Vanos intentos de Alfredo Astiz por dilatar proceso, señala
Probada culpa de ex represor argentino en asesinato de 2 monjas, dice abogada
Buenos Aires, 28 de enero. La abogada francesa, Sophie Thonon, quien representa a la parte querellante en la causa contra el ex represor argentino, Alfredo Astiz, por el secuestro y desaparición de las monjas francesas, Alice Domon y Leonie Duquet, en 1977, aseguró que la responsabilidad del militar está "ampliamente comprobada por miles de testimonios".
Añadió que las declaraciones de Astiz pretenden dilatar el proceso, pero sin éxito, pues los cargos en su contra están ampliamente documentados.
"Está comprobado que Astiz no sólo infiltró grupos de familiares de desaparecidos en Buenos Aires sino también entre los refugiados políticos en Francia, agregó. El ex capitán declaró esta semana, después de 20 años de silencio, y atribuyó el secuestro y asesinato de las monjas a "agentes encubiertos franceses".
Algunos jefes militares confesaron a una periodista francesa, que los planes la división en zonas para la represión, las torturas, entre otras en la dictadura provenían de las enseñanzas del ejército francés, de asesores que actuaron en Indochina y Argelia.
La dictadura argentina, como la chilena y otras que hoy se investigan fueron impuestas por la Doctrina Nacional de Seguridad de Estados Unidos y su esquema contrainsurgente como obra documentos con los que se trabaja en diversas causas.
Cuando Astiz aceptó declarar durante tres horas ante el juez Torres, muchos especialistas en derechos humanos se prepararon para escuchar una presentación muy armada, como sucedió para dar largas a la causa.
Para el abogado Horacio Méndez, querellante en esta causa, Astiz se prestó a declarar como parte de una estrategia para "enlodar" la investigación, y agregar nuevos elementos para dilatarla. La presentación de Febres confirma la estrategia trazada ante la reactivación decidida de las causas.
Incluso Astiz entregó al juez un documental de Los escuadrones de la muerte, basado en el excelente libro que escribió Marie Monique Robin, para demostrar la responsabilidad de Francia en el entrenamiento de militares argentinos y otros.
Más aún, Astiz solicitó al juez la captura internacional de un presunto agente francés cuyo nombre puede ser René o Bertrand Perseval por haber sido señalado, argumenta, por la periodista y un familiar de desaparecidos como presente en el lugar cuando fueron detenidas las monjas francesas.
Resulta una buena desviación en causas donde se documenta el papel dominante de Estados Unidos, también revelado en Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y en la Operación Cóndor, en la coordinación para matar a militares y policías de todos estos países y mercenarios del mundo.
Sin desconocer el papel asumido por los siniestros asesores franceses, tomar por este viejo camino, podría llevar a olvidar la mano que meció verdaderamente la cuna de la muerte, que costó un genocidio en América Latina en el siglo XX, señalan defensores de los derechos humanos.
De paso Astiz toma venganza de Francia, cuya justicia lo ha juzgado y condenado en ausencia por esos crímenes.
Siguiendo los pasos de Astiz, otro de sus compañeros, el ex prefecto Héctor Febres asumió la misma actitud y también rechazó ante el juez, Sergio Torres, imputaciones que los unen en la causa que investiga lo actuado en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma).
Febrés negó esta semana haber participado en el secuestro y asesinato de Duquet y Domon, entre otras víctimas de las cinco mil que figuran como desaparecidas en el centro clandestino de detención de la Esma. Igual pasa con los ex capitanes Jorge Tigre Acosta y Antonio Pernías, acusados no sólo de secuestros, tormentos, desapariciones, sino también del robo de niños y propiedades de las víctimas.