Científicos: aumentaron los daños que produce la contaminación ambiental
Anomalías genéticas y muertes, entre los efectos de la polución
Consideran necesario reducir de manera importante el bióxido de azufre en gasolinas
Ampliar la imagen En el DF circulan unos 134 mil vehículos de carga, los cuales generan 70 por ciento de la contaminación Foto: Archivo
Los Angeles, Cal. Bajo peso de recién nacidos, efectos en el desarrollo de los embriones y el incremento en el riesgo de cáncer del pulmón son algunos de los daños a la salud que provoca la contaminación ambiental, los cual indica que los problemas han dejado de ser solamente respiratorios, revelan estudios científicos.
La presencia del bióxido de azufre en gasolina y en diesel que consumen los vehículos automotores, responsables de alrededor de 75 por ciento de la contaminación del aire, es causa de estos padecimientos, señalaron las investigaciones.
Ante ello, las recientes políticas de calidad del aire, tanto de México como de California, van orientadas a reducir la presencia de emisiones azufre un irritante del aparato respiratorio con el fin de evitar daños severos a la salud.
En México, los combustibles aún tienen altos niveles de este elemento: la gasolina Magna sin concentra 300 partes por millón y el diesel 500 partes por millón. Debido a esto es que científicos y autoridades determinaron que reducir estos índices es necesario en beneficio del la población.
Estimaciones del Instituto Nacional de Ecología (INE) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales indican que el uso de combustibles con ultra bajo contenido de azufre la nueva gasolina Premium, cuyo uso todavía no se extiende a todo el país, llevaría a que de 2007 a 2030 en México se evitaran 56 mil muertes, 165 mil casos de bronquitis crónica y la pérdida de 78 millones de días laborables. Se ahorrarían 120 mil millones de pesos al año, lo que equivale a 2.4 veces la inversión que hará Pemex en la renovación de la gasolina y el diesel.
En lo que se refiere a California, se presentaría una situación parecida, ya que se evitarían 6 mil 500 muertes prematuras al año, 350 mil ataques de asma, 800 mil síntomas respiratorios infantiles y 500 mil enfermedades respiratorias en adultos, indicó Alan Lloyd, del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT, por sus siglas en inglés) durante su participación en el taller internacional Los siguientes pasos para la implementación de combustibles de bajo azufre en México, organizado por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y la Fundación Hewlett.
Estudios científicos revelan que la incidencia del bióxido de azufre en el aire de las ciudades tiene efectos en el desarrollo de los embriones, impactos sobre el sistema cardiovascular y con el incremento en el riesgo de cáncer pulmonar, además de que los pobres son más susceptibles a estos padecimientos, puntualizó a su vez Horacio Riojas, director de Salud Ambiental del Centro de Investigación en Salud Poblacional del Instituto Nacional de Salud Pública.
Refirió que su efecto en el tracto respiratorio de los niños se manifiesta en tos seca y fiebre, asma y bajo peso al nacer, mientras que en los adultos provoca enfisema pulmonar, asfixia y embolia pulmonar. También produce infartos, irritación ocular, dermatosis y algunos estudios asimismo lo relacionan con cáncer.
Evidencias de los daños en la salud se manifiestan en que la población asmática de niños ha crecido 25 por ciento en México en años recientes, mientras que en Los Angeles se ha encontrado que la exposición prolongada a contaminantes inhibe el desarrollo pulmonar de los menores, sostuvo por su parte Fernando Cano Valle, director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias de la Secretaría de Salud.
Advirtió que "un periodo de tan sólo tres días de escasa mezcla atmosférica puede llevar a concentraciones elevadas de productos peligrosos en áreas de alta contaminación y, en casos extremos, producir enfermedades e incluso la muerte. Los efectos de la exposición a largo plazo a bajas concentraciones de contaminantes no están bien definidos; no obstante, los grupos de riesgo son los muy jóvenes, los ancianos, los fumadores, los trabajadores expuestos al contacto con materiales tóxicos y quienes padecen enfermedades pulmonares o cardiacas".
Katherine Blumberg, directora de investigaciones del ICCT, detalló que los combustibles que usan los vehículos son una fuente de óxidos de nitrógeno e hidrocarburos, además de producir partículas suspendidas (polvo) en diferentes medidas: las conocidas como PM10, PM2.5 y ultrafinas.
Advirtió que la relación entre dichas partículas y la mortalidad está confirmada en América Latina; los niños y los adultos mayores son la población en riesgo, habiéndola correlacionado con el aumento de 6.9 por ciento en la mortalidad infantil por cada aumento de 10 micras en las partículas. También señaló que "los impactos de la contaminación del aire sobre los fetos incluyen el riesgo de anomalías genéticas y bajo peso al nacer".
En personas de edad avanzada se ha encontrado que si son de bajos ingresos económicos tienen una mayor proclividad a presentar riesgos de mortalidad, además de que alrededor del 11 por ciento de las muertes por accidentes cardiovasculares podrían atribuirse a la contaminación del aire, señaló.
California está considerada por los expertos a la vanguardia en cuanto al establecimiento de medidas de mejoramiento de calidad del aire: desde la década de los años 60 se comenzaron a adoptar las primeras acciones para atacar la contaminación ambiental. Sin embargo, la infición ha ido en aumento, por lo que las iniciativas son cada vez más estrictas.
A esta situación contribuye la contaminación industrial y el crecimiento de la flota vehicular: circulan 12 millones de vehículos en Los Angeles y en todo California, 20 millones; cada año se incorporan 2 millones más.
Aquí ya se utilizan las tecnologías vehiculares más limpias, Tier 2, y combustibles con bajo contenido de azufre.
Al igual que en la ciudad de México, el ozono es el principal gas contaminante, aunque ha registrado una disminución en sus concentraciones, ya que el número de días por encima de la norma va entre los 30 y 50 al año, mientras que hace unos años eran 250 días. En este momento la preocupación de los expertos, al igual que en México, se centra en las partículas suspendidas (polvo) PM10 y las partículas finas que miden 2.5 micras, ya que se alojan en los pulmones y se ha encontrado que ocasionan daños más severos a la salud, para lo cual se insiste en reducir el azufre en los combustibles.
Para el caso de México, el premio Nobel, Mario Molina, propuso un plan de cuatro puntos que considera que para tener aire limpio es necesario que haya combustibles con contenido ultra bajo de azufre, normas de emisiones más estrictas, renovación de la flota vehicular y mejoras en el transporte público.
Advirtió que es más barato tener una ciudad con aire limpio, para lo cual se debe eliminar el azufre de los combustibles y contar con tecnologías más limpias.
Por su parte, Adrián Fernández, presidente del INE, dijo que la introducción de diesel y gasolina de bajo azufre es algo que ocurre en todo el mundo; Estados Unidos, Canadá y Japón están en este proceso en forma acelerada.
Advirtió que México está muy lejos de tener una calidad del aire adecuada, los combustibles no son el único remedio, pero es una acción importante sin lo que no podrán reducirse los niveles actuales de contaminación. Tan sólo reducir el azufre llevaría a un abatimiento en la tendencia anual de muertes por causas respiratorias de 5 por ciento.
En México se busca seguir los esquemas de Los Angeles para reducir la contaminación del aire, a pesar de la oposición de la industria de autocarga, que logró un periodo de gracia de 18 meses para mantener la normatividad EPA 98 que ya está en desuso por ser sucia. En la ciudad de México circulan alrededor de 4 millones de vehículos, de los cuales 134 mil son de autocarga, consumen diesel, y generan 70 por ciento de las emisiones de partículas suspendidas.