Graban disco en el que se intercalan las voces de César Rodríguez y Carlos Cuevas
Unir bolero y ópera, ''nueva puerta'' para muchos cantantes mexicanos
Ofrecerán un concierto en el Teatro de la Ciudad el jueves próximo
Habría que imaginar un diálogo más que singular entre la obra de Donizetti y Consuelito Velázquez, entre Puccini y Alvaro Carrillo o César Portillo de la Luz, o entre Bizet y Pedro Junco, para entender la idea que impulsa al disco Bolerópera, en el que se entrelazan e intercalan las voces del tenor César Rodríguez y del ''bolerista de México'', Carlos Cuevas.
Esta nueva grabación, que al parecer reúne por primera vez dos géneros que le han cantado al amor y al desamor, pero desde formas y lugares distintos, tendrá además su réplica en un concierto que Rodríguez y Cuevas ofrecerán el jueves 15 en el Teatro de la Ciudad (Donceles 36).
Ante la falta de espacios y producciones, César Rodríguez dijo durante la presentación que con el concepto de unir bolero y ópera estaban ''abriendo una nueva puerta'' para muchos cantantes nacionales, pues en México hay calidad.
Rodríguez, cuya voz, según el productor Jorge Avendaño Lührs, fue elogiada por Plácido Domingo, comentó que posiblemente el disco se presentará en ciudades como Monterrey, Miami, así como en Japón y España.
Carlos Cuevas destacó que este proyecto parte de un concepto novedoso, de gran valor y que, además, es mexicano. Cuestionó la falta de espacios en la radio para estos géneros musicales, aunque sí gusten a diversos sectores sociales.
Jorge Avendaño Lührs, productor del disco, compositor de algunas piezas del mismo y adaptador de versiones al español de otras tantas, agregó que la radio no lo es todo para el éxito de una grabación si se cuenta con una buena distribución.
Por ejemplo, continuó Avendaño Luhrs, durante 25 años Carlos Cuevas se ha mantenido en el gusto de la gente sin el apoyo de la radio. ''Lo que necesitamos es calidad y artistas que duren mucho tiempo en la preferencia del público'', abundó.
Esperanza y despecho
El disco abre con el entrelazamiento de Una furtiva lágrima, aria de Donizetti, de su ópera El elixir de amor, en la que Nemorino canta a Adina, y de la conocida y traducida mundialmente Bésame mucho, homenaje al ósculo de Consuelito Velázquez.
Enseguida, el tenor y el trovador dan cuenta de una interesante versión en español e italiano, hecha por Avendaño Luhrs, de la bella canción narrativa Caruso, creada bajo los cánones clásicos por Lucio Dalla.
Otras piezas son Che gelida manina, aria de Puccini de su ópera La bohemia, que busca coincidir con las cicatrices del alma que evoca la canción Se te olvida, del maestro Alvaro Carrillo.
Una más es La fleur, famosa aria de la ópera Carmen, de Bizet, en la que don José se quita la flor de la solapa para dársela a su amada, la cual es recreada junto con la clásica del bolero Nosotros, del cubano Pedro Junco.
La primera, premonitoria de una separación amorosa al dudar Carmen de su amado, y la segunda, una clara renuncia a la felicidad por causas tan fatales como inconfesables.
La pieza final yuxtapone de nuevo la creatividad de Puccini, pero ahora con la del cubano César Portillo de la Luz. Se trata del aria Nessun dorma, que Calaf canta a la princesa protagonista de la ópera Turandot, y de Contigo a la distancia, ambas ubicadas entre el amor y el despecho, la esperanza y el desasosiego.
De las 12 piezas del disco destacan tres composiciones de Avendaño Lührs hechas de manera especial para esta grabación y que oscilan entre el formato de la ópera y del bolero modernos: Historia sin final, La vida de un tenor y Cuando me recuerdes. Doce experimentos acertados que podrán escucharse en vivo el próximo jueves, a las ocho y media de la noche, en el Teatro de la Ciudad.