Usted está aquí: miércoles 24 de enero de 2007 Opinión Isocronías

Isocronías

Ricardo Yáñez

Lecciones de lo ilusorio

IMAGINEMOS UNA NARRACION que comenzase de este modo: "La supuesta 'realidad', el mundo sensible que nos rodea y que acostumbramos a considerar como 'realidad', no es más que un sueño. Percibimos por los sentidos un gran número de cosas, las distinguimos unas de otras, las ordenamos según nuestra razón y, de este modo, acabamos estableciendo algo sólido a nuestro alrededor. Llamamos a eso construir la 'realidad', y no dudamos que sea real". A Borges, cabe pensar, no le costaría trabajo.

DE UNA OBSERVACION diferente, de carácter sicológico-social, parte Ana Karenina, según no ha mucho nos lo recordó Carlos Fuentes, obra que abre con un casi aforismo, breve consideración sobre la novela familiar y la felicidad.

CONCLUSION O PUNTO de partida, como texto subyacente la entrada de estas Isocronías no le vendría mal, por tercera vez consecutiva en este espacio traído a cuento, al Rulfo novelista, cuya atmósfera parecería teñir o iluminar lo mismo al cuentista que al fotógrafo.

MAS AUN CUANDO, procedente de otras visiones, concretada en la del Ibn Arabi, la cita (tomada del inicio del libro Sufismo y taoísmo, de Toshihiko Izutsu; Siruela) veamos cómo no mal se aviene con el relato siguiente, que llamaremos El banquete de Bhadra, presentado por Juan Arnau en su La palabra frente el vacío (Fondo de Cultura Económica): "El mago Bhadra invita al Buda y a los que lo acompañan a un banquete creado por arte de magia. El Buda, deseando instruir a Bhadra, toma la taumaturgia de éste como punto de partida. Bhadra sabe que el festín que él ha creado es irreal. Buda le explica que no sólo el banquete, sino las personas que lo disfrutan, que Bhadra considera reales, son también irreales como el universo entero. Y dice: "El disfrute y beneficios de todos los seres, Bhadra, se crean por la ilusión (maya) del karma: esta orden monástica la crea la magia del dharma. Yo soy creado por la magia del conocimiento (jñana) ...".

MUCHO ME TEMO, apresurando demasiado a la intuición, que para los artistas es precisamente la imaginación su "magia del conocimiento", su "órgano" de percepción ­equilibrador de inteligencia y sensibilidad­ mayormente preciado. El espacio no me da, por ahora, para otra cita al respecto. Pero, a la espera de eso, finalicemos con una leyenda relacionada, tan lejos y tan cerca, con todo esto y relativa al poeta y místico (sufí, como Ibn Arabi) Rumi (cambiamos, como se verá, por frases muy similares entre sí el "tú no lo sabes", al cual la traductora, Isabel Vericat, añade entre paréntesis: "es decir, ¿por qué te preocupa?"):

"CUANDO RUMI SE encontraba en su casa rodeado de amigos y discípulos, entró un hombre. Era Shams [su posterior maestro], quien saludó y después contempló una pila de libros que había cerca de Rumi.

''­¿QUE ES ESTO? ­preguntó señalando los libros.

''­¿TU QUE SABES?

''APENAS HABIA RESPONDIDO cuando los libros comienzan a arder.

''­¿QUE SIGNIFICA ESTO? ­pregunta Rumi.

''­¿QUÉ SABES TU?

''Y SHAMS SE fue. Tras lo cual, Rumi se puso a buscarlo."

(RUMI, EL CONOCIMIENTO y el secreto, de Michel Random, publicado por el Fondo de Cultura Económica).

 
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