Usted está aquí: miércoles 7 de febrero de 2007 Opinión Dinero

Dinero

Enrique Galván Ochoa

Cruento fracaso

Se hunde el plan de seguridad de Calderón

Internet: nuevos rumbos

Tarjetas de crédito

A raíz de que se comenzó a manejar, allá por noviembre, el nombre de Eduardo Medina Mora como procurador general de la República del gobierno de Felipe Calderón, hubo comentarios en el sentido de que se trataba de un recomendado de la señora Marta, que llegaría a esa posición a cubrir las espaldas a las familias Fox, Sahagún y Bribiesca. Además, venía precedido por el fracaso del programa México Seguro. Quién sabe si será cierto lo primero, pero de lo que no hay duda es de que se está yendo a pique el plan de seguridad que puso en marcha Calderón, supuestamente el más importante de su gobierno. Ayer fueron ejecutadas siete personas en Acapulco, cuando el hampa atacó dos oficinas policiacas del gobierno de Guerrero. Murieron dos mecanógrafas que no tenían vela en el entierro. Supuestamente las fuerzas federales están a cargo de la seguridad.

El futuro, hoy

Dos noticias deben poner a pensar a la industria editorial: el diario más antiguo del mundo, Post-och Inrikes Tidningar, fundado en 1645 por la reina Cristina, de Suecia, eliminó su edición impresa y ahora sólo existe online. Otra: sólo la publicidad en Internet está creciendo. Deja atrás inclusive a la televisión.

Consejo

Santiago Creel dijo ayer algo con mucho peso: Fox podría ayudar absteniéndose de participar directamente en asuntos de la política mexicana. Sólo que ni el malandrín que ocupó seis años la Presidencia, ni la señora Marta, quieren soltar por completo el mando. ¿Irá a ser necesario que los manden como embajadores a las islas Fidji?

e@Vox Populi

Asunto: la tortilla

Me da mucho gusto volver a escuchar tus comentarios en el programa de Jacobo, ya te extrañábamos. Expongo un punto de vista: la voracidad de algunas empresas de la iniciativa privada no tiene límites. Mira con qué facilidad lucran con el hambre de los mexicanos. Cuando les cedieron el control de la comercialización y, consecuentemente, la distribución del maíz, sabíamos que algún día nos exprimirían hasta el último centavo a cambio de una tortilla. ¿Te imaginas lo que pasará cuando les cedan el control del petróleo y la electricidad? Dios nos agarre confesados.

Domingo Olivera Díaz/DF

R: Y para allá vamos. Los señores diputados y senadores ya han sido convenientemente maiceados para que legislen a favor de entregar el petróleo y la luz a empresas privadas, tanto extranjeras como nacionales.

Asunto: cobros de luz

De nueva cuenta me remito a tu columna para hacer un comentario al cual me autorizan mis 31 años de servicio en la Compañía de Luz y Fuerza. Se refiere a los altos cobros por el servicio. La vía mejor y más expedita para una reclamación es directamente con el lecturista, ya que el mismo trabajador que toma la lectura es el que les lleva el recibo. Yo personalmente resolví centenares de reclamaciones por errores operativos o administrativos. Son casos de rutina y ya hay procedimientos y hasta formatos previstos para atenderlos. La Profeco no sirve de nada, esto también te lo digo por experiencia. Simplemente no hacen ningún caso. Ahora bien, si cobrar de más a los usuarios es una política deliberada para ponerlos en contra nuestra, no lo dudo ni un momento de este gobierno ilegal y neoliberal, que se quema por vendernos.

José W. González Bojórquez/DF

Asunto: serfin

Quisiera alertar acerca del abuso que Banca Serfin comete con sus tarjetas de crédito. Resulta que me robaron mi tarjeta el pasado mes de septiembre, por la noche, en un café de San Angel. En las siguientes dos horas, en el estado de México hicieron gastos por alrededor de 25 mil pesos. Yo me percaté del robo al día siguiente y al cancelar la tarjeta me hicieron saber que por haber detectado una práctica inusual en la forma de compra había sido bloqueada. Yo pensé que no habría ningún problema con el banco y que no tendría que pagar el monto de lo robado. Hice todas las cartas de aclaración que me pidieron y después de 45 días me avisaron que el banco no se responsabilizaba y que yo debía pagar. Aclaro que recogí las notas de compra y la firma es a todas luces falsificada y no tiene nada que ver con la mía. Yo ya levanté una aclaración en la Condusef y hasta el momento el banco sigue diciendo que yo debo pagar. Me parece increíble que un banco como Serfin, que ha dedicado los últimos meses a establecer una fuerte campaña publicitaria con el fin de atraer mayor clientela, que gana lo que gana con las distintas comisiones que pagamos, no sea capaz de defender a sus clientes de años frente a delitos tan obvios como del que fui víctima.

Profesora Clara Martha Adalid, UAM Xochimilco

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