Por la batalla del domingo en Leipzig
Alemania analiza cerrar estadios de futbol inseguros
Leipzig, Alem., 12 de febrero. Los numerosos heridos y graves daños materiales causados por la batalla campal que se produjo el domingo entre aficionados y la policía alemana en la ciudad oriental de Leipzig desencadenaron hoy un debate en Alemania sobre la violencia en el deporte y la posibilidad de cerrar estadios.
Theo Zwanziger, presidente de la Federación Alemana (DFB) criticó hoy en Fráncfort lo sucedido el domingo en Leipzig y pidió que se actúe rápidamente contra aquellos que provocaron los disturbios, para que no ocurra un episodio similar.
"Debe haber estadios seguros en el este de Alemania", recalcó Zwanziger. "Si con todos nuestros esfuerzos no logramos evitar estos casos, no se podrá seguir jugando allí", agregó.
"Quizá deberíamos haber contado con que, tras lo sucedido en Italia, algunos hooligans buscarían la oportunidad de demostrar que no son peores que los tifosi", se disculpó Zwanziger en una entrevista con una emisora de radio alemana.
El sindicato de la policía, por su parte, exigió que se proceda duramente contra los alborotadores. "No podemos tolerar comportamientos como los que se dan en Italia", señaló Konrad Freiberg, presidente del gremio de uniformados, quien también pidió una labor en común más efectiva con las organizaciones futbolísticas.
El presidente del Consejo de Supervisión del Lokomotive Leipzig, Frank Müller, aseguró hoy que él no tiene nada que reprocharse y rechazó una posible dimisión.
El alcalde de Leipzig, el socialdemócrata Burkhard Jung, propuso en el diario local Leipziger Volkszeitung que el problema sea tratado en el ámbito político.
Los incidentes se desataron cuando 800 seguidores del Lokomotive Leipzig, un club de larga tradición en el balompié alemán, pero que juega en las divisiones inferiores de la Bundesliga, se enfrentaron a unos 300 policías después de un partido por la Copa de Sajonia contra el Erzgebirg Aue. El juego, realizado el sábado, lo ganó el Aue por 3-0.
Varias personas sufrieron heridas de diversa consideración, entre ellos alrededor de 36 uniformados, algunos civiles, así como caballos y perros de la policía utilizados durante la refriega.
Algunos de los aficionados sufrieron mordeduras de los perros policía y fueron dañados 21 patrullas.