En naciones como ésta, el delito se tolera porque deja recursos, advierte Tenorio Tagle
Sistema penitenciario, gran negocio que el sector privado intenta controlar: experto
Calderón sólo busca imponer disciplina en materia de seguridad, no combatir el problema
En un sistema mundial en el que la criminalidad obedece a intereses del capitalismo avanzado, donde lo que importa es la acumulación de riqueza, el control del delito también comienza a seguir esta lógica, y en la actualidad cada vez es más frecuente que la seguridad y las prisiones estén en manos del sector privado, advirtió Fernando Tenorio Tagle, criminólogo e integrante del programa Ciudades Seguras, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Afirmó que México, al igual que la mayoría de los países occidentales, aplica un concepto "totalmente neoliberal" de seguridad y delincuencia, donde lo que importa es la acumulación de capital, propiciando que las cárceles se conviertan en un negocio "muy jugoso para unos cuantos, por lo que no es descabellado que en un futuro veamos que están en manos de particulares, propuesta que comienza a tener eco entre quienes deben asumir estas decisiones".
En entrevista con La Jornada, destacó que las acciones en materia de seguridad aplicadas por la administración de Felipe Calderón "tienen como objetivo imponer la disciplina social, pero no combatir el delito ni las causas sociales relacionadas con éste, pues ahora vemos que el fenómeno delictivo que nos atemoriza en todo el mundo se hace inteligible en términos económicos, es decir, existe y se tolera porque deja recursos, se desarrolla como un negocio libre de emotividades".
Actualmente, la criminalidad es un proceso que funciona en redes, es decir, "miembros del sistema penal forman parte de él, y por eso es exitoso y racional, pues lo único que interesa es acumular capital. Se trata de una economía informal que tiene mucho impacto en el producto interno bruto (PIB) de una nación. Sólo en Italia, los especialistas aseguran que 40 por ciento del PIB es resultado del crimen organizado".
El problema -insistió el experto- es que el control del delito también ha empezado a ser guiado por la acumulación de capital, por eso vemos con más frecuencia cómo se consolidan las grandes empresas de seguridad privada, que no son filantrópicas, es un negocio, y tienen profundo interés en que la inseguridad se mantenga.
Tenorio Tagle, experto en el sistema penal mexicano, afirmó que el problema más grave es que a las cárceles privadas irán "las mismas personas que actualmente van a las prisiones públicas, es decir, los menesterosos, a quienes ya se les exige un trabajo prácticamente esclavizado en beneficio de grandes trasnacionales".
Con este modelo punitivo y carcelario, aseguró, se pierde todo referente ético y se olvida que ante la exclusión que genera el sistema, es necesario anteponer la dignidad humana como un reconocimiento a los derechos del otro, a pesar de que es diferente de mí, "y entonces sería posible sancionar a quien haya cometido un delito, para que pague por ello, pero respetando el resto de sus derechos, aun si se aplica la privación de la libertad".
Destacó que especialistas de todo el mundo han alertado que de continuar un sistema en el que "sólo se sanciona a los menesterosos, la prisión sólo será un nuevo mecanismo de eliminación sistemática del otro, donde no existe espacio para la dignidad ni el respeto a los derechos humanos".