sale a la calle; un mapa de uno de los barrios de México, con acuarelas sobre los puntos más violentos de la ciudad; un terreno baldío, donde el espectador se transforma en testigo de la pieza, porque al subir por una escalera y descender del otro lado, ''lo pisa", y un bulto que simula un muerto, cubierto con tela, en alusión al delator o infortunado que vio un asalto o asesinato.
La curadora del museo Rufino Tamayo, Paola Santoscoy, fue comisionada también para participar en Proyectos. En un principio propuso trabajar con cinco artistas, representativos de igual número de galerías, incluida una argentina y una brasileña.
Al final, las galerías que la apoyaron fueron la OMR, con cinco fotografías y dos videos de Mauricio Alejo (México, 1969), y Art&Idea, con una combinación de fotografía, escultura y pintura de Diego Teo (México, 1978). La idea original era vincular a todos los artistas seleccionados ''por la manera en que utilizaban lo cotidiano".
Las fotografías y videos de Mauricio Alejo, señala Santoscoy, ''se generan a partir de ejercicios formales mediante los cuales transforma de manera casi imperceptible objetos domésticos y situaciones habituales en composiciones que adquieren un carácter escultórico".
Por su parte, Teo ''recurre a lo cotidiano como materia para construir esculturas que ocupan y, en ocasiones, alteran el espacio de exhibición". Su proyecto es una extensión de la intervención escultórica que se encuentra actualmente en un edificio del Centro Histórico de la ciudad de México.