''Somos responsables de sólo 17 de cada 100 kilogramos de la tortilla que se consume''
Niega Maseca especular con el maíz; nosotros no lo comercializamos: Sastré
La escalada alcista muestra que México enfrenta un problema estructural serio, señala
La escalada alcista en el precio de la tortilla, ocurrida en los últimos meses, puso en evidencia que el país ''enfrenta un problema estructural serio'' con la producción de maíz, pero también la existencia de grandes especuladores, aseguró este jueves el Grupo Industrial Maseca (Gruma), el principal productor de harina de maíz en México.
Gruma se defendió de las acusaciones que han señalado a ese consorcio como uno de los causantes del disparo en el precio del alimento, al afirmar que sólo es responsable de 17 de cada 100 kilogramos de la tortilla que se consume en el país.
''Se nos ha acusado de especuladores y nosotros no comercializamos maíz; se ha dicho que somos un monopolio y tenemos una parte minoritaria del mercado'', dijo a este diario Eduardo Sastré, director corporativo de relaciones institucionales de Gruma.
La industria mexicana de la tortilla consume maíz a un ritmo de un millón 100 mil toneladas al mes. Del total de las tortillas que se consumen en el país, 52 por ciento son elaboradas a partir de la técnica tradicional del nixtamal y 48 por ciento restante con harina de maíz. De ese 48 por ciento, una tercera parte, esto es, alrededor de 17 por ciento del total, es con harina producida por Gruma.
Este jueves fue anunciado en Los Pinos, la casa presidencial, un acuerdo en el que participan el gobierno federal, productores agropecuarios, comercializadores e industriales del ramo para tratar de contener la escalada de alzas en el precio de la tortilla. El alimento, que a mediados de 2006 se vendía en tortillerías de la capital sólo por emplear una referencia en 6 pesos, llegó hasta 9 pesos por kilogramo en la misma zona, lo que implicó un alza de 50 por ciento en un periodo de apenas seis meses.
Bajan las cosechas y aumentan los consumidores
En otros puntos del país el precio duplicó al del Distrito Federal. Según el Banco de México, el incremento en el último año, de 50 por ciento, fue superior al 30 a 35 por ciento de alza en el valor del maíz blanco, el principal insumo para la elaboración del alimento, en un entorno en que los precios de la electricidad, el agua y la mano de obra, los otros costos relevantes para la industria, se elevaron en una proporción mucho menor.
''Sí tenemos un problema serio, estructural, en el tema del maíz'', comentó a este diario Sastré. ''Lo que ha ocurrido en el plano internacional es un incremento de precio derivado de una combinación de hechos: las cosechas han bajado y los consumidores han aumentado''.
En los últimos años ha aumentado el consumo de maíz amarillo por su uso como insumo para la elaboración de biocombustibles, en especial etanol, el cual se adiciona a las gasolinas, sobre todo en Estados Unidos, para disminuir la emisión de contaminantes.
''Dado que el maíz amarillo se está canalizando a la producción de bioenergéticos, otros compradores de maíz amarillo, como pueden ser los productores de forraje, han recurrido a adquirir maíz blanco, y esto también ha contribuido a elevar el precio'', dijo Sastré.
En el caso específico de México, consideró que la menor oferta de grano se agravó por una ola de especulación con la compra y almacenamiento de maíz.
''Sí hubo prácticas de especulación, sobre todo en la zona del Bajío, que provocaron los problemas'', añadió, aunque declinó ofrecer detalles para identificar a los especuladores.
''Frente a esta realidad de la escasez, lo que ahora necesitamos pensar en cuanto al tema de fondo, y por la probabilidad de que el precio siga presionado por la demanda, es en incrementar la productividad en el campo, avanzar en una reconversión productiva y que se siembre más maíz blanco que amarillo'', añadió.
Sastré insistió en que Maseca no produce, comercializa ni intermedia maíz en grano. Compra el maíz, principalmente en México, y produce la harina.
Sobre el acuerdo anunciado este jueves en Los Pinos que fija los precios en tortillerías y tiendas de autoservicio y considera también una importación sin arancel de 750 mil toneladas del grano, Gruma expresó que contribuye a dar certidumbre al mercado. La empresa comentó que el acuerdo va a ordenar y despresionar el mercado y regularizar el precio del maíz para quienes, como Gruma, lo adquieren como insumo.
La decisión de autorizar 750 mil toneladas de importación libre, añadió, también constituye un apoyo en relación con la disponibilidad del grano, ''y combate el acaparamiento que han hecho quienes intermedian y comercializan maíz''.
El acuerdo tiene vigencia hasta el 30 de abril, lo que, de acuerdo con Gruma, abre un margen de acción a la espera de conocer más detalles de la cosecha en Sinaloa el principal estado productor para el siguiente verano.
En el mercado accionario mexicano la acción de Gruma ha resentido una baja de 13 por ciento en el último mes, por la percepción de inversionistas de que el alza de precio puede afectar los resultados de la empresa. Sastré comentó que Gruma ha comprado coberturas para poder, a lo largo del año, ver cómo se desempeña el mercado, lo que le permitirá absorber el costo de los compromisos asumidos este jueves en Los Pinos, en el sentido de que no va a elevar el precio a que vende la harina a los industriales, aun cuando ha subido el precio del maíz.
''Estamos en el inicio del año, también tenemos planeación financiera, hemos comprado cobertura para tratar de asimilar esto y a lo largo del año hay que esperar en cuanto a los precios del maíz, en cuanto a los volúmenes de la cosecha y es temprano decir cómo nos afecta en este ejercicio'', comentó.
Entre enero y septiembre de 2006, la última información disponible, Gruma logró ventas por 22 mil 540 millones de pesos, cantidad superior en 12 por ciento al mismo periodo de 2005. Su utilidad neta fue de mil 252 millones de pesos en septiembre pasado, con un incremento anual de 30 por ciento.