Moshe Katzav reitera su inocencia y se dice víctima de una "cacería de brujas"
Acusado de violación, el presidente israelí se retira del cargo temporalmente
Jerusalen, 24 de enero. El presidente israelí, Moshe Katzav, decidió hoy "retirarse temporalmente" ante las acusaciones en su contra por violación, obstrucción de la justicia y abuso de confianza, aunque prometió resistir a las presiones para que deje definitivamente su cargo.
La presidenta del Parlamento israelí, Dalia Itzik, asumirá provisionalmente la jefatura de Estado, de acuerdo con un despacho de Dpa.
Aunque rechazó todos los cargos que se le imputan, Katzav, cuyo mandato termina en cinco meses, dijo que ya anunció al Knesset (Parlamento) que dejará temporalmente su puesto pese a que el primer ministro Ehud Olmert y otros políticos le han exigido que renuncie, pues la ley, aseveró, "no me obliga a hacerlo".
En una conferencia de prensa en su casa, en Jerusalén, indicó que sólo renunciará después que se haya presentado una acusación formal definitiva en su contra y que no se ocultará detrás de su inmunidad.
El presidente, de 61 años, es sospechoso de haber violado a una de sus secretarias cuando era ministro de Turismo entre 1998 y 1999, y de acoso sexual contra otras trabajadoras de la presidencia, por lo que el fiscal general Menahem Mazuz recomendó el martes su enjuiciamiento por violación, acoso sexual, obstrucción de la justicia y amenazas contra testigos.
El escándalo Katsav estalló el año pasado cuando varias ex empleadas presentaron denuncias ante la policía y lo acusaron de agresiones sexuales.
Pero el presidente, casado y padre de cinco hijos, se dijo víctima de una "cacería de brujas" dirigida por la policía, la fiscalía y la prensa, y aseguró que "las acusaciones son venenosas e infundadas. "No bajaré la cabeza y defenderé mi honor", agregó.
Además, afirmó que las nueve mujeres que presentaron acusaciones en su contra actuaron por venganza por haber sido despedidas, o porque él rechazó garantizarles los empleos que solicitaban.
Olmert afirmó que "en estas circunstancias, no hay duda de que el presidente no puede continuar en sus funciones y tendrá que abandonar su cargo".
Así, unos 30 diputados firmaron una petición para convocar a la comisión parlamentaria con el objetivo de iniciar un proceso de destitución, que debe ser decidido por dos terceras partes de los diputados (90 de 120).