Usted está aquí: martes 13 de febrero de 2007 Sociedad y Justicia San Valentín, celebración de un santo que no existió

Creación de la Iglesia católica, de la que luego abjuró

San Valentín, celebración de un santo que no existió

Millones de enamorados conmemoran hoy este ritual

AFP

Ampliar la imagen Benedicto XVI en la misa del domingo pasado en la catedral de San Pedro Foto: Ap

Montevideo, 12 de febrero. Enamorados del mundo entero intercambiarán el miércoles millones de regalos para celebrar el Día de San Valentín, un supuesto mártir religioso cuyo aniversario dejó de celebrar la Iglesia católica a partir de 1969 por dudar de su identidad e incluso de su existencia.

En las más antiguas listas de mártires, generadas en los primeros siglos de la era cristiana, figuran al menos tres de nombre Valentín: dos obispos que fueron sepultados en diferentes lugares de la Vía Flaminia, de Roma, y un tercero que habría sido torturado y muerto en Africa. Todos eran recordados el 14 de febrero.

Los autores de la Enciclopedia católica afirman que los datos que han llegado hasta hoy sobre esos tres mártires "carecen de valor histórico" por ser escasos y insuficientemente fundamentados.

Durante siglos, estos tres Valentines se fueron unificando en la memoria popular, dando lugar a un personaje, una historia y una tradición que no cesaron de enriquecerse hasta convertirse en una leyenda sobre alguien que, tal como se recuerda hoy, jamás existió.

Raíces antiquísimas

Pero la fiesta de san Valentín es mucho más antigua que el propio cristianismo: se enlaza con las fiestas lupercales del imperio romano, rituales paganos en homenaje a Fauno Luperco (de lupus, lobo; Pan, para los griegos), quien protegía a pastores y rebaños, que se celebraban el 15 de febrero de cada año, cinco semanas antes del comienzo de la primavera.

A finales del siglo V d.C., el papa Gelasio I acogió las leyendas sobre san Valentín e instituyó su conmemoración el 14 de febrero con el fin de apropiar para la Iglesia la tradición de las lupercales, que se extinguió.

En el decreto papal se explicaba que san Valentín era uno de aquellas personas "cuyos nombres son venerados por los hombres, pero cuyos actos sólo Dios los conoce", con lo que admitía la carencia de datos verosímiles sobre este santo.

Entre las numerosas leyendas que surgieron posteriormente se destaca una, según la cual Valentín habría sido un sacerdote cristiano que fue detenido y torturado hasta la muerte en 270 d.C. por orden del emperador romano Claudio II.

Según esta historia, que fue transmitida oralmente y de la cual no hay ningún testimonio, el sacerdote se enamoró perdidamente de la hija de uno de sus carceleros, a quien dirigió una carta apasionada firmada como "tu Valentín", que dio origen a la tradición de las cartas que en muchos países los enamorados intercambian el 14 de febrero.

Sin embargo, varios poetas medievales europeos ensalzaron el florecimiento del amor en esta fecha, recordando que es cuando los pájaros empiezan a aparearse en el hemisferio norte, lo que alentó las versiones de un santo vinculado al amor romántico. Otros dicen que fue condenado a muerte por casar parejas en secreto bajo el rito todavía clandestino de los católicos.

En el nuevo milenio, esta fiesta pagana de raíces antiquísimas, tal vez como consecuencia de la globalización cultural, se ha extendido incluso a países musulmanes dominados por el integrismo islámico: el año pasado un imán sunita criticó en una mezquita de Irak a jóvenes de su país que participan en la celebración.

"Muchos jóvenes festejan a san Valentín con el placer de nuestros enemigos, intercambiando regalos, palabras de amor y llegando incluso a besarse, como desea nuestro enemigo", afirmó el jeque Mahmud al-Sumaidai, en 2006.

 
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