La puesta, de Jordi Galcerán, se presenta en el Nuevo Teatro Sala Chopin
El Método Grönholm, anécdota ácida de sobrevivencia, llega a 600 funciones
Ampliar la imagen Un momento en el desarrollo de la puesta en escena Foto: Jesús Villaseca
¿Qué es capaz de hacer una persona para conseguir un buen trabajo? Este es el tema de la obra de teatro El método Grönholm, que el pasado jueves cumplió 600 representaciones.
Al final de la función, el público aplaudió de pie la actuación, plena de matices humanos, expresión de sentimientos que son un espejo en el que cada quien puede reflejarse.
Las madrinas de la develación de la placa alusiva fueron las actrices Jacqueline Andere y Susana Alexander. La primera pidió un reconocimiento para los involucrados en la producción. La segunda dijo que fue un privilegio asistir a la función.
Morris Gilbert, productor de Ocesa, junto con Federico González Compeán, expresó que, dado el tiempo en cartelera, "lo bailado ya nadie nos lo quita".
La escenografía es austera, pero efectiva, dado el tema de la obra de Jordi Galcerán. Estrenada en México el 29 de abril de 2005, la puesta ha cambiado de elenco.
Originalmente se estrenó en marzo de 2004 en Barcelona, en catalán. La recepción fue tal que a las pocas semanas se estrenó la versión en castellano, en Madrid; luego se llevó a Portugal, Alemania, Argentina, Venezuela, Perú y México. En 2006 se estrenó la versión fílmica, dirigida por Marcelo Piñeyro y estelarizada por Eduardo Noriega, Najwa Nimri y Héctor Alterio.
La anécdota consiste en que los últimos cuatro aspirantes a obtener un puesto ejecutivo en una importante empresa multinacional son reunidos para ser sometidos a las pruebas finales del proceso de selección. Se pasa de situaciones cómicas a la ironía y la acidez.
El director de la pieza, Antonio Castro, expuso en entrevista: "Qué bueno que un espectáculo como este tenga convocatoria. Desde que leí la obra de Galcerán me entusiasmó. La obra es una combinación de muchas cosas. La veía como una comedia muy oscura. La quise hacer de una forma en que la gente no se diera cuenta de que estaba viendo una comedia.
"La obra tenía un poco de ciencia ficción, pero también un sustento social serio. Esta obra me entusiasmó porque hay una ausencia de lo humano".
En El método... los concursantes deben seguir las instrucciones contenidas en unos sobres que aparecen en un compartimiento manejado electrónicamente y empotrado en la pared.
Castro añadió: "De manera lúdica, la obra hace un reclamo de humanidad. A lo largo de las 600 representaciones se me han acercado varias personas para contarme lo que les ha pasado. Son historias sorprendentes. A uno lo hicieron cantar para demostrar que tenía capacidad de liderazgo. ¿Hasta dónde queda la línea de la dignidad? Esto es actual, vigente".
Comedia de sobrevivencia
Juan Carlos Barreto representa a Fernando, uno de los aspirantes (los otros histriones son Ana Karina Guevara, Emilio Guerrero y Rodrigo Cachero). Es el que llega al final y al que los sicólogos de la trasnacional acaban llamando "hijo de puta".
Dijo: "Esta es una comedia que gira en torno a la sobrevivencia. Creo que debemos salir a la vida y rifárnosla. Mi personaje se ha hecho a base de trancazos; lo único que hace es pelear por un puesto.
"En el teatro, como en cualquier empleo, a veces no se miden los límites. Tampoco creo que en todos los casos se tenga que sacrificar la integridad, pero se da. Nunca se sabe si realmente un puesto no te lo dieron porque eres malo o porque no reuniste los requisitos".
El método Grönholm, Nuevo Teatro Sala Chopin, avenida Alvaro Obregón 302, entre Sonora y Oaxaca, colonia Roma. Funciones: jueves, 20:30 horas; viernes, 19:30 y 21:30; sábados, 18 y 20, y domingos, 17:30 y 19:30.