El microfinanciamiento, una opción que canaliza recursos a personas pobres
Depredación financiera, el enfoque de la banca en crédito al consumo
Préstamos desde $500 ayudan a una familia a generar ingreso, explica directivo de Finsol
Los bancos que operan en México otorgaron el año pasado préstamos al consumo por 113 mil millones de pesos, la mitad de ellos en tarjeta de crédito. Esa es una "frivolidad financiera", aseguró Edgardo Salomón Barredo, director general de la Financiera Finsol, una de las dos entidades de microfinanciamiento más importante del país.
"Hay una explosión de crédito bancario y no bancario al consumo, es una depredación del mercado que a la larga va a afectar a las personas que hoy están recibiendo ese financiamiento. Esos intermediarios están dando crédito a la desesperación de la gente por consumir", afirmó Salomón Barredo, en una entrevista con La Jornada.
En el otro extremo de esa feria de ilusiones del crédito al consumo hay en el país una serie de intermediarios financieros enfocados a trabajar directamente en las comunidades urbanas y rurales pobres, donde los bancos tradicionales no cuentan. Son alrededor de dos centenares las que existen en el territorio nacional y operan bajo la figura de Sociedades Financieras de Objeto Limitado (Sofoles). También están ampliando sus horizontes. Financiera Finsol, anunció su director general en el curso de la entrevista, se convertirá en la primera microfinanciera del país en ampliar su gama de productos a los seguros y al pago de remesas, un mercado que mueve al año recursos por 23 mil millones de dólares, y que son el gran centro de atención de la banca tradicional.
Finsol recibió autorización del gobierno y comenzará a operar a mediados de este año como Sociedad Financiera Popular (Sofipe). Además de otorgar créditos, que lo puede hacer cualquier Sofol, la Sofipe permitirá a Financiera Finsol otorgar seguros, pagar remesas, ofrecer cuentas de ahorro e incluso créditos más grandes, como el de vivienda. "Pero ofreceremos productos pensados para la gente con la que ya trabajamos, no copias o adecuaciones de los que tienen los bancos tradicionales", acotó. "Será como un banco, con la única limitación de que no podremos dar chequeras, pero las personas con las que trabajamos no usan cheques".
Los micro créditos y el microfinanciamiento en general consiste en la entrega a un grupo de personas de créditos por montos que van desde los 500 pesos. Cada integrante del grupo se corresponsabiliza de que todos paguen. Si un integrante del grupo incumple, el resto asume el pasivo. Por eso son tan pocos los casos de morosidad. En el caso de Financiera Finsol, que otorga préstamos de 500 a 80 mil pesos, la cartera vencida es de 2 por ciento. A nivel del sistema de microfinanciamiento, los abonos al préstamo se realizan por semana. El acreditado paga la suma recibida más un precio por la asesoría que incluye asesoría personal antes, durante y después de recibido el crédito.
Ha habido críticas por el costo del financiamiento, pues al ser comparado llega a resultar en tasas de 4.5 por ciento mensual. Salomón Barredo considera erróneo mirar con ese lente el costo del microfinanciamiento. "Un asesor va tres o cuatro veces hasta la comunidad a orientar al grupo antes de recibir el dinero; los asiste durante el proceso de entrega y acude a recibir el pago cada semana. Se hace una reunión en cada caso para evaluar la forma en que se están desarrollando los negocios financiados, se orienta, se asesora. Nada de eso hace un banco. Por eso el costo no es sólo el interés, sino también la asesoría".
"Creo que Financiera Finsol será un jugador muy importante en el esquema de remesas y sobre todo nuestra función, que es una función que no puede cumplir la banca, es transformar la remesa en medio productivo, evitar que la remesa se vaya a las cajas de las tiendas departamentales, que son esas las que están empezando la actividad bancaria", añadió.
Se refiere a la actividad de microfinanciamiento en general: este sector, planteó, está financiando el trabajo de la gente, no la expansión del consumo. "La consecuencia directa, inmediata, de un crédito nuestro es que una familia, al otro día que lo recibe come mejor, se educa mejor y vive mejor. Al otro día, no a 10 años".
En cambio, apuntó, cuando alguien recibe una tarjeta de crédito, que es, dijo, a lo que se están dedicando los bancos, además de financiar vivienda para la clase media, es para consumir. Y los nuevos bancos son peor, aseguró, porque ni vivienda van a financiar. "Claro que le van a entrar a todo, pero ¿para qué quiere un banco WalMart? Pues para vender lo que tiene en la tienda, igual que Famsa, Coppel, Azteca. Para vender refrigeradores y hacer un negocio financiero con la venta de refrigeradores". Afirmó:
"Las microfinancieras prestamos dinero para que la gente tenga capacidad económica y, si ahorra, que se compre un refrigerador, no le damos crédito para que nos compre un refrigerador".