Pese al alza de precios, les pagan menos de lo que cuesta cultivar el grano
Trato leonino de cinco empresas a productores veracruzanos de café
El control de puntos de compra y de plantas de tratamiento les permite imponer condiciones
Intermediarios se benefician de los programas de apoyo gubernamental, afirman campesinos
Ampliar la imagen Productores de café de Veracruz han iniciado movilizaciones para demandar la intervención de las autoridades a fin de que las empresas intermediarias paguen un precio justo por el grano Foto: Miguel Carmona
Coatepec, Ver., 14 de enero. A pesar de que el café mexicano alcanzó recientemente su precio más alto en los últimos dos años (el 29 de diciembre se cotizó a 128.10 dólares por quintal en el mercado de Nueva York), los productores veracruzanos reciben apenas 400 pesos, un precio que ni siquiera cubre los costos de cortarlo y llevarlo a vender, por lo cual los cafetaleros tienen que dejarlo pudrir en las matas.
Las utilidades del auge financiero del café se quedan en manos de cinco transnacionales que controlan su compra y exportación y bajan el precio del café hasta a la mitad de su valor real, acusaron productores locales y sostuvieron que sólo en diciembre perdieron más de 240 millones de pesos.
Según el Consejo Veracruzano del Café, el precio real del kilogramo de café en cereza (fruto fresco) sería de 4.60 pesos, pero los intermediarios no pagan más de 2.80 y el precio del café pergamino (en grano seco y sin cáscara) cae a 400 pesos por quintal (aproximadamente 47 kilos).
Voracidad de transnacionales
En Veracruz y en el resto del país, cinco compañías, todas filiales de trasnacionales, controlan la compra del grano. Los compradores en la entidad son Agroindustrias Unidas de México, ligada a Ecom Agroindustrial Corporation Ltd. y a Atlantic Coffee; Exportadora de Café California, vinculada con Neumann Kaffe Gruppe; Expogranos Mexicanos, de Hercop Coffee Group; Becafisa, de Volcafe Holding Ltd., y Nestlé.
El presidente del Consejo Regional del Café en Coatepec, Erasmo Ferto Díaz, consideró que estas firmas son ''pulpos que se extienden hasta el campo, cerrando sus tentáculos y ahorcando al productor''. Sostuvo que en años recientes, en Coatepec y Huatusco las principales regiones productoras del grano en Veracruz, dichas empresas adquirieron prácticamente todos los beneficios (incluyendo plantas lavadoras y tratadoras del café) y extendieron una red de intermediarios para acopiar la producción.
Esto no sólo ha aislado y menguado a comerciantes e industriales independientes, sino que entre las cinco han fijado los precios a su gusto.
En Veracruz, un productor recibe de los intermediarios entre 2.30 y 2.60 pesos por kilo de café en cereza, pese a que debería pagárseles al menos a 4.60 pesos. El precio más elevado que ha tenido en la presente cosecha es de 2.90 pesos, pero se calcula que los insumos para cafetales, corte y movilización del grano cuestan al productor dos pesos por kilo.
Un productor veracruzano obtiene alrededor de 700 pesos por cada 245 kilogramos de café en cereza; sin embargo, para recuperar los costos de producción debería obtener al menos mil 200 pesos. De forma similar, el precio internacional del quintal de café pergamino es de aproximadamente mil 300 pesos, pero localmente se pagan de 900 a mil pesos, sostiene el Consejo Veracruzano del Café.
Castigo a protestas
Antes, explicó Ferto Díaz, las transnacionales se interesaban más en el café pergamino que cotiza en el mercado de Nueva York, pero en las cosechas recientes también han acaparado el café en cereza que, por ser perecedero, se utiliza para presionar a los productores.
"Al controlar puntos de compra y plantas de tratamiento, las empresas pagan lo que quieren al productor o lo castigan haciendo que el producto se pudra sin adquirirlo'', acotó.
El primer fin de semana de 2007 en Huatusco, las empresas suspendieron sin previo aviso la compra de café en cereza, como castigo a productores que se quejaron por el bajo precio. Cientos de toneladas del grano se pudrieron, narró María Teresa Ramos, cafeticultora del municipio de Ixhuatlán del Café.
A este abuso se suman los robos al pesar el producto, pues, según cafetaleros, los coyotes alteran las básculas para recibir más grano del que pagan. ''El productor pesa el grano cortado en la finca para pagarle al cortador, pero al llegar al punto de compra la cantidad merma considerablemente por arte de magia'', acusó Erasmo Ferto.
Por si fuera poco, los compradores acosan a los productores para no recibir el comprobante oficial de venta del grano. ''Un agricultor que no tiene el recibo que compruebe que colocó café tampoco puede acceder a programas de apoyo federal, como los fondos de estabilización'', dijo Cirilo Ruiz González, vocal del Consejo Regional del Café.
''El café en cereza es un producto perecedero. Si no se vende en unas horas comienza a descomponerse, y entonces el campesino prefiere venderlo a precio de hambre y sin comprobante, en lugar de perderlo totalmente'', aseguró Cirio Ruiz.
Cafetaleros consultados dijeron sospechar que el documento retenido se utiliza para entregarlo como comprobante de compra a productores fantasmas, que reciben recursos federales. Es decir, ''se sospecha que los intermediarios dobletean ganancias'', indicó Ferto Díaz.
Pasividad gubernamental
Veracruz es el segundo productor en México, con una superficie sembrada de 155 mil hectáreas, que, según cálculos, este año producirán por segundo año consecutivo un millón 400 mil quintales de café en grano. Unas 85 mil familias de al menos 50 municipios veracruzanos han resentido el castigo de las transnacionales al precio del grano.
Pese a quejas de productores ante la Secretaría de Desarrollo Agropecuario de Veracruz y la delegación estatal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), los titulares de estas dependencias, Juan García Sánchez y Octavio Legarreta, respectivamente, han limitado la intervención de las autoridades a ''mesas de diálogo'' con empresas. Estas aseguran que los precios bajos y la suspensión repentina de compras se deben a cotizaciones bajas en el mercado internacional y bodegas llenas.
Ante ello, los cafeticultores decidieron movilizarse. En lo que va del año han realizado dos plantones en la plaza Miguel Lerdo de Jalapa. ''La cosecha termina en poco más de un mes, y sólo se dan largas al asunto. Lo que se necesita es que el gobierno aplique la ley para frenar la voracidad de los monopolios operados desde el extranjero'', concluyó Ferto Díaz.