El estudio de la UNAM abarca varias ciudades del país
Usarán la supercomputadora para pronosticar la contaminación
Para desarrollar pronósticos que permitan a los habitantes de ciudades con alto grado de contaminación estar prevenidos y aportar elementos a las autoridades para que tomen decisiones de protección adecuadas, investigadores del Centro de Estudios sobre Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) utilizan la supercomputadora Ban Kalam.
José Agustín García, del grupo de especialistas, reveló que otro de los fenómenos que preocupa a los académicos es el impacto en la calidad del aire bajo la influencia del cambio climático, y que no sólo se estudia la contaminación en el valle de México, sino también en ciudades como Guadalajara, Ciudad Obregón, Mexicali, Acapulco y Chihuahua.
Explicó que para poder evaluar la calidad del aire, por ejemplo en el valle de México, se requiere de gran cantidad de información sobre emisiones y conceptos de meteorología, y añadió que el proyecto de Pronóstico de la Calidad del Aire tiene una "gran herramienta" en la nueva supercomputadora de la UNAM.
"Dicho proyecto abarca dos grupos: meteorología tropical y constitución físico-química de la atmósfera. Sabemos que cuando ocurre una contingencia (ambiental), la gente ya ha estado expuesta a los altos niveles de concentración de contaminantes, y las medidas de protección se toman cuando la gente ya estuvo expuesta, cuando ya se tuvo un efecto en la salud. Por ello, es importante desarrollar sistemas de pronóstico", añadió.
De esta forma, cabría la posibilidad de alertar a la población con tiempo suficiente para tomar precauciones, así como a los responsables en tomar decisiones.
"Sabemos que en 57 por ciento de los días de 2006 se sobrepasó la norma ambiental; es decir, en promedio una hora y media o dos horas por día, lo que arroja un total de 639 horas a lo largo del año por arriba del límite permisible", explicó. "Y la norma establece que las contingencias ambientales no deben rebasar más de una hora".
Para realizar los pronósticos, los académicos primero deben resolver una serie de ecuaciones diferenciales ordinarias; es decir, una serie de parámetros matemáticos que requieren en gran medida de procesamientos de cálculo, "y entre más poderosa sea la computadora, más rápido se pueden obtener resultados de pronóstico, en cuestión de horas".
Pero los académicos están precisamente diseñando los modelos para que, dentro de seis meses, se puedan obtener dichos pronósticos.
La intención es terminar el diseño de modelos globales de meteorología, procesar los datos y efectuar tablas de visualización, en los que intervendrá en 25 por ciento la propia meteorología y en 75 por ciento la química atmosférica.