No sólo actúa con parcialidad, sino que lo hace con derroche de recursos, señala
John Ackerman critica la actitud complaciente del IFE ante el poder
La intención de consejeros de interponer una controversia constitucional en contra de la decisión de los diputados de recortar el presupuesto al Instituto Federal Electoral (IFE) tiene "una evidente relación" con la postura de las bancadas de PRI y PRD en favor de una renovación total en el organismo, afirmó John Ackerman, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Sostuvo que ante el papel "parcial" que han jugado los consejeros electorales desde la campaña presidencial pasada, y por su "actitud" complaciente ante el poder, resulta "totalmente razonable" que la Cámara de Diputados busque enmendarles la plana al recortar no las prerrogativas a los partidos, pero sí el nivel de gasto del instituto.
En conversación telefónica, el experto en derecho constitucional consideró "evidente" la respuesta de los consejeros electorales al pretender interponer una controversia constitucional, luego de las críticas de que han sido objeto, incluyendo las declaraciones de PRD y PRI sobre la necesidad de renovar a los integrantes del órgano comicial.
"El sentido de autonomía es independiente, como su nombre lo indica, de la función esencial del gobierno: el poder hegemónico no lo puede controlar todo, y es la naturaleza de un órgano de esas características", añadió.
"Es obligación de la sociedad civil defender esa autonomía a toda costa, pero estamos ante un caso diferente: el IFE, en lugar de tomar partido por la sociedad civil, se mantiene en una actitud muy complaciente con la autoridad y, además, con un derroche importante de recursos."
Señaló que por ello "es totalmente razonable" que los diputados "le enmienden la plana" al instituto, "recortando gastos de operación sin que se deduzcan de las prerrogativas de los partidos".
Insistió en que autonomía no es igual que impunidad porque, explicó, los órganos autónomos también tienen que rendir cuentas. "Si bien tiene sentido que algunos enarbolen a ultranza la defensa de la autonomía del IFE, en este caso es totalmente razonable que los legisladores lo llamen a cuentas", subrayó.
"No se vale esconderse tras una supuesta defensa de la autonomía cuando lo que está en juego es un conflicto político. El IFE se sube al ring en lugar de ocupar el papel institucional que le corresponde", sostuvo.
Expuso que el árbitro necesita de la confianza de los jugadores, "y si la ha perdido evidentemente habría que encontrar soluciones al problema, y una de las vías para reconstruir esa confianza sería, claramente, la renovación del Consejo General del instituto".