Boubacar Bous Diop y Kously Lamko participaron en el coloquio Hecatombe...
Escritores: por tradición cultural, víctimas del genocidio en Ruanda guardan silencio
En Africa la educación es estoica, pues pase lo que pase no se puede llorar, afirman
Es necesario dar a conocer la verdad, tras el bloqueo impuesto por los medios de comunicación, plantean
A pesar de todas las dificultades que conlleva hacer literatura sobre el dolor de la gente, los escritores africanos Boubacar Boris Diop y Kously Lamko en cada una de sus novelas dan voz a las víctimas del genocidio de 1994 ocurrido en Ruanda para romper con el silencio que existe acerca del tema.
En el seminario Genocidio en Ruanda: escribir por el deber de memoria, organizado por 17, Instituto de Estudios Críticos, que se realizó el lunes, los autores compartieron testimonios del exterminio de seres humanos disfrazado de conflicto entre etnias por los medios de comunicación y la comunidad internacional.
Diop (Dakar, Senegal, 1946) y Lamko (Dadouar, Chad, 1959), explicaron que viajaron a Ruanda en 1998 para comprender qué había pasado, ya que la literatura sobre la tragedia y los testimonios sólo provenían de escritores europeos y "había un silencio terrible de parte de los africanos".
"Los libros del exterminio judío se traducen a varios idiomas, pero si nosotros escribimos sobre Ruanda tenemos un contexto económico y editorial mucho más limitado; es una producción literaria que obviamente tiene una difusión bastante confidencial", indicó Diop, autor de El caballero y su sombra.
Agregó que como defensores de la memoria y la historia no podían quedarse callados, así que decidieron escuchar a los ruandeses para presentar los testimonios de las víctimas y elevar su voz en el mundo.
Los autores coincidieron que después de 13 años del genocidio en donde murieron más de un millón de personas, existe una movilización intelectual con la producción de películas, obras de teatro y novelas.
Al recordar su estancia en Ruanda, Lamko dijo que descubrieron todo el horror que se llevo a cabo. "Nos impactó el silencio de la gente, de las víctimas que sufren pero no se atreven a hablar de ese sufrimiento. No pueden porque es demasiado profundo el trauma de esos miles de niños huérfanos, de viudas y mujeres violadas que tienen que vivir con las secuelas".
Diop explicó que para llegar a los lectores decidieron presentar a la víctima del genocidio "ya no como un número en una estadística masiva, sino como un individuo, un ser de carne y de sangre; la única manera de hablar sobre las víctimas fue mediante la ficción".
Al referirse a la dificultad de escribir sobre muertos, Kously Lamko explicó que en las culturas tradicionales africanas se privilegia la educación estoica, pues pase lo que pase no es normal llorar aunque se esté frente al cadáver de su madre.
"En mi cultura tradicional del Chad no puedo llorar, no debo mostrar ningún dolor, sufrimiento; no tengo que dejar salir una sola lágrima. Hablar de mi dolor en un libro es difícil y también para los testigos y las víctimas.
"Como escritores, en nuestra intimidad tuvimos que luchar contra nosotros mismos para crear literatura comprometida, porque todo ese drama, todo ese caos, sucede en el silencio y en parte de nuestro continente".
El escritor chadiano comentó que estuvo a punto de abandonar el proyecto porque no lograba escribir ese horror, pero Diop le dijo que "los muertos merecen nuestra palabra, merecen que nos violentemos a nosotros mismos para romper ese silencio".
Lamko expresó que los medios de comunicación falsificaron la historia y la resumieron. "Nuestros gobiernos deficientes, ficticios, que dependen de otras potencias, se quedaron sin reaccionar durante el genocidio".
Diop, ex director del periódico Matin de Dakar, señaló que para él siempre hubo un antes y un después de Ruanda, pues "es una experiencia de la que un ser humano no puede salir entero. Cambió mi mirada de la vida cotidiana y ahora tengo la necesidad de escribir ficción sobre el genocidio porque es algo que conmueve de una manera muy profunda".
El seminario en el que participaron los autores africanos forma parte de las actividades del coloquio Hecatombe, contemporaneidad, palabra, que se realizará hasta el 12 de enero en la Capilla del Instituto Cultural Helénico (avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn).