Actuó por órdenes de la presidenta argentina, afirma el marino Luis María Mendía
Represor pide que comparezcan Isabelita y el ex presidente francés Giscard D'Estaing
Buenos Aires, 2 de febrero. El ex jefe de operaciones navales de la marina Luis María Mendía, acusado por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura (1976-1983), comparecerá nuevamente ante el juez Sergio Torres, después de que ayer admitió su responsabilidad en los crímenes que se cometieron en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), aunque dijo que fueron por órdenes de la ex presidenta María Estela Martínez de Perón (Isabelita), derrocada por el golpe militar del 24 de marzo de 1976.
Continuando también con la estrategia del ex capitán de la marina Alfredo Astiz, en días pasados, que trató de desviar la responsabilidad de sus actuaciones a supuestos "agentes" de Francia, Mendía solicitó al magistrado que cite al ex presidente francés Valery Giscard D'Estaing, al ex embajador Françoise de la Gosse, al ex primer ministro Pierre Messmer, a un diputado del Partido Verde y a la periodista Marie Monique Robin, cuyo trabajo en el documental Los escuadrones de la muerte: la escuela francesa señala la responsabilidad de los entrenadores y asesores de Francia.
También demandó la citación de Isabelita, del ex presidente Italo Luder y de los ex ministros Carlos Ruckauf y Antonio Cafiero, que en 1975 firmaron los decretos ordenando el "aniquilamiento del accionar de la subversión" dando facultades a las fuerzas armadas a realizar esas tareas.
Al aducir que la represión, las torturas, los asesinatos y desapariciones durante la guerra sucia fueron legales porque obedecían órdenes de la ex presidenta, Mendía se refería a los decretos 261, del 5 de febrero de 1975 (para la provincia de Tucumán específicamente), y 2.772, de octubre del mismo año, que disponían "ejecutar las operaciones militares y de seguridad que sean necesarias a efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el territorio del país".
Pero olvidó que los militares derrocaron y apresaron a Isabelita en marzo de 1976, y como mencionó el ya fallecido ex capitán José Luis D'Andrea Mohr, "estos decretos no imponían un golpe de Estado para cumplir con lo que ordenaban a las fuerzas armadas", y en términos militares el "aniquilamiento consiste en impedir que el oponente quede en condiciones de continuar la lucha. Naturalmente en los combates puede haber muertos y heridos".
D' Andrea Mohr, quien fue dado de baja del ejército por oponerse a la dictadura, realizó un diagrama completo sobre la división en zonas en las ciudades donde actuaron los militares, y la dispersión de centros clandestinos de detención.
El ex militar que formó parte del Centro de Militares por la Democracia analizaba puntualmente el documento clave de las sucesivas juntas en el mal llamado Proceso de Reorganización Nacional, que era "nada más y nada menos que un diseño del esquema de la Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos".
Mendía en su momento había sido citado por el ex marino Adolfo Scilingo detenido en España cuando en 1995 confirmó en entrevista con el periodista Horacio Verbitsky lo denunciado durante muchos años por los familiares de las víctimas sobre los "vuelos de la muerte", que se llevó a detenidos desaparecidos vivos y narcotizados en aviones para arrojarlos al mar.
También el ex jefe de operaciones de la armada hizo referencia al Plan de Capacitación contra la Insurgencia Terrorista de la armada, de noviembre de 1975, pero incluso al leer el documento no surge que se hubiera propuesto el esquema de exterminio y desapariciones que se llevó a cabo aquí.
Además, Mendía reivindicó lo actuado destacando la "valentía, subordinación y heroísmo" de sus subordinados.
Entre otras expresiones de sobrevivientes de la Esma, Graciela Daleo consideró que Mendía intenta regresar a las estrategias de 1987 sobre obediencia debida y consideró "grotesco" que sostengan que "obedecían esos infames decretos de Isabelita. Ellos la derrocaron. Los militares deron el golpe del año 76 para tener el monopolio del accionar represivo de la Triple A, porque sus proyectos iban más allá de asesinar a sus enemigos políticos (...) Ahora usan lo de la conexión francesa para decir que los franceces secuestraron a las monjas. Es ridículo. Tampoco es casual que Mendía y (Alfredo) Astiz tengan el mismo abogado. Se nota que tienen una estrategia común".
En tanto, se conoció hoy que el franco-argentino Bertrand de Parseval, señalado por Astiz y Mendía por el secuestro de las monjas francesas en diciembre de 1977, se presentó espontáneamente en la embajada argentina en Tailandia, donde ahora vive, para ponerse a disposición de la justicia.
En su juventud perteneció al criminal y ultraderechista Ejército Secreto de Francia, que surgió con metodología terrorista para oponerse a la independencia de Argelia. Radicado en Argentina desde la década de los años 60, el grupo estuvo vinculado a la Operación Cóndor y a la Triple A, como ya informó este periódico.
Pero De Parseval negó las acusaciones y dijo que él no es el rengo que describió un familiar la noche del secuestro de las monjas. Medios locales citaron hoy que según "fuente judiciales con acceso al expediente "el hombre rengo observado por los testigos del secuestro de diciembre de 1977 sería del ex oficial de ejército Juan Carlos Coronel, quien actuó como adscripto en el grupo de tareas 3.3.2 de la Esma, que ahora está detenido preventivamente.