Se cumplen 125 años del natalicio de James Joyce
Hamburgo/ Dublin, 31 de enero. Su Ulises es considerado una de las grandes obras del siglo XX. Por sus cartas y manuscritos, los coleccionistas pagan millones. Y ya en vida era un autor de culto, cuando todavía no existía siquiera ese concepto. El irlandés James Joyce es uno de los escritores más importantes del siglo XX.
Su influencia en la novela moderna es comparable a lo sumo con la de Marcel Proust. Y eso a pesar de que algunos afirman que son pocos los títulos de Joyce en las estanterías de los aficionados a la lectura que realmente fueron leídos hasta el final.
Este viernes 2 de febrero se cumplen 125 años del natalicio de Joyce, quien nació en las afueras de Dublín.
Su principal legado a la generación de escritores que le siguió fue la técnica narrativa conocida como monólogo interior o fluir de la conciencia (stream of consciousness).
Hubo otros como por ejemplo Virginia Woolf y Alfred Döblin que también ampliaron el monólogo interior de sus personajes con fragmentos de pensamiento. Pero nadie como Joyce lo hizo con tanta precisión y variedad.
También fue pionero en la mezcla de diferentes niveles estilísticos. Le gustaba, por ejemplo, combinar especulaciones teológicas con bromas obscenas, o citas de Shakespeare con lemas publicitarios.
El hombre, que enriqueció de esta manera la literatura moderna, vivió la mayor parte de su vida en condiciones humildes. Dos de sus 12 hermanos murieron de tifus. A los 10 años, tuvo que dejar el internado, porque su padre ya no podía pagar.
Joyce se fue a Zurich, y luego a París, desde donde huyó de las tropas alemanas otra vez a esa ciudad suiza. Allí murió el 13 de enero de 1941.